sábado, 21 de abril de 2007

Miles de personas se manifiestan en demanda de una moratoria urbanística en la Comunidad Valenciana

VALENCIA.- La plataforma cívica Compromís pel Territori (Compromiso por el Territorio) reunió ayer tarde a varios miles de personas en Valencia, Alicante y Castellón en sendas manifestaciones para exigir "un cambio radical en la política territorial y una moratoria urbanística respecto a los grandes proyectos planteados en los últimos años".

En Valencia fueron unos 20.000 los manifestantes, según los organizadores, y unos 5.000, según la Policía Nacional. En Alicante y Castellón los manifestantes han rondado el millar de personas.

En un ambiente festivo, a lo largo del recorrido se han lanzado consignas como "No a la especulación, basta de corrupción", "Toda España es Marbella", "Fuera Camp(o)s de golf" y "Jóvenes sin techo, políticos corruptos".

Compromís pel Territori es un movimiento ciudadano formado por más de 150 colectivos, plataformas y entidades valencianas entre las que se encuentran Xuquer Viu, Salvem Porxinos, Agró o Ecologistes en Acció.

En declaraciones a EFE, Vicent Torres, portavoz de los convocantes, ha manifestado que las principales reivindicaciones de Compromís son el establecimiento de una moratoria urbanística entendida como una paralización de los proyectos que supongan un crecimiento excesivo.

Reclaman también una revisión de las leyes urbanísticas valencianas, que en opinión de Torres "favorecen la corrupción y el pelotazo", y solicitan "un cambio en el planteamiento económico que refuerce los sectores industriales y de la agricultura en lugar de apostar por el sector terciario como salida única".

Los organizadores han alertado de que 300 millones de metros cuadrados están en trámites de recalificación, una superficie equivalente a tres veces la que ocupa la ciudad de Barcelona, lo que "supondrá una pérdida de calidad de vida para todos los habitantes y provocará grandes problemas ambientales".

Este acto, convocado un mes antes de las elecciones para "condicionar el contexto electoral" y para que "los futuros representantes políticos escuchen la voz de la ciudadanía, harta de la destrucción, de la especulación y de la corrupción sin freno", es el tercero que Compromís pel Territori celebra desde que inició su actividad hace dos años.- (EFE)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

M ás de 3.000 personas exigieron ayer en Alicante poner fin a «la destrucción planificada» del territorio en la Comunidad mediante una moratoria urbanística inmediata y un cambio en las políticas de desarrollo. La reivindicación formó parte del manifiesto leído al final de la marcha organizada por la plataforma Compromís pel Territori en las tres capitales valencianas, y que en Alicante reunió a representantes de 72 colectivos ciudadanos de más de 40 municipios de todas las comarcas de la provincia.

La manifestación, que tuvo como lema principal «Per la nostra terra. Prou d'especulació i corrupció», partió a las siete de la tarde del Ayuntamiento y finalizó ante la delegación de la Generalitat, en la avenida del Doctor Gadea. El portavoz de los organizadores, Ernest Blasco, destacó el elevado número de colectivos participantes, unidos para «intentar frenar la cantidad de situaciones irregulares e ilegales que se dan». Al mismo tiempo, recordó que «el crecimiento desmesurado pasa factura» y que «no se puede permitir la desaparición del territorio».

Blasco insistió en la necesidad de una moratoria urbanística y defendió que «nunca es demasiado tarde» para expresar esta reivindicación. A su juicio, «hay que llamar la atención de los que nos gobernarán» a partir del próximo 27 de mayo, «para que vean que otros modelos son posibles». Al respecto, añadió que «siempre se ha vivido de otras alternativas», en alusión a agricultura e industria.

Para la organización, la presencia de personas llegadas desde todos los puntos de la provincia muestra la gran cantidad de «gente descontenta con lo que pasa en sus pueblos», que «ve cómo desaparecen su entorno y su cultura». Blasco elevó los asistentes a más de 5.000, mientras que la Policía Local los rebajó a sólo un millar. Entre las consignas coreadas en la marcha destacaron las referidas a la alteración de espacios naturales y el consumo hídrico.

El manifiesto final hizo hincapié en que «algo está fallando» cuando «la voz de los ciudadanos disconformes se ningunea, las agresiones al medio ambiente se multiplican y los promotores inmobiliarios condicionan y dirigen las decisiones políticas», entre otros aspectos. Por ello, apeló a «cambiar actitudes, modelos, planes y actuaciones», antes de promulgar nuevas leyes que «amparen y garanticen» ese cambio.
De "Información"

Anónimo dijo...

Perfil de RAMÓN MARTÍN MATEO

La niñez es la edad ideal, me hubiese gustado que nunca pasara. Los Reyes Magos eran un acontecimiento único en mi vida de niño. Recuerdo la fiesta de los Magos como algo recurrente, que venía todos los años y como una de las situaciones más placenteras. Mi padre nos traía los juguetes que decía le habían entregado los Reyes Magos para nosotros puesto que nos habíamos portado bien durante todo el año. Los padres de mi época no solían disfrazarse de magos puesto que la sociedad de aquella época era una sociedad sin sentido del humor”.

Ramón Martín Mateo nació el 31 de agosto de 1928 en Valladolid. Su padre, Andrés Martín Mateo, “tenía los mismos apellidos que yo”. Era farmacéutico y su madre, Julia Mateo Martínez. Tuvieron siete hijos: Ramón, Albina, “aunque la llamábamos Albichu”, Jesús María, que es jesuita, Menchu, Mari Conchi, María Asunción y Juan Ignacio.

Ramón acude al colegio de San José, de los padres jesuitas, donde cursa todos los estudios primarios y secundarios hasta su paso a la universidad. En el colegio hace la primera comunión y recibe la confirmación. “Valladolid era una ciudad provinciana, con unas instituciones muy arraigadas en la sociedad. De todas, la que más me gustaba era el casino. Actuaba como un elemento de control ético de la sociedad, pues aquellas personas que se comportaban fuera de la ética eran fruto de comentarios en el casino y se les negaba hasta los créditos de los bancos”.

Durante la II República obligan a cerrar el colegio. “Mis tías guardaron todas las piezas del museo de ciencias naturales del colegio en su casa”. En 1948, Ramón termina el examen de Estado, equivalente al curso pre universitario y se matricula en la Universidad de Valladolid. No quiere recordar el nombre de ninguno de los maestros que tuvo. “No eran profesores demasiado agradables para recordar”. Como no había sido buen estudiante de ciencias, sus preferencias se orientaban por las ciencias sociales, pero su tío Eladio Martín (“bromeábamos con su nombre: al rico bombón Eladio”), que fue alcalde de Palencia y abogado del Estado, le inculcó la afición al Derecho. “No fui un buen estudiante y me gustaba mucho la bohemia, la tuna, los mesones, beber vino con los amigos; ello generó que tuviese muchas faltas de asistencia que se castigaban, en la facultad con suspensos. Por ello, en compañía de varios compañeros, entramos una noche en la Facultad de Derecho y robamos la lista de no asistencia”.

Su imagen de la carrera se asemeja a la Casa de la Troya, partidas de cartas, y de vez en cuando los exámenes. Mucha lectura, eso sí, sobre todo humanista.

La mili es la etapa mas divertida de su vida. Realiza milicias universitarias, de forma que tras el campamento, salía con un grado de oficial, alférez, o suboficial, sargento. Hace el primer campamento en Zamora: en Monte la Reina y lo mandan al pirineo navarro como alférez de complemento. Su destino es Otxa-Gavía y su misión era frenar la entrada de los maquis por el Valle del Roncal.

Termina la carrera y oposita a interventor de Fondos de la Administración Local o lo que es lo mismo: interventor de ayuntamiento. Aprueba la oposición y lo destinan a Santa Isabel, capital de Fernando Poo, en la Guinea Española. Voluntariamente vuelve de Fernando Poo antes de la descolonización de 1968 y José Ramón Parada, amigo suyo y jurídico militar, le recomendó que se dedicase a la universidad. Hace su tesis doctoral con el título: El municipio y el Estado en el régimen alemán, en la Universidad de Munich, dirigida, entre otros, por García de Enterría. “Lo más difícil de la tesis doctoral fue aprender alemán. Es un idioma tremendamente difícil”.

Terminada la tesis, vuelve a España y se instala en Palencia como interventor del Ayuntamiento. En el casino palentino conoce a Clara Abad Lobejón. “la chica más guapa de la ciudad”. Se casan en la misma iglesia donde se casaron los Condes de Carrión. El matrimonio tiene cuatro hijos: Ramón, Daniel, Carolina y Cecilia.

Ramón no olvida el consejo que le diera su amigo José Ramón Parada sobre dedicarse a la universidad y oposita a la cátedra de Derecho Administrativo de la Universidad del País Vasco. Aprueba y da clases en la Facultad de Ciencias Económicas. Posteriormente se presenta a la elección a rector y es elegido por mayoría. “En los ambientes culturales del País Vasco hay dos bloques irreconciliables que están todo el día hablando de los mismos temas y las mismas cosas, por ello me cansé y busqué un lugar cerca del mar; elegí Málaga, pero pasé por Alicante y decidí quedarme”.

Elegido rector de la Universidad de Alicante y siendo un ilusionado del urbanismo, se dedicó a trazar las líneas maestras de lo que sería la universidad en el futuro. “Lo que no conozcas, pregúntalo y rodéate siempre de los mejores”. Con expertos urbanistas y jardineros ha conseguido que hoy sea una de las mejores en el aspecto estético. “Estas odiosas vacaciones de Semana Santa me han permitido terminar el libro: Manual de la ingeniería social . Digo odiosas puesto que soy un adicto al trabajo. Me considero un ingeniero social y explico en el libro lo que significa. El ingeniero social aplica el sentido común en las actividades cotidianas de la sociedad”. Acude todos los días a su despacho de la universidad, escribe y lee, publica artículos en revistas especializadas y acude a las dos y media al restaurante de la universidad. Siempre lo mismo: ensalada, arroz con verduras y un helado de fresa. Por la tarde vuelve a su casa hacia las seis y media y camina. No tiene carné de conducir. Ramón: ha sido un placer.
De "Las Provincias"

Anónimo dijo...

ALICANTE.- Alrededor de un millar de personas se manifesatron ayer en Alicante para denunciar las irregularidades urbanísticas que, en su opinión, se están cometiendo en toda la provincia y para exigir una moratoria urbanística para poder decidir en qué dirección se quiere seguir creciendo.

La manifestación, que salió sobre las 18.30 horas de la plaza del Ayuntamiento, congregó a ciudadanos de toda la provincia de Alicante que exigían «el fin del urbanismo insostenible y de las agresiones que sufren tanto el litoral como el interior».

Bajo el lema Basta de corrupción y especulación. ¿Moratoria urbanística ya!, las más de setenta organizaciones que forman parte en Alicante de la plataforma Compromís pel Territori aprovecharon esta marcha para «llamar la atención de aquéllos que tendrán la responsabilidad el día de mañana, para que vean que otros modelos -de crecimiento- son posibles», explicó en representación de los convocantes Ernest Blasco. Según indicó, se trata de la primera vez que un conjunto de organizaciones cívicas y movimientos sociales de toda la provincia se unen para denunciar «la cantidad de situaciones irregulares e incluso ilegales que se dan en todo el territorio».

De hecho, entre los manifestantes había, no sólo representantes de partidos políticos y sindicatos, sino miembros de diferentes plataformas cívicas de municipios como El Campello, Villajoyosa, Alcoy , Orihuela, Jijona, Tibi, Monóvar, Agost y Santa Pola, entre otros.- EFE