lunes, 25 de junio de 2007

Cogida grave de Manzanares hijo en el 6º toro de la corrida del día grande de la Feria de Hogueras


ALICANTE.- José María Manzanares hijo se enfrentó a su tercer y último toro del mano a mano con El Juli, en la corrida del día grande de las Hogueras de San Juan, con la necesidad incuestionable de ofrecer a su público incondicional una faena digna, al menos, de un trofeo. Su mítico oponente ya se llevaba tres del coso de la plaza de España y no era cosa de defraudar. Se entregó a fondo como mejor sabe, el público respondió y él lo agradeció arrimándose más al toro para rematar su mejor faena de la tarde en esta Feria de Alicante.

Diestro de una saga que le obliga, el último Manzanares, dispuesto a triunfar pero todavía cuajándose como torero, resultó cogido en el último lance y mereció, por derecho, cortarle dos orejas a ese toro (exigidas por la afición y el público) tras sufrir una grave cornada en su muslo derecho cuando mejor estaba toreando y la plaza, enloquecida con su clase y pundonor de raza, se venía abajo en aplausos a su valentía y buen hacer, al demostrar que el cariño de la afición alicantina no podía quedar sin su correspondencia torera.

Este sexto de su lote lo cogió de mala manera y lo corneó en un muslo. Aguantó hasta el final, visiblemente dolorido. Manzanares, durante unos instantes, quedó suspendido a merced de Ralero, un toro de 508 kilos y que hasta entonces no había dado señales de peligro por su derrota al ritmo de la muleta. Después del inevitable torniquete a manos de su cuadrilla al negarse a marchar a la enfermería, sin acabar su turno, Manzanares, con visible dolor y cojeando, montó el estoque, lo clavó hasta la bola e hizo rodar al toro. Su linaje torero no le permitía otra alternativa con una plaza expectante e incondicional, precisamente en el día más grande y taurino de toda la Feria.

Según el parte médico, Manzanares fue asistido en la enfermería de una herida por asta de toro en medio muslo derecho, cara interna, que afecta al límite del triángulo de escarpa y al músculo abductor mayor, con dos trayectorias, una ascendente de catorce centímetros, y otra descendente de ocho centímetros. Pronóstico grave. El diestro fue trasladado al Sanatorio del Perpetuo Socorro, donde quedó ingresado, y Finito de Córdoba todavía convalece de su grave cogida del pasado viernes día 23 en esta misma feria.

En el segundo resultó ovacionado al matar de otra gran estocada. Manzanares hizo todo lo posible por gustar, a pesar de las dificultades que le ponía su enemigo.

El cuarto lo toreó con clase, y según los cánones, aunque sin ser valorado desde la grada. En centro del ruedo montó una faena con ambas manos. Hubo tandas de siete con la derecha y otra de hasta nueve naturales y, sobre todo, una para finalizar, también de siete con la izquierda. Y, aunque la estocada fue buena y en su sitio, el toro necesitó dos descabellos para poder rodar.

Estuvo sensacional Manzanares en el sexto de la tarde. Lo recibió con siete verónicas. Montó también la faena en el centro del ruedo: seis con la derecha y con la izquierda otros seis. Hubo cuatro naturales muy bajos y dos tandas más por la derecha y una por la izquierda. Como se esperaba, la estocada resultó fulminante pese a su merma de facultades tras la cogida.

En el que abrió plaza El Juli dió algunos pases de muy buena factura, como cuatro naturales y un circular, adornándose con molinete y el pase de las flores. Una buena faena exenta de emoción.

En el tercero, al que El Juli recibió con unos muletazos por alto con la mano derecha, instrumentó dos buenas tandas de cinco y siete naturales rematados con un molinete. Redondeó una faena muy valiente. La estocada fue buena y se le premió con una oreja aunque parte del público llegó a pedir la segunda.

En la lidia del quinto, El Juli se esforzó, realizó una faena muy valiente, con largas tandas con la derecha y la izquierda, y una mejor de siete naturales. Mató con una gran estocada y resultó premiado con dos orejas.- (ZPI)

Fotografía de la grave cogida de Manzanares captada por la cámara de Francisco Poveda

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