lunes, 18 de diciembre de 2006

Burbuja inmobiliaria como método de control social

La burbuja inmobiliaria puede ser vista como una estratégia (egoísta y despiadada) de control social ante un futuro de baja energía. Con ella se consiguen varios objetivos: expolio masivo a las nuevas generaciones y trasvase de los ingresos futuros de la clase trabajadora hacia las clases altas.

El hecho efectivo es que los ricos compran (de saldo) el trabajo de los pobres (mayoría jóvenes) mediante una monumental estafa. La hipoteca, unida a un contexto de carestía de empleo, supone efectivamente la desaparición de la clase media. El hipotecado no tendrá los medios (trabajo) para devolver su deuda, con lo que la hipoteca se convertirá en esclavitud económica de por vida.

Efecto riqueza y anestesia ladrillil

Al populacho le pasa desapercibido el hecho de que, a pesar de un supuesto crecimiento económico, cada día que pasa es más pobre. El efecto riqueza permite que el expolio masivo pase desapercibido hasta que ya es demasiado tarde (la sociedad está completamente "hipotecada"). La sociedad en su conjunto se convierte, a su vez, en un esclavo más del gran capital. La hipoteca "impagable" se convierte en un medio de control social muy efectivo. Al hipotecado se le limita, efectivamente, la movilidad, el consumo, las reivindicaciones laborales (por miedo a perder la fuente de ingresos), se socava su dignidad como persona (el hecho efectivo es ser un esclavo sin derechos).

La hipoteca se convierte en un perfecto medio "legal" de control social en tiempos de "vacas flacas" (los que están por llegar). La deuda pasa a ser la relación principal entre Estado-ciudadano. El ciudadano se encuentra en una situación de esclavitud velada, pues su deuda es impagable. Los tipos de interés (controlados por el poder económico) se convierten en un dispositivo (soga al cuello) perfecto para el control de los endeudados. El poder económico controla, efectivamente, el nivel de consumo de sus "esclavos" por medio de herramientas económicas "legales".

El nivel de consumo energético de los endeudados puede ser limitado a voluntad, dejando recursos disponibles para las clases altas. La sociedad se divide en dos grupos de individuos:

1. Los pobres y los endeudados
2. Los prestamistas.
Los del grupo 1 se convierten, efectivamente, en esclavos de los del grupo 2, pues sin encarecimiento económico, una deuda que crece con el tiempo (intereses) no puede ser devuelta.
Pasar del grupo 1 al 2 será imposible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Han visto ustedes la casa de Diaz Alperi en la zona del campo de golf?

Busquénla y saquen conclusiones.

Anónimo dijo...

VIVIENDA

Wall Street Journal:
“Una vez que finalice el 'boom' inmobiliario, España volverá a la mediocridad del pasado”

La economía española está inmersa en un boom. Sobre todo su mercado inmobiliario, con precios que han crecido más del 180% en la pasada década”. Así comenzaba un demoledor editorial, titulado Deconstruyendo España y firmado por Bret Stephens, de la edición de ayer de The Wall Street Journal(WSJ), el mismo día en que Zapatero viajaba a Nueva York para presentar sus recomendaciones sobre el Plan de Acción para la Alianza de Civilizaciones ante la Asamblea General de la ONU.

“La realidad es que todas las fiestas se acaban, o al menos, decaen. En este caso, el mercado inmobiliario del tigre ibérico muestra defectos estructurales a los que el gobierno de centro-izquierda ha prestado escasa atención”, prosigue el WSJ.

El diario estadounidense destaca el consumo de los españoles, mucho del cual va a parar al ladrillo. “Los precios siguen subiendo, aunque a un ritmo menor. En España, menor significa precios que a finales de septiembre aún se acercaban al 9,8% respecto al año anterior”, se asombra el editorialista.

Más dramático incluso, según el WSJ, es el boom paralelo que vive la construcción. Sólo este año se construirán 800.000 nuevas viviendas, más del doble que en Francia, que posee 17 millones de habitantes más y donde los precios de las viviendas alcanzaron una respetable subida del 128% en los pasados 10 años.

El porcentaje de propietarios ronda el 85%. “Compradores de segundas residencias, domésticos o extranjeros, no serán capaces de mantener una demanda de 800.000 viviendas al año”, asevera el diario. Y recuerda que más del 80% de las hipotecas españolas son variables, lo que significa que los aumentos de los tipos del Banco Central Europeo se traducen en mayores pagos mensuales.

Los bancos huyen de las constructoras

El editorial tampoco obvia la corrupción, que también eleva los precios. “¿Cuánto puede durar el boom?”, se pregunta. “Muchos de los mayores bancos del país parecen pensar que poco, lo que explicaría el hecho de que hayan estado vendiendo sus participaciones en las principales constructoras”, se contesta.

La opinión concluye que España encara un doloroso reajuste económico: “Una corrección inmobiliaria tendría un gran impacto sobre la economía, cuyos dos motores son el consumo interno y la construcción. Éste es un ciclo que se retroalimenta y que podría derivar en un frenazo brusco”.

“La construcción no es el tipo de industria que da productividad para competir en una economía globalizada. Una vez que se frena, será difícil recolocar en otro sitio el exceso de mano de obra. El primer ministro, José Luis Rodríguez Zapatero, parece contento de continuar con las reformas introducidas por sus antecesores. Pero, a menos que Madrid lo evite, al boom español le seguirá pronto la familiar mediocridad del pasado”, finaliza.

Ayer, Blas Calzada, ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que ahora coordina el comité asesor del índice Ibex, consideró que el BCE tendrá que subir los tipos de interés si quiere evitar que se forme "una doble burbuja", bursátil e inmobiliaria, y que "estalle de mala manera". A día de ayer, el Euríbor, al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas españolas, marcó el 3,942%.

Recogido de: www.elconfidencial.com