domingo, 22 de febrero de 2009

Claves inéditas del 23-F de 1981 en Sevilla, según el ex gobernador de Alicante, Sanz-Pastor



Por Pepe Fernández y Mar Fernández

SEVILLA.- Coincidiendo con el vigésimo sexto aniversario de la intentona golpista del 23-F, resurge con intensidad epistolar la polémica entre dos de los más destacados protagonistas en Sevilla de las inquietantes horas de aquella triste tarde noche de la transición española. El Teniente General Manuel Esquivias Franco, gobernador militar en Sevilla el 23-F de 1981 y Jose Maria Sanz-Pastor Mellado, gobernador civil en esa misma fecha y ex de Alicante desde dos meses antes, ha autorizado al autor de esta crónica para que haga públicos documentos privados que uno y otro han escrito a propósito de aquellas inquietantes horas en los edificios de Aníbal González que rodean la Plaza de España en Sevilla.

La polémica, cargada como se verá de secuencias y vivencias personales de ambos personajes, arranca hace ocho años, con motivo del XX aniversario de la intentona. Los periódicos del Grupo Joly publicaron entonces un magnifico cuadernillo con nuevas aportaciones sobre la historia no escrita del 23-F en Sevilla. Entre las novedades periodísticas que logra el autor del dossier están unas declaraciones del Teniente General Esquivias quien, tras el 23-F, llegó a presidir el Consejo Supremo de Justicia Militar, amén de concluir su carrera donde la empezó de teniente, en Sevilla y de Capitán General, su gran ilusión. Esquivias había mantenido durante veinte años un discreto silencio sobre el 23-F, por eso sus declaraciones a Juan Jose Téllez adquirían un especial valor no solo periodístico, también histórico. Pero lo más sorprendente no es que hablase el tercer general del 23-F en Sevilla, sino lo que decía y de forma particular como intentaba ridiculizar y menospreciar la persona de Sanz-Pastor y su actuación como gobernador civil de Sevilla la noche del 23-F.

Aquellas manifestaciones provocaron gran malestar e irritación en el diplomático de Carrera Jose Maria Sanz-Pastor, primo político de Leopoldo Calvo Sotelo, presidente del gobierno de UCD cuando la intentona de Antonio Tejero Molina secuestrando al gobierno y al Congreso. Sanz Pastor dio replica al general ante las cámaras de Sevilla TV en una entrevista que me concedió dentro de una serie que realicé para la emisora propiedad entonces de Miguel Ángel de la Cueva.

Pero para entonces la réplica del político socialdemócrata, amigo de Paco Fernandez Órdoñez, de alguna manera ya estaba elaborada. En efecto, en el libro de memorias que tiene elaborado Sanz -Pastor, a esas alturas ya está redactado el capitulo que describe sus vivencias como gobernador civil la noche de autos. Y, lógicamente, se refiere a los mandos militares destinados en Sevilla esa noche entre los cuales estaba Manuel Esquivias.

Sanz-Pastor me remite copia de ese capítulo de sus memorias no publicadas y, por escrito, me autoriza a hacer el uso informativo que considere oportuno de las mismas.

El periodista malagueño Juan de Dios Mellado, editor de una serie de libros dedicados a la transición en Andalucía, nos encarga por esa época a varios periodistas que elaboremos el tomo sevillano de “Crónica de un sueño”. A mi me corresponde, entre otros, contar la historia del 23-F en Sevilla. He aquí algunos extractos del libro para contextualizar la polémica.

EL PARTE DE GUERRA, ¿DONDE COÑO ESTÁ EL PARTE?

“Entre las decenas de llamadas de aquella noche, una voz muy conocida en las ondas sevillanas, llamó a Capitanía para ofrecerse a ocupar Radio Sevilla con el apoyo de un comando militar, e incluso ser la voz que leyera el parte de guerra o la declaración del Estado de Sitio en Sevilla y su provincia.

El Parte, ¿dónde está el Parte?, ¿Quién coño sabe cómo redactar un Parte de Guerra?. Inquietante pregunta la que se hacía esa tarde el gobernador militar de la plaza. (…) Su silencio sobre los sucesos del golpe y su relevante posición en el escalafón político castrense, le dotaron durante dos décadas de una aureola de “héroe liberal” entre los militares de la democracia. En efecto, Manuel Esquivias Franco es otro de los generales de la noche del 23-F en Sevilla. Sin embargo su protagonismo público ha sido mínimo, alterado tan solo dos décadas después con un cruce de polémicas declaraciones con el entonces gobernador civil José María Sanz -Pastor a cuenta de lo que uno y otro hicieron y se dijeron en aquellos momentos dramáticos para la democracia española.

“ABUELITO, DIME TU…”

“¿Y tú, abuelo, Gobernador Militar de Sevilla que eras, qué hiciste aquella noche?, -podríais preguntarme, y no cabe duda que sería una buena pregunta.- (Escribe el propio Esquivias a sus nietos) Pues mi actuación personal aquella noche, - os contestaría, queridos nietos – pudiera resumirla diciéndoos que me limité a hacer algo que para los militares resulta muy sencillo, pues lo venimos practicando desde que por primera vez nos ponemos el uniforme: Obedecer; eso es lo que hice y así quedó reflejado en la declaración por escrito que unos días después hube de hacer a requerimiento del Juez Togado designado como Instructor de la Causa a que estos acontecimientos dieron lugar. De ella os transcribiré algunos párrafos, los más importantes, y que creo son de por sí suficientemente claros. Tras detallar como me enteré de lo que pasaba, las llamadas telefónicas de urgencia que hice y mi presencia en mi despacho oficial, añadía: “Tras disponer se tuviera localizados a los Jefes del Cuerpo, pase a Capitanía General, a entrevistarme con el Exmo. Sr. Capitán General, quien me dice que acaba de hablar con S.M. el Rey. Que nos mantengamos tranquilos, que estamos y estaremos a las órdenes de S.M. Esta entrevista tuvo lugar entre las 19,00 y las 19,10 horas”.

“No os he dicho- prosigue Esquivias en su escrito a los nietos- que el Capitán General era Merry, al que además de unirme una antigua amistad era compadre, pues él y su mujer, Rosario, fueron en su día padrinos de Chari, madre de parte de vosotros y tía de los demás. Quiero decir con esto que desde hacía muchos años estábamos muy compenetrados, y si para mí esta circunstancia me favorecía en mi trato con él como superior, él por su parte, me consta, se sentía cómodo y seguro al tenerme tan cercano como subordinado inmediato. Y tras el inciso, continuo con el relato de mi declaración: “Solicito permiso de S.E. para transmitir esta información – la conversación con el Rey- a los Jefes del Cuerpo, lo que hago una vez en mi despacho, por llamadas telefónicas y personalmente a los de las Unidades tipo Regimiento, Batallón o Grupo, tras informarles de la comunicación de S.M. el Rey al Capitán General en su caso”... Después, entre las 20,00 y las 21,00 horas, llamé por teléfono y hablé con el Gobernador Civil, para intercambiar información, y con el General Jefe del Sector Aéreo y el Comandante de Marina para anticiparles la Orden de Alerta que se iba a dar. “ Antes de las 21,00 vuelvo a Capitanía... Vuelvo a ver al Capitán General, y por él me entero de la situación en Valencia y del Bando del Capitán General de la 3ª Región Militar”. (...) “Sobre las 12,30 vuelvo a ver al Capitán General, que se encuentra en su domicilio, y allí me entero de que S.M. el Rey se va a dirigir a la Nación por televisión. Me despido una vez más de S.E., que me vuelve a insistir en que no habrá más ordenes que las que emanen de S.M. el rey”. Continuaba mi declaración detallando alguna medida que hubo que tomar, entrevistas con otros generales de la guarnición – entre ellos y muy en particular con Saavedra, Jefe de la División Guzmán el Bueno, a la que pertenecían la mayor parte de las tropas sevillanas, y más antiguo que yo, por lo que jerárquicamente era el que seguía al Capitán General – y otras conversaciones telefónicas con el gobernador civil, - que, por cierto, más tarde declaró que no tuvo noticia alguna de”sus vecinos”, a los que se pasó toda la noche esperando “ con una pistola sobre la mesa” – y el presidente accidental de la Junta, el notario Antonio Ojeda con el que continuo manteniendo una buena amistad. Y añadiría, refiriéndome ya a la mañana del 24: “El Capitán General me comunicó, cuando volví a verle, que S.M. el Rey le había llamado a las ocho de la mañana, para agradecerle su leal adhesión y su actuación”.

EL GOBERNADOR SANZ PASTOR, “ESE OTRO SEÑOR”

“Y luego está ese otro señor, el gobernador civil, Sanz Pastor. Hablé con él, también, más de una vez por la noche y al día siguiente por la mañana. Ha escrito y ha dicho- manifiesta Manuel Esquivias- que no tuvo ninguna noticia de sus vecinos, que éramos nosotros, y que él nos estaba esperando con una pistola encima de la mesa. Todo eso lo ha escrito el señor Sanz Pastor. ¿Qué quiere hacerse?, ¿El héroe del 23-F? Que no tuviera comunicación con nosotros, todo eso es mentira. Lo de la pistola, será verdad, pero hablamos por teléfono y al día siguiente le expliqué: mira que hay una unidad de Artillería que viene con un vehículo de cadenas, una artillería autopropulsada, que va a cruzar Sevilla desde la Estación de Córdoba a Pineda, que no se alarme la gente... Todo eso -prosigue Esquivias- lo hablé yo con José María Sanz Pastor, ¡ y que me diga que no tuvo relaciones con nosotros! Ahora está de embajador por el África Negra, seguro que en los jaleos que ha habido en Ruanda algo tendrá que ver.”

En efecto, Sanz Pastor había estado unos años de Embajador en Tanzania y Ruanda-Burundi, junto a su mujer Macamen, reconociendo, entre otras cosas, cadáveres de compatriotas asesinados, ya sea de misioneros o de cooperantes.

SANZ PASTOR CUESTIONA LA LEALTAD CONSTITUCIONAL DE ESQUIVIAS.

El duro alegato del militar Esquivias Franco contra el ex gobernador civil del 23-F y ex delegado del gobierno de la UCD en Andalucía, recibe puntual respuesta en el libro de memorias que escribe el Embajador, a caballo entre Lorca (Murcia) y Madrid.

“Este ciudadano estuvo todo el tiempo con piel de zorro y vestido de camaleón. No por cierto en actitud muy honrosa, valiente y caballerosa. Estaba sentado popa al viento dominante siempre, al sol que más calienta y con el pantalón a media asta a disposición del ganador. También todo el tiempo hablando con su hermano en Madrid, quien le informaba. Su posición iba cambiando y cambiando, según soplaba el viento. Igual que todos los ´trepas´. Yo tuve con él un altercado muy fuerte el 24 de febrero, cuando me dijo que iban a entrar en Sevilla una parte de la Guzmán el Bueno que estaba de maniobras. Lo primero que supe es que me mentía, como mintió a muchos esa noche. Esa columna no había salido de maniobras, había salido estratégicamente para apoyar el golpe y eventualmente tomar Córdoba, eso lo veía un ciego. Me negué en redondo a que volvieran, le hice ver los peligros y la provocación. Me contestó “tendrán que volver con honor”. No me hizo caso, la columna volvió y gracias a Dios, volvimos a tener suerte y no pasó nada, pese al irresponsable de Esquivias. Exclusivamente por este altercado del 24, es por lo que, cuando vi a Juan José Rosón para contarle todo lo que había pasado en mi demarcación, le pedí el cese de Esquivias en Sevilla.

Es obvio que de nada sirvió aquella petición del gobernador al titular de Interior; Esquivias se jubiló años después en la Capitanía de Sevilla y previamente fue ascendido al máximo órgano de la Justicia Militar. Sin embargo Sanz Pastor, en el referido capítulo de sus memorias que aquí se adelanta, plantea una serie de interrogantes entorno al papel jugado por el general sevillano como segundo en el escalafón aquella noche en Capitanía”.

En apoyo aparte se resumen las preguntas y las respuestas que, por vez primera, ven la luz. Y es que hace medio año el General Esquivias conoció el contenido del libro y el adelanto exclusivo de parte de las memorias de Sanz-Pastor que le han molestado enormemente. Tras analizar su contenido, Esquivias se decide a localizar al ex gobernador y ex Delegado del Gobierno en Andalucía y enviarle por Buró Fax la replica correspondiente para que rectifique sus memorias y no las lleve tal cual a la imprenta.

Cuatro meses después de haberlas enviado y sin recibir respuesta por parte de Sanz-Pastor, ha dado al cronista la correspondiente autorización para que su contenido, hasta ahora confidencial, sea conocido por mis lectores.

CARTA DEL TENIENTE GENERAL ESQUIVIAS:

“LA GUZMAN EL BUENO NO IBA A TOMAR CORDOBA”

“Sevilla, 11 de octubre de 2007

EXCMO. SR. DON JOSE MARIA SANZ PASTOR

Estimado amigo:

He tenido noticias a través del blog del Periodista Don José Fernández (www.pepefernandez.com) sobre la noche del 23 de febrero de 1981, fecha en la que tú eras Gobernador Civil de Sevilla y yo Gobernador Militar de esta Plaza, de la primicia de algunos párrafos del libro de tus memorias que, al parecer, está próximo a publicarse, en el que relatas minuciosamente mi proceder aquella noche; atribuyéndoseme manifestaciones y actuaciones que no se ajustan a la realidad.

En primer lugar he de decirte con toda sinceridad que lamento profundamente las calificaciones que de mi persona se hacen, en cuanto pueden suponer, y que de hecho suponen, un grave menoscabo de mi honor y afectan a mi Hoja de Servicios de la que me siento orgulloso; por lo que no estoy dispuesto a consentir que nada ni nadie trate de mancharla. No sé si tomarme como un halago o como un desprecio el que se me trate como “Pokemon de la Democracia”, pero lo que evidentemente sí me afecta son calificaciones como: “Este ciudadano estuvo todo el tiempo con piel de zorro y vestido de camaleón. No por cierto en actitud muy honrosa, valiente y caballerosa. Estaba sentado popa al viento dominante siempre, al sol que más calienta y con el pantalón a media asta a disposición del ganador”. Te agradecería muchísimo que en evitación de tener que ejercer la tutela que me corresponda ante tal ingerencia, retiraras dichos comentarios del libro de tus memorias que pretendes publicar.

Independientemente de ello, y dejando aparte lo que afecta a mi honor, me gustaría aclararte algunos puntos que pudieran quizá servirte de ayuda para completar mejor tu obra. En cuando a las conversaciones que mantuve con mi hermano, me parece recordar que a lo largo de la noche atendí una llamada suya desde el Cuartel General del Ejército, para preguntarme cómo estaban las cosas en Sevilla y aclararme algo sobre las andanzas del General Armada y sus deseo de ir al Congreso. Esa fue toda la información que tuve de mi hermano, confirmada más tarde por el General Urrutia. Si quieres indagar sobre mi actuación la noche del 23 de febrero, le puedes preguntar a Don Antonio Ojeda, Presidente en funciones en aquellas horas; pues con él hable más de una y más de dos veces y lo puso al corriente de la normalidad con que se desarrollaron todos los acontecimientos en Sevilla.

Por otra parte, entiendo que afirmas gratuitamente que la Unidad de Artillería de la División Guzmán el Bueno no estaba de maniobras en aquella fecha, sino que salió “para apoyar el golpe y eventualmente ocupar Córdoba, eso lo veía un ciego”. Las maniobras estaban previamente programadas por el mando de la indicada División, que fue quien lo ordenó de acuerdo con el Plan General de Instrucción que previamente aprobaron la Capitanía General y el Estado Mayor del Ejército, sobre los que el Gobernador Militar de Sevilla no tenía ni mando ni jurisdicción. Fue el Estado Mayor de Capitanía quien me avisó del regreso de la Unidad y se me pidió que lo pusiera en tu conocimiento como Gobernador Civil para que el recorrido de los vehículos orugas que lo integraban no causara alarma entre la población. Todo ello es fácilmente demostrable, puesto que dichas maniobras estaban programadas con muchísima antelación a los acontecimientos del “23 F” y que carecería del más mínimo sentido que la División de Infantería Mecanizada Guzmán el Bueno nº 2 abandonara la plaza de Sevilla, si verdaderamente sus mandos hubieran estado implicados para tomar Córdoba, estando aquí la Capitanía General y allí el Regimiento de Infantería de la Reina nº 2, además de las Unidades de Cerro Muriano. (…) Quedo a tu entera disposición para aclarar cualquier extremo que consideres de utilidad al contenido de la presente carta, al tiempo que estoy seguro que las respuestas dadas te servirán para corregir y ceñir a la verdad el contenido de tus memorias; lo que evitará que se pueda ver afectado mi honor o que tuviera que ejercer el derecho de rectificación que la Ley me otorga.

Recibe un cordial saludo.

Manuel Esquivias Franco.”


LAS CLAVES DEL 23-F EN SEVILLA

Esquivias responde a las incógnitas de Sanz-Pastor

El ex Delegado del Gobierno, Sanz-Pastor, afirma en sus memorias que “Hay varias preguntas clave que debería contestar ese ´Pokemon de la Democracia´ que quiere ser hoy Esquivias Franco”.

Esquivias le responde: “Continúas en tu proyecto de libro realizando una serie de preguntas que deseo contestarte con el objeto de que sean rectificadas en el obra que de tus memorias preparas”.

“Sanz-Pastor.- Si era verdad que todos los de caqui estaban de nuestra parte, ¿por qué no hicieron lo que hizo el Ejército del Aire y la Marina? Nos habrían quitado una gran pesadilla a todos los que vivíamos en su zona y además al resto de España, que pensaba que la segunda Capitanía en saltar era Sevilla y tras ella Campano en Valladolid. Aire y Marina apoyaron en el acto al gobierno de la nación en Sevilla y así me lo hicieron saber y así se lo transmití a mi gente. ¡Los de caqui no!. Desde luego el camaleón de Esquivias, tampoco. Toda esa tarde y noche con ruido de sables, con tanques armados hasta los dientes, etc. ¡Para colmo eran mis vecinos!.”

Manuel Esquivias.- Creo recordar que hablé contigo y que en ningún momento te dije nada que te pudiera hacer dudar de lo que no me cansé de repetir aquella noche: “que en Sevilla no pasaba nada”. Así se lo hice saber a los Jefes de Cuerpo –“no se moverá ni un dedo sin orden del Capitán General, que ha hablado con S.M. El Rey y le ha hecho saber que aquí no pasará nada que él no ordene”-. Esto lo repetí una y otra vez a todo el que me llamó, entre los que recuerdo a los Gobernadores Militares de Asturias y Pontevedra. Quizá estará así recogido en las escuchas que el Partido Comunista tuviera un coche instalado cerca de Capitanía, y te recuerdo que lo mismo te hice saber cuando hablé contigo para comunicarte que se iba a aplicar la Operación Diana que tanto te preocupó y a la que se refiere la pregunta siguiente.

S-P.- ¿Por qué para él, era y es hoy, lógica la Operación Diana y no lo era para los de Aire y Marina?

M.E.- La Operación Diana es una directiva redactada por el Estado Mayor del Ejército regulando las medidas a adoptar en caso de emergencia. Evidentemente los acontecimientos ocurridos la tarde-noche del 23 de febrero de 1981 podrían ser considerados como de emergencia, además de que fue el propio Estado Mayor del Ejército quien ordenó su aplicación. Si Aviación y la Marina no tenían redactada unas directrices como la Operación Diana, tendrían que responder a su pregunta los mandos de ambos Ejércitos.

S-P.- ¿Por qué, incluso tras la intervención del Rey en la TVE, siguieron dando la callada por respuesta y sin desmontar su operativo Diana? O hacer una declaración a los medios informativos y a mí; Aunque solo fuera para tranquilizar a la ciudadanía y para que yo desactivara el operativo de orden público.

M.E.- Reitero que la Operación Diana era una prevención ante una emergencia, y en ningún caso una amenaza.

S-P.- ¿Por qué Esquivias no mandó a arrestar ni esa noche, ni más adelante a los de transmisiones que fueron a tomar el gobierno civil? ¿Acaso fue él quien los mandó? Porque lo que es seguro es que un oficial de muy alta graduación les dio la orden. (Pretendían instalar una línea telefónica directa, ´cabeza cola´, entre el G.C. y Capitanía.

M.E.- No puedo contestarla pues es la primera noticia que tengo de un intento de tomar el Gobierno Civil por la Unidad de Transmisiones aquella noche.

S-P.- ¿Por qué no mandó depurar responsabilidades sobre la actuación de la Guzmán el Bueno? No nos va a venir con la milonga que lo normal es cargar de munición y combustible sus efectivos. Lo mismo que para las unidades de caballería, ( tanques), que salieron para el Aljarafe.

M.E. Me consta que ninguna Unidad salió de su Acuartelamiento, ni mucho menos tanques; y no se ordenó tomar responsabilidades porque nadie desobedeció ninguna orden ni podía tomar iniciativa que no le correspondía.

S-P.- ¿Por qué recibieron en Capitanía y dieron calor humano esa noche a voluntarios golpistas de la sociedad civil sevillana?

M.E.- En el Gobierno Militar no se recibió aquella noche visita alguna, por lo que es difícil dar calor humano a voluntarios golpistas. Si así ocurrió en Capitanía será ésta quien debe responder a esa pregunta.

S-P.- Por qué no despidieron con cajas destempladas al General de Zona de la Guardia Civil?, quién desobedeciendo mis órdenes, so pretexto del ´estado de guerra decretado por el Ejército´, se había ido con ellos. Digo yo, que si tan claras tenían sus ideas demócratas, podían haberle dicho a ese General que como mínimo estaba equivocado, respecto a Sevilla. De esa forma o se venía con nosotros o cogía el avión para Valencia o para el Congreso.

M.E.- En toda la noche ni vi ni supe nada del General de la Guardia Civil.

S-P.- ¿Por qué no solamente no se opuso a que se redactara el Parte de Guerra en esa Capitanía sino que él mismo reprimió al que no supo redactarlo?.

M.E. … (no responde)

S-P.- ¿Quién mandó redactar la lista de civiles a controlar y eventualmente ´congelar´?

M.E.- Ignoro todo lo referente a esa presunta lista de civiles a controlar.

S-P.- ¿Por qué no se nos informó de la salida de tropas para el Aljarafe y tampoco de las maniobras de la Guzmán el Bueno hacia Córdoba y me entero a la mañana del 24?”

M.E. - Reitero que ninguna Unidad salió de sus Cuarteles. Una Unidad por pequeña que sea no puede pasar desapercibida, y absolutamente nadie ha oído jamás nada referente a la presencia de tropas en las calles de Sevilla la noche del 23 de febrero.

Sevilla, 23 de febrero de 2008

(Sanz-Pastor, primero por la izquierda y entonces gobernador civil de Alicante, junto a Milans del Bosch presenciando un desfile militar en Alcoy en 1980, en una foto de Paco Grau. Abajo, Plaza de España, de Sevilla, sede de la Delegación del Gobierno y de la Capitanía General)

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