jueves, 15 de marzo de 2007

La elevada demanda china de mármol obliga a abrir canteras en Murcia, Albacete y Granada


NOVELDA.- La mayoría de las empresas extractivas de piedra natural que operan en la zona del Vinalopo se han visto obligadas a abrir nuevas canteras en las provincias de Murcia, Albacete e, incluso, Granada para poder atender la elevada demanda de mármol en bruto procedente de China, que en el último año se ha incrementado un 64%.

Los datos de Comercio Exterior de las Cámaras reflejan que las exportaciones alicantinas de piedra natural sin elaborar ascendieron a 28,2 millones en 2006, lo que representa un aumento del 64% con respecto a 2005 y más del 50% del comercio exterior de la provincia con el gigante asiático, que supera los 40 millones.

Las 35 canteras activas en la comarca se han visto desbordadas en el último año, periodo en que se ha registrado el tirón de la demanda china, para poder atender los pedidos. La razón fundamental de esta «huida» hacia territorios cercanos estriba en el bloqueo que arrastran desde hace una década las empresas extractivas alicantinas para abrir nuevas canteras en la zona, según lamentaban fuentes sectoriales.

Hace más de un año que se creó una comisión mixta con la Conselleria de Empresa y que se mantienen contactos con la Administración Central para poder agilizar los expedientes, «si bien las trabas medioambientales siguen pesando en las autorizaciones», añadían las mismas fuentes empresariales.

La nueva etapa de relaciones comerciales iniciada con China ha supuesto una nueva vía de ingresos para el sector de las canteras, que ya destinan el 30% de sus extracciones para este mercado asiático. Los empresarios de Pinoso, Novelda o La Romana se han acostumbrado a recibir casi semanalmente a directivos de fabricas chinas de piedra natural en sus instalaciones para visionar el material y cerrar los pedidos.

Los industriales saben que esta etapa es «coyuntural, que tenemos que aprovecharla porque cuando ellos produzcan y aumenten la mano de obra, se acaba. Pero, de momento, bievenidos sean los pedidos chinos», admitía uno de ellos.

Los dos únicos aspectos negativos de esta etapa de expansión comercial con el gigante asiático es que, por una parte, la demanda se concreta en mármol de una calidad media-baja y, por otra, que el material tiene que ser en bruto, en bloques o a lo máximo tablas, para terminarlo allí.

«China prima la importación del producto sin elaborar para cubrir la ingente mano de obra que tienen y así las empresas no pierden las bonificaciones», explicaba otro empresario del sector.

Este factor que beneficia a las canteras perjudica, sin embargo, a las fábricas del Vinalopó que a duras penas pueden exportar sus productos terminados, gravados con elevados aranceles, según viene denunciando reiteradamente la Asociación Mármol Alicante, incluso, ante las autoridades europeas.
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