martes, 20 de noviembre de 2007

La CAM enciende todas sus alarmas / De "Abc"

Los miembros del Comité Ejecutivo de la Caja Mediterráneo han recibido la recomendación de moderar sus intervenciones en la concesión de créditos por parte de la CAM. El alto índice de morosidad es el argumento esgrimido desde la dirección general de la entidad de ahorro para esa política de contención de préstamos. No hay dinero en las arcas y la situación preocupa seriamente.

Esa preocupación se evidencia no sólo en la recomendación a los consejeros, sino en la propia recesión crediticia que la CAM emprendió hace algunos meses y que se ha visto incrementada en las últimas semanas. No se pagan los créditos, sobre todo los concedidos al sector de la construcción, y la sugerencia de ir con pies de plomo es más que una solicitud de moderación; es una orden tajante y sin marcha atrás.

La primera muestra de que los tiempos de vino y rosas han cambiado la tenemos en el acuerdo de poner en circulación los llamados fondos de participación, o cuotas participativas. Como las entidades de ahorro no pueden tener acciones, recurren a esa fórmula legal para hacer caja a cambio de vender patrimonio. Porque de esto se trata. La CAM ofrece su patrimonio a cambio de ver llenas de nuevo sus arcas, hoy muy debilitadas por los altibajos de una política de concesión de créditos que fue generosa en su día. Generosa y arriesgada, todo hay que decirlo.

Los últimos consejos han insistido en las recomendaciones. Hay que reactualizar la política de concesión de préstamos y ser mucho más exigentes a la hora de abrir el grifo. Determinados sectores están con sus luces de alarma y la CAM tiene que ser prudente y no lanzarse a tumba abierta a salvar de la crisis a todos los que llaman a sus puertas.

Si a lo anterior añadimos la situación sindical tras desmarcarse la UGT de la firma del convenio colectivo, llegamos al convencimiento de que los pasos se dan con pies de plomo. El sindicato ugetista dentro de la entidad de ahorro no quiso firmar el convenio porque, según parece, está en contra de la apertura de determinadas oficinas por la tarde. Sólo Comisiones y el Cesica han dado su visto bueno al convenio. Ambos sindicatos son conscientes de que no se puede jugar con las cosas de comer. Y si hay que abrir por la tarde las oficinas que están instaladas en los grandes centros comerciales, pues se abren y no se acaba el mundo. ¿Si los bancos abren sus delegaciones, por qué no las cajas?, se preguntan los dirigentes de CC.OO. y el Cesica. Hay que ser competitivos y asumir que las modas son cambiantes y ahora se impone trabajar y competir.

Esta actitud de la sección sindical ugetista de la CAM ha sentado muy mal no sólo en el resto de sindicatos, sino en todo el consejo de administración y en los órganos dirigentes de la sexta planta del edificio de la avenida Óscar Esplá. Y ha sentado a cuerno quemado porque cuando la provincia, en particular y la Comunidad Valenciana, en general, se llenan de nuevas oficinas de cajas de ahorros, que crecen como setas en otoño y que nos hace cruzar los dedos porque alguna se va a dar un batacazo de padre y muy señor mío, salen los representantes ugetistas de los trabajadores a decir que de abrir por la tarde, nada de nada. Y si hay banco que abre su oficina en un centro comercial, allá su política comercial, siguen diciendo.

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