sábado, 13 de septiembre de 2008

Gloria y caída del "pied noir" de Benidorm

Las andanzas de Claude Roch Tabarot, presidente de la promotora alicantina Riviera Invest (que presuntamente ha estafado a un millar de propietarios), en la Costa Blanca se remontan a los años ochenta, época en la que «retornó» a Alicante desde Francia.

Y es que la vida de Claude Roch -que, además del promotor, actualmente cuenta con negocios además en los sectores del juego y la restauración- y su familia está marcada por un hecho: la independencia de Argelia, lugar donde nació.

Los Tabarot, junto a cientos de miles de «pied-noirs», abandonaron el país. El destino fue Alicante. La pertenencia del padre, Robert Tabarot, a la OAS, grupo terrorista de ultraderecha de los argelinos franceses, retrasó su partida a Francia. En Alicante fue donde nació la hermana de Roch, Michele.

La familia Tabarot se instaló finalmente en Le Cannet, ciudad satélite de Cannes, donde nacería su tercer hermano, Philippe. Al inicio de los ochenta, el grupo familiar se desplazó a su segundo «hogar»: Benidorm, donde se instaló Roch.

Allí pronto adquiriría notoriedad junto a su «clan» y entablaría amistad con el entonces alcalde Manuel Catalán Chana. Mientras tanto, Michele fue elegida teniente de alcalde en Le Cannet con tan sólo 20 años.

A través del cargo de su hermana y de sus contactos con el ayuntamiento socialista, Claude Roch propició el hermanamiento entre Le Cannet y Benidorm. Los Tabarot apostaron por dotar de «glamour» a la ciudad de la Marina Baja: facilitaron la llegada de personajes ilustres de la época como Severiano Ballesteros, Norma Duval o Miguel Induráin.

Una idea que Michele trasladó a la suburbial ciudad dormitorio de Le Cannet: con el propósito de animar la anodina población, se organizaron conciertos de Eric Clapton o Bob Dylan y se atrajo la llegada de deportistas de alto nivel galos.

En los años noventa, las carreras de Michele y Claude Roch van tomando direcciones opuestas: el mayor de los Tabarot se adapta a la llegada al poder de un entonces desconocido Eduardo Zaplana, con quien también estrecharía lazos -le invitó a la boda de un familiar; a la que Zaplana acudió-.

Entonces, Roch empieza a prodigarse como empresario del sector inmobiliario. Un camino con grandes altibajos. Así, entre sus negocios emergen algunos con buenas plusvalías: dentro del Grupo Tecosa, de su propiedad, se hizo con una importante bolsa de suelo en los aledaños del todavía en proyecto parque temático Terra Mítica.

En cuanto estuvo finalizado el complejo de ocio, el valor del suelo se multiplicó: pasó de seis a 18 euros el precio del metro cuadrado. Un negocio redondo en el que los 150.000 metros cuadrados de Tecosa cambiaron de un valor inicial de 900.000 euros a otro que rondaba los 2,7 millones.

Poco después, consigue hacerse con la propiedad del Casino Costa Blanca de Villajoyosa. Aquí se inician los fracasos del empresario francés, ya que Hacienda le denegó la licencia de explotación por las enormes deudas que acumulaba por impago de tasas sobre el juego.

Para hacer frente a las reclamaciones del fisco, presentó como aval unos terrenos sobre los que había acordado con la constructora Cleop la construcción de una urbanización. Hacienda se negó. Cleop terminó suspendiendo pagos y acusando al empresario de su final. No fue la última vez: los impagos de Riviera Invest también ha causado la quiebra de, al menos, una empresa.

Michele, en cambio, se alzó con la Alcaldía de Le Cannet en 1995, que conserva hasta ahora (consistorio donde el tercer hermano, Philippe, es actualmente concejal). En 2002 fue elegida diputada por la UMP y en 2006 renovó su puesto. Y es una estrella política ascendente en la derecha francesa.

Según publicó un semanario francés, Claude Roch -junto al resto del «clan Tabarot»- acompaña a su hermana en todos los comicios, donde, además de ejercer de oráculo, cumple una serie de ritos para asegurar la victoria de Michele. Unos vaticinios y ceremonias que, al parecer, olvidó hacer en el caso de su fallida empresa.

http:valencia.abc.es

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