domingo, 22 de junio de 2008

Cayetano va como un rayo / Currito de la Vega (7ª corrida de la Feria de San Juan y San Pedro)

ALICANTE.- El matador de toros Cayetano Rivera Ordóñez ha abierto la puerta grande en la 7ª Corrida de la Feria de San Juan y San Pedro, demostrando el gran momento por el que pasa. A punto estuvo de cortar tres orejas. Su hermano Francisco cortó una en su segundo y el novillero alicantino Alejandro Esplá, otra en el sexto y dejó una gran impresión entre sus paisanos. Abundancia de mujeres para ver, y besar a ser posible, a los hijos de Carmina Ordóñez. Y la verdad es que los dos hermanos arrasaron con su arte y su glamour ante quienes parecen entender más de toreros que de toros.

Con casi lleno en los tendidos, se han lidiado cuatro toros de Juan Pedro Domecq y dos novillos de Jandilla, el sexto con el hierro de Vegahermosa. Francisco Rivera Ordóñez, ovación con petición y oreja. Cayetano, oreja y oreja con dos vueltas al ruedo tras petición de la segunda en el quinto. Alejandro Esplá, ovación tras aviso y oreja.

Cayetano Rivera Ordóñez ha salido a hombros en una tarde de toros interrumpida por los antitaurinos, que han invadido el ruedo a la muerte del primer toro, circunstancia que ha frenado la petición de oreja para Fran Rivera Ordóñez. Éste anduvo entonado con el toro que abrió plaza y puso mucho de su parte en todos los tercios, destacando los dos últimos pares de poder a poder y al violín respectivamente.

Cayetano llevó a cabo una primera faena de menos a más, que llegó mucho al público en su recta final y que fue rematada de una estocada de perfecta ejecución mientras que el quinto tuvo recorrido y el torero destacó con el capote y en las series con la mano zurda, de notable trazo, rematadas de buena estocada. Se pidió con fuerza la segunda oreja y el presidente se ganó una nueva bronca al negarsela.

Alejandro Esplá destacó con el capote en el tercero y diseñó una labor de irregular desarrollo pero con buena actitud, queriendo hacer muchas cosas. Idéntica actitud mostró en el sexto, que le valió un trofeo fruto de sus deseos de agradar.

Fran Rivera recibió a su primero con lances muy toreros y pases lucidos antes de las banderillas tras la protesta en varas. El toro entraba bien a la muleta y fue muy aplaudido. Brindó al público y escuchó el olé antes de una serie posterior de naturales y pases de pecho, muy cómodos por el pitón derecho y en terrenos del 8, en el sol. Cerró con una serie de manoletinas por las que recibió más aplausos. Pinchó antes de colocar una estocada que hizo rodar a la res. Cuando el público comenzaba a pedir la oreja, irrumpieron desde el sol, terrenos del 7, seis jóvenes con pancartas pidiendo una ley de abolición de las corridas de toros, que fueron detenidos por efectivos de la Policía Nacional y sacados a la fuerza fuera del ruedo entre la aprobación del respetable.

En el cuarto, quizás la mejor faena de la tarde, a "Regio", de 495 kilos y muy bien presentado, le dió Fran Rivera los primeros capotazos en terrenos del 1, un toro que apuntaba muchas posibilidades. Peleón en el caballo, recibió una vara y para banderillas se adornó el diestro. Toreó luego rodilla en tierra con la muleta y, templando, logró cuajar una gran faena en el centro de la plaza, donde llegó a "bailar" con el astado, del que aprovechó todo lo mejor que tenía. En la suerte natural dió un pinchazo pero enseguida consiguió dar una estocada profunda y que el toro doblase en terrenos del 1. Hubo petición y concesión de oreja por el duro presidente Iriarte. Dió la vuelta al ruedo y largó el trofeo al público del 2.

En el segundo, "Viscoso", 490 kilos, y azafranado, sirvió a Cayetano Rivera, en pleno y rápido progreso profesional, para deleitar con pases de capote. Tras una buena vara y tres pares de banderillas bien puestas, brindó al público. Muy torero, arrimándose, valiente, utilizó muleta y estoque simulado por el pitón derecho bajo la atenta mirada y el consejo oportuno de su hermano Fran, muy próximo desde el burladero del 8. Tras igualar para la suerte contraria, logró una estocada que hizo doblar al toro, conseguir su primera oreja y dar la vuelta al ruedo por la petición unánime del público. Fue al del sol a quien luego lanzaría el apéndice conseguido.

Pero fue en el quinto donde Cayetano tuvo claro desde el principio que podía aspirar a salir por la puerta grande, como así fue, tras probar a "Buscador", 487 kilos, en el centro del ruedo. Sufrió un percance al tratar de llevarlo al caballo, donde el toro recibió una vara antes de tres pares de banderillas para sacar su bravura. Y luego Cayetano hizo casi de todo con la muleta: pases por debajo, pases largos, pases en redondo (aplausos), pases con la espada, pases con la derecha, pases con la izquierda, de rodillas, con los piés juntos citando de lejos... El público lo ovacionó. Desde la suerte contraria, consiguió una estocada limpia, que luego no pareció suficiente para justificar las dos orejas (que se merecía) y por las que clamó, atronadora, toda la plaza y que sirvió para que el presidente recibiera una bronca fenomenal. Dió la vuelta al ruedo con su trofeo y salió por la puerta grande al finalizar la corrida.

En el tercero, un novillo de Jandilla de 414 kilos, Alejandro Esplá, novillero de la tierra e hijo de torero, comenzó con unas revoleras para llevarlo al caballo desde lejos con el capote. Después de una vara, el novillo acusó los cuatro arponcillos mientras el novillero brindaba al respetable. Toreó por detrás (se le notaba muy entrenado) y entusiasmó al público de su tierra, que pidió música para acompañar una faena a base de muletazos naturales y de pecho. En eso estaba el hijo de Bambino y Mimí Tarruella, cuando recibió un puntazo que, lejos de aligerar la lidia, le animó a torear de espaldas e hincar la rodilla, ya sin el engaño, para mirar cara a cara al cornúpeta. Tras una última tanda de pases para el público de sol, en el 7, donde fue muy aplaudido, recibió un aviso, pinchó dos veces, estoqueó con pulcritud...pero tuvo que descabellar a un toro que no humillaba. Recibió aplausos.

Al sexto, de Vegahermosa, lo recibió también con revoleras. El novillo, entrando y empujando por debajo, derribó al caballo y al picador, y luego pegó una voltereta, que le desconcentró y descentró a tenor de su comportamiento a partir de entónces. Sin picar y con tan sólo cuatro palos en su lomo, Esplá hijo (casi mejor que el padre) le propinó una tanda de naturales y de pases de espalda por ambos pitones con mucha voluntad y, en terrenos del 3, donde estaba su familia y le brindó la faena, que cuajó con mucha valentía y voluntad a un toro que comenzaba a escaparse cuando no se le paraba en seco y le daba luego un arreón por querer demostrar el torero lo que lleva dentro. Arrancó aplausos y cortó una oreja después de matar de una soberbia estocada. Dió la vuelta al ruedo entre aplausos y al son de "Paquito el chocolatero" como homenaje musical de sus paisanos.

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