lunes, 21 de abril de 2008

Kelme obtiene 14 millones para reposicionarse y convertirse en "referente de calidad y diseño"

ELCHE.- La compañía ilicitana Kelme ha obtenido 14 millones de euros, nueve provenientes del fondo de capital riesgo Tirant y otros cinco a través de nuevas lineas de financiación de circulante de Bancaja, CAM, BBVA y Banco Popular, con lo que pondrá en marcha un plan de negocio para "reposicionar" su marca.

Se trata de que Kelme "vuelva a estar donde se merece" y sea "la marca española preferida por los consumidores", según remarcó hoy el presidente de la empresa, Benjamín Clarí.

Clarí se pronunció en estos términos hoy en Valencia durante una rueda de prensa en la que compareció junto al director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), Enrique Pérez Boada, y el director de Riva y García en Valencia y del fondo Tirant --gestionado por el grupo catalán--, Carlos García Cobaleda, para anunciar la entrada de este fondo en la compañía como nuevo accionista con una aportación de seis millones de euros, que se suma al préstamo de otros tres millones de euros que le concedió el pasado mes de agosto.

Pérez Boada señaló que el pasado jueves se firmó ante notario el acuerdo definitivo que da viabilidad a la empresa de calzado y prendas deportivas fundada por los hermanos Quiles a finales de los años 70, y que fue aprobado anteriormente por la junta de accionistas con el voto a favor de Diego Quiles, que posee el 49% de las acciones, y a pesar de la oposición de su hermano José, que controla el 51% --al contar también con el 2% de su hermana Fina--.

Este acuerdo contempla la entrada del fondo de capital riesgo Tirant en la empresa ilicitana y la capitalización de las deudas de los acreedores y supone, en opinión del máximo responsable del IVF, "el éxito del trabajo realizado durante todos estos años, y un primer paso para que Kelme ocupe de nuevo el lugar que le corresponde".

La firma, que cuenta con una plantilla de 100 trabajadores, comienza ahora una nueva etapa en la que pretende reposicionarse en el mercado tras haber sido considerada "una marca de mercadillo por méritos propios", para lo que apostará por "incorporar nuevos diseños muy atractivos y unas tecnologías que nos van a diferenciar del resto de las marcas y, sobre todo, por aplicar una política de acercamiento al consumidor que pocas marcas tienen hoy en día", avanzó Clarí, quien agradeció su apoyo a plantilla, proveedores y distribuidores.

Kelme cerró el ejercicio anterior con un pasivo de 25 millones de euros y un activo de 17, además de una facturación de 10,7 millones de euros que supuso "casi la tercera parte" de la alcanzada el año anterior, por lo que se plantea 2008 como "un año de transición" en el que espera "salvar la campaña de otoño-invierno" y atender a la plantilla, para posteriormente "arrancar" su recuperación en 2009 "de forma muy sólida".

Además, según explicó Carlos García, llevarán a cabo una política de gastos "bastante restrictiva" y dedicarán un esfuerzo especial a los capítulos de marketing y reposicionamiento de marca.

Sobre este punto, Clarí (en la imagen) subrayó que cuentan con la ventaja de ser "una marca conocida en España y en todo el mundo", con especial relevancia en Estados Unidos al tener un acuerdo con el mayor fabricante de calcetines técnicos que les reportará unos diez millones de dólares en 2008.

Avanzó también que reducirán la cuota que ocupan las prendas de fútbol para dar entrada a otros deportes y distintas categorías deportivas como indoor, casual, training, fitness o baloncesto, entre otras, mientras que dejarán en segundo plano las fórmulas de patrocinio, aunque aspiran a patrocinar a la selección española de fútbol a medio plazo.

Asimismo, en su afán por convertirse en referente de "calidad, diseño y cercanía al consumidor", realizarán una apuesta muy importante por introducir las nuevas tecnologías en sus productos, con iniciativas pioneras como una membrana impermeable que permite la transpiración, botas de fútbol con suelas intercambiables para las distintas superficies o la confección de las mismas con piel de tiburón, lo que les confiere múltiples ventajas en el manejo del balón.

La compañía deberá hacer frente además a otros asuntos como el hecho de no poder comercializar textil en Portugal por haber permitido que un distribuidor registrase la marca a su nombre en el país vecino, o el conflicto con el empresario textil alemán Jack Wolfskin, que registró como suya una garra muy similar al emblema de Kelme sin encontrarse con ninguna oposición, y al que pretenden proponer que distribuya el calzado de la firma ilicitana.

En 1992, los hermanos Quiles acudieron a la Generalitat "con una empresa que estaba al borde de la quiebra" en busca de "ayuda para evitar el cierre", de modo que el IVF dio "una serie de garantías y posteriores apoyos crediticios" para que "continuara con vida buscando siempre posibles inversores" que la "hicieran viable" y obtuvo los derechos políticos de la misma, y procedió así a "tutelar su devenir" durante todo el proceso, según explicó Pérez Boada.

Posteriormente, racionalizaron la estructura empresarial de Kelme, compuesta entonces "por un maremágnum de sociedades muy complejo y muy ineficiente", así como sus procesos de compra, de internacionalización y de estructura de empresa, momento en que entró en la compañía "un primer ejecutivo" como Clarí, que fue durante diez años presidente de Adidas España.

Pérez Boada resaltó que el proyecto "pudo ser viable" cuando en enero de 2007 el fondo de capital riesgo Tirant manifestó su interés por "convertirse en el accionista que Kelme necesitaba", al tiempo que se convergía con el proyecto del Ayuntamiento de Alicante para que los saladares de Aguamarga fueran de titularidad pública para darles un uso ciudadano a cambio de permutas por viviendas residenciales o suelo industrial.

Así, se escindió la actividad inmobiliaria de Kelme con la operación de Aguamarga "ya conveniada con el Ayuntamiento de Alicante y pendiente de que el Plan General de Ordenación Urbana de Alicante definitivamente se apruebe", lo que estimó podría producirse "a final de año" o incluso "antes".

Con ello, según explicó, se capitaliza "gran parte de la deuda" de los grandes acreedores como Bancaja, la CAM o el IVF, unos 43 millones de euros, y además, se reconocen las participaciones de los hermanos Quiles, de manera que éstos "obtendrán una rentabilidad siempre ligada al éxito de la operación", que podría ascender a cerca de siete millones de euros.

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