domingo, 11 de octubre de 2009

Rajoy suelta el lastre de los barones

VALENCIA.- El parto fue difícil, pero con la destitución de Ricardo Costa como secretario general del PP valenciano, Mariano Rajoy suelta amarras y deja de depender políticamente de Francisco Camps y del territorio que más votos aporta al PP, junto a Madrid. Las "medidas contundentes" han sido una prueba para Rajoy, pero una vez obtenidas, aunque con retraso, dirigentes del PP entienden que su líder "por fin se ha impuesto" y Valencia, que ya despertaba celos en las demás comunidades autónomas, deja de ser "el actor imprescindible que dicta lo que hay que hacer y de la que depende el futuro de todos", según se escribe en 'La Vanguardia'.

Así se expresan dirigentes regionales de toda España, que creen que se ha restablecido el equilibrio que había antes de que Mariano Rajoy "le debiera" a Camps su reelección como presidente del partido tras la derrota electoral del 2008. Entonces, se puso en entredicho su capacidad de liderazgo por quienes pretendían disputarle la batuta del PP, como Esperanza Aguirre y Juan Costa. El apoyo de Camps fue entonces primordial en el congreso de Valencia.

Las fuentes del PP consultadas consideran que ahora, tras los episodios del caso Gürtel que han salpicado a Valencia y se han cobrado la cabeza del número dos de Camps, por imposición de Rajoy, el presidente valenciano queda a la misma altura que los demás barones y el PP vuelve a ser un partido sin baronías, sino con dirigentes territoriales, algo que preocupaba, y mucho, en determinados sectores del PP. A juicio de estas fuentes, Valencia y Camps ejercían demasiada influencia sobre Rajoy, que ahora puede encontrarse liberado para "hacer más caso a las demás" organizaciones.

Qué duda cabe de que los sucesos de los últimos días, sobre todo lo ocurrido el viernes, para que se ejecutara la decisión de Rajoy de que Ricardo Costa abandonara la secretaría general del PP valenciano han provocado heridas que, según las fuentes consultadas, afectan a Costa pero también, y mucho, a Francisco Camps. De todas maneras, el dirigente popular ha transmitido a personas de su entorno que sigue confiando en el presidente de la Generalitat, entiende que tiene mucho futuro político por delante y no le cabe la menor duda de que repetirá como candidato en el 2011. La diferencia, añaden las mismas fuentes, es que antes Rajoy le debía el puesto a Camps, y ahora, Camps continúa porque lo quiere Rajoy.

La comunidad que emerge con fuerza es Galicia –Madrid sigue yendo por libre y con su presidenta jamás podrá entenderse–, pero el poder territorial de esta comunidad y de su líder, Alberto Núñez Feijóo, no preocupa al resto del PP. Rajoy no le debe nada a Feijóo, porque aunque sea presidente de la Xunta ganó unas elecciones en las que él se empleó a fondo e hizo suyas y por eso el triunfo es también suyo, no sólo de Feijóo.

Tras lo ocurrido en Valencia, en el PP se ha entendido que "no era fácil" solucionar el problema y que al final se han conseguido los objetivos, aunque los tiempos no hayan sido los mejores, como ocurrió con el caso del tesorero del PP, Luis Bárcenas. Pero la mayoría recordaba ayer que ya nadie se acuerda de lo que costó lograr la dimisión del todavía senador popular, y lo que queda ante la opinión pública es que fue apartado de sus tareas, como ahora Ricardo Costa.

Es el todavía secretario general del PP valenciano quien recibe las críticas de sus compañeros de otras comunidades, que no entienden "que se aferre de esta manera" al cargo. Todos destacan que en la política a veces hay que hacer de chivo expiatorio.

"Me da rabia porque es muy trabajador, y por este partido ha trabajado mucho", señalaba ayer un dirigente territorial a este diario, "pero las conversaciones grabadas y que figuran en el sumario del caso Gürtel", con "indeseables" de la trama Gürtel, "son letales" e "incompatibles con el PP y lo que predica", aunque no haya hecho nada ilegal", añaden.

Quien se atrevió a expresar en público esta opinión fue el presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti, que mostró su "pena, preocupación y asco" por todo lo relacionado con Gürtel, porque "habla de algunos a los que les gustan el lujo, el sexo, el vivir bien, el trincar o no trincar, mientras que hay concejales aquí que se juegan la vida por cero euros, para defender unos ideales".

La reunión del comité ejecutivo valenciano del martes, que aprobará el cese temporal de Costa, no preocupa ni en la dirección nacional del PP ni en el PP valenciano, donde sólo en determinados sectores no se comparte la idea de Camps de dejar vacante la secretaría general, dado que el cese de Costa es "temporal", como ha quedado vacante en Madrid el puesto de tesorero nacional.

Estos sectores consideran que si bien entienden la deferencia que el presidente valenciano quiere tener con Costa para poder restituirle en su puesto llegado el caso, no es lo más adecuado tras el trauma causado y cuando hay que empezar a preparar las elecciones autonómicas.

De todas formas, lo que descartan es que vaya a haber un movimiento de solidaridad con Costa que vuelva a poner en apuros a Camps. Ni siquiera el sector zaplanista, que se puede considerar inexistente en la dirección de los populares valencianos, parece que vaya a intentar alguna estrategia para debilitar a Francisco Camps, aunque hay quien cree que está muy tocado y que "las cosas no acabarán aquí".

Sin embargo, según las fuentes consultadas, Costa sigue pensando que se merece una explicación, y es a lo único a lo que aspira en esa reunión del martes. Ni piensa tirar de la manta ni exigir otras cabezas, aseguran las fuentes consultadas, sino que se le dé una explicación. Se irá defendiendo su gestión en el PP y proclamando su inocencia de unas acusaciones que ni siquiera en vía judicial se han planteado.

Porque, afirman, si algo le dolió a Ricardo Costa es que Camps en ningún momento de toda esta crisis le plantease directamente que debía dimitir y que estuviese en boca de todos. Lamenta que ya hubiese sobre él una condena y ya todos habían fijado para el viernes, día de la Comunidad Valenciana, la fecha para la ejecución sin darle siquiera la oportunidad de defenderse.

De todas formas, Camps contará en el comité ejecutivo con el apoyo a la medida adoptada de dos puntales del PP valenciano, Rita Barberá y Juan Cotino, de acuerdo con Rajoy.

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