domingo, 31 de agosto de 2008

La crisis desbarata el negocio del sector financiero con el colectivo inmigrante

ALICANTE.- Los indicadores de la crisis económica no dejan de sucederse. La contracción de la actividad empieza a ser notable, y uno de los colectivos que la sufre con especial crudeza es el conjunto de inmigrantes afincados en la Comunidad Valenciana, según "Abc".

Gran parte del colectivo inmigrante se ha visto afectado por la crisis, especialmente en la que atañe al sector de la construcción, en el que trabajaba la mayoría. Y la consecuencia inmediata se ha dejado sentir en el sector financiero.

Este colectivo, que hace apenas dos años se había convertido en un mercado de sumo interés para las entidades financieras de la región, ha dejado de serlo con el cierre de empresas y el frenazo en el sector de la construcción. La razón principal radica en que, con la pérdida de empleos, el volumen de remesas que envían a sus países de origen ha menguado sensiblemente en los últimos meses.

La primera entidad financiera en acusar el cambio de tendencia ha sido Caja Mediterráneo (CAM). La caja alicantina se ha desprendido -o está en vías de hacerlo- de las oficinas que formaban su red de sucursales creada específicamente para el colectivo inmigrante, ante la caída de la rentabilidad de su negocio principal: el envío de remesas.

CAM abrió a principios de 2006 diecinueve oficinas para extranjeros, repartidas entre Alicante (nueve), Valencia (ocho), Murcia y Madrid (una). Junto con servicios específicos para el colectivo, la actividad principal de estas sucursales consistía en gestionar el envío de dinero a los países de origen de sus clientes.

Además de estar diseñadas para atender las principales actividades financieras del colectivo, estas oficinas empleaban a decenas de inmigrantes, ya que en cada una de ella trabajaban una docena de empleados de diferentes países, para poder atender a los clientes en su propio idioma. Además del envío de dinero, ofrecían servicio de telefonía y conexión a internet.

Sólo dos años después, la entidad alicantina se ha desprendido de varias de estas oficinas, que ha vendido a la firma «Change Center», especializada precisamente en el envío de remesas. El resto de oficinas, todavía propiedad de la entidad, han echado el cierre.

No obstante, fuentes de la caja -que prevé cerrar otras quince oficinas en septiembre, también en base a criterios de rentabilidad- explicaron que los servicios que ofrecían las oficinas para extranjeros se seguirán prestando en el resto de sucursales.

El envío de remesas, la principal actividad de estas oficinas destinadas al colectivo inmigrante, suponía para el sector financiero de la región un negocio de cerca de 100 millones de euros anuales, según un estudio elaborado para Bancaja en 2007.

Según dicho estudio, los inmigrantes enviaban desde la Comunidad Valenciana casi 1.000 millones de euros -el 15 por ciento de las remesas de toda España- a sus países de origen. El 51 por ciento de esta cantidad salía, precisamente, de Alicante.

Por su parte, Bancaja también ha acusado la influencia de la crisis en la actividad económica del colectivo inmigrante. No obstante, la caja no llegó a crear oficinas específicas para el colectivo, como CAM, por lo que su red de sucursales no se verá alterada por esta circunstancia, según fuentes de la entidad.

No obstante, las mismas fuentes admitieron que su cartera de productos específicos para inmigrantes sí se ha «resentido» en los últimos meses, aunque por el momento Bancaja no se plantea suprimir ninguno de estos servicios.

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