jueves, 26 de julio de 2007

Camps crea una estructura comarcal que contrarreste la presencia de Ripoll en Alicante

VALENCIA.- «Intensificar las relaciones con todas las estructuras del partido y el grupo parlamentario». Ése es el objetivo de la puesta en marcha de la nueva estructura comarcal que el Partido Popular de la Comunidad Valenciana (PP-CV) tiene previsto implementar durante los cuatro años de la actual legislatura, según asegura el coordinador de la iniciativa, David Serra.

«Por primera vez -añade-, la dirección regional del PP-CV contará con un sistema de apoyos a los alcaldes y portavoces municipales, más allá de las estructuras locales, que permitirá a la organización tener una relación directa entre el ejecutivo y los alcaldes». Apoyos considerados por fuentes del PP como un intento de contrarrestar la presencia del zaplanista Joaquín Ripoll en Alicante, de cuya Diputación Provincial es presidente.

Los nuevos responsables comarcales, cuyos nombramientos se acordaron esta semana en una reunión en Valencia, son todos afines a Camps, salvo el alcoyano y ex conseller Miguel Peralta. Son estrechos colaboradores del jefe del Consell en los últimos años y que, desde el comienzo de la legislatura, le respaldaron, como es el caso del propio Serra, que deberá coordinar toda esta nueva estructura. Los nuevos barones locales son Antonio Peral (l'Alacantí); el calpino César Sánchez (Marina Alta); Andrés Ballester (Vega Baja); y Ángela Barceló (Marina Baixa).

El nuevo organigrama territorial lo completan el alcalde de Crevillent, César Augusto Asencio, (Baix Vinalopó); Rafael Maluenda (Medio Vinalopó) y María José García Herrero (Alto Vinalopó), además del citado Miguel Peralta en l'Alcoià.

La idea, según Serra, «es que se conviertan en referentes de la actividad, orgánica e institucional, en sus respectivas demarcaciones territoriales y sean los responsables de coordinar la actividad de los cargos públicos y trasladarla a Valencia».

En este sentido, los elegidos, en palabras de David Serra, «actuarán como agentes comarcales del partido, siendo nexos de unión entre la cúpula regional, el propio presidente y los cargos municipales», aunque asegura que se centrarán en acercar la actividad autonómica a los ciudadanos, y la opinión de éstos a las instituciones, siendo referentes de la actividad orgánica.

Los nuevos agentes comarcales no tendrán oficinas específicas, ya que, en su opinión, «serán como oficinas móviles a lo largo de la Comunidad, aprovechando cualquiera de las sedes locales de sus respectivas comarcas».

La nueva organización también contribuirá a mantener una coordinación en temas orgánicos, como campañas electorales, movilización de militantes y entrar en estrecha unión con la idea del jefe del Consell de que el vicepresidente económico, Gerardo Camps, sea responsable territorial del ejecutivo en la provincia.

Con los coordinadores comarcales, el también conseller de Economía, Hacienda y Empleo tendrá una red de colaboradores para convertirse en el futuro referente popular en las comarcas alicantinas; y, de paso, neutralizar el poder de convocatoria que aún atesoraban los cargos comarcales de la dirección provincial, presidida por Ripoll.

Con ello, según fuentes del PP-CV, se da un paso más hacia el control hegemónico de Francisco Camps, tras el triunfo obtenido en las elecciones de mayo, y se afianza el control, con vistas a la elección de compromisarios, para los procesos internos.

La puesta en marcha de la nueva estructura comarcal en el caso alicantino contribuirá a que las estructuras de menos de localidades 20.000 habitantes tengan un contacto directo con el presidente del PP-CV y con la Generalitat, sin tener que pasar por las estructuras provinciales.
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