jueves, 21 de junio de 2007

La urbanización en nuevas áreas del litoral dispara el número de zonas de baño sin vigilancia


VALENCIA.- Hace ya muchas semanas que los valencianos acuden a las playas y no sólo a pasear. Las altas temperaturas invitan al baño y con vigilancia o sin ella, con bandera de alerta o sin ella, con medusas o sin ellas, el chapuzón está asegurado.

Cruz Roja de la Comunidad Valenciana hizo balance de gestión y entre sus numerosas actividades de atención social y sanitaria, la que resulta más cotidiana a los ciudadanos es el trabajo de vigilancia que realizan en las playas valencianas.

Según los datos aportados por el presidente de la entidad, Fernando del Rosario, el número de personas atendidas sanitariamente fue de 58.910, lo que representa casi el 50% del total de servicios prestados en todos los ámbitos de atención desarrollados por Cruz Roja durante el año 2006.

Sobre la vigilancia costera destacaron que se está ampliando la franja temporal del servicio, de forma que hay playas que disponen de miembros de Cruz Roja desde Semana Santa hasta el puente del Pilar, incluso algunas que lo tienen todo el año, como Torrevieja.

También resaltaron que cada año es necesario reorganizar y adaptar el servicio ante la aparición de “nuevas playas donde no las había” por las nuevas urbanizaciones.

Juan Escrivá, coordinador autonómico de Cruz Roja, se adentró en la cuestión y destacó: “Año tras año aparecen nuevas playas donde no había, debido a la construcción y a los planes urbanísticos de los municipios costeros, sobre todo en el norte de Castellón. Esta es una de las nuevas situaciones del litoral que requieren mayores esfuerzos por parte de los ayuntamientos”.

Sobre la situación de las zonas de baño añadió que para “mejorar la calidad del disfrute de las playas”, recientemente se ha elaborado una ordenanza, junto con la Federación Valenciana de Municipos y Provincias, en la que se regula, a falta de otra normativa, los servicios de playas para “adaptarlos a los nuevos usos” tales como deportes acuáticos, navegación, cambios de hábitos de los usuarios, acampadas, venta ambulante y pesca, entre otras cuestiones.

La reciente ordenanza, que los ayuntamientos pueden asumir voluntariamente, contempla también un régimen sancionador que corresponde aplicar a la polícia local.

“Estas normas intentan superar el desfase que hay entre la legislación de salvamento y socorrismo que es de 1971 y la situación actual”, indicó Escrivá. Un problema reciente son las medusas, de lo que se informará este verano a los bañista mediante una bandera.

También destacaron los 903 rescates de personas de dentro del agua durante el año pasado, así como los 1.050 menores que se extraviaron en las playas y fueron recuperados por efectivos de Cruz Roja.

Además, está participando de forma “muy activa” en Copa América, y cuenta en el Puerto de Valencia con cuatro dotaciones en el mar y otras dos en las instalaciones portuarias.

Están preparados para actuar en cualquier situación grave o alerta terrorista con Equipos de Respuesta Inmediata de Emergencias (ERIES), que le permiten construir en dos horas un albergue provisional con cien camas, ofrecer atención psicológica a afectados y montar un dispositivo de clasificación de víctimas.
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