domingo, 19 de septiembre de 2010

La dirección de la CAM quiere una asamblea masiva para facilitar la aprobación del SIP

ALICANTE.- Los gestores de la CAM tienen asumido que no conseguirán repetir los resultados de Bancaja, donde sólo tres de sus consejeros se opusieron a la fusión con Caja Madrid, ni tampoco los de Cajamurcia, donde la entrada en el SIP Mare Nostrum fue votada por unanimidad, pero la cúpula de la caja alicantina está redoblando sus esfuerzos para conseguir que su integración con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura salga adelante con el mayor número de votos posible. El día decisivo será el próximo viernes, cuando está convocada la asamblea general de la entidad, recuerda 'Levante'.

Aunque oficialmente en la caja se muestran muy tranquilos y convencidos de que no habrá problemas para conseguir los dos tercios de los votos necesarios para aprobar la operación, las fuentes consultadas aseguran que "nunca se había insistido tanto a los consejeros para que no falten a la cita".

Así, siempre que hay una asamblea general se notifica personalmente a todos sus miembros, lo que ya no es tan habitual es que se les llame por teléfono recordándoles la existencia de reuniones preparatorias (las denominadas pre asambleas que empezaron a celebrarse la semana pasada) y la importancia crucial de la decisión que deben tomar, señala uno de los citados consejeros.

La clave está en que, cuantos más consejeros asistan, más difícil será que los opositores al SIP sumen el número suficiente de votos para bloquear la operación -algo que en principio parece muy improbable- y, sobre todo, más diluida quedará su protesta.

Por parte de los dos grades partidos el respaldo a la "fusión fría" con asturianos, cántabros y extremeños parece más que garantizada. Así, la portavoz de Economía del PSPV-PSOE, Cristina Moreno, reiteró a este diario que los consejeros afines a la formación mantendrán el "apoyo crítico" que ya mostraron sus representantes cuando el contrato de integración del SIP pasó por el consejo de administración de la entidad.

"Es un sí por responsabilidad. Somos conscientes de que la falta de un Gobierno fuerte en la Generalitat es lo que nos ha llevado a esta situación pero no estamos dispuestos a desestabilizar las cajas. No lo hicimos en Bancaja y no lo haremos en la CAM", apuntó la también diputada autonómica, para quien lo más importante en que "la liquidez vuelva a las empresas".

Centrados en sus problemas

En el Partido Popular, por su parte, el apoyo también será unánime. "No están las cosas ahora mismo para buscar más problemas", señalaba un consejero afín a la formación en referencia a los problemas por los que atraviesa tanto el Consell, con el caso Gürtel, como la Diputación, con el caso Brugal.

El único gran foco de resistencia que queda es el del personal, pero también en este caso la dirección ha conseguido suavizar las cosas. Tras el acuerdo de garantías que los gestores del SIP alcanzaron el pasado viernes con CC OO, UGT y CSIF se evitará la imagen de los 24 delegados sindicales presentes en la asamblea votando en bloque contra el SIP. Eso sí, el presidente de la CAM, Modesto Crespo, y el director general, Roberto López, tampoco podrán presentar el acuerdo como un éxito total, como sí ocurrió en Bancaja y Cajamurcia, porque los sindicatos que suman la mayoría de la representación todavía se oponen.

De hecho, el Sicam y la CGT ya han anunciado que convocarán una manifestación el mismo día de la asamblea desde la sede central de la caja hasta el Aula de Cultura donde tendrá lugar la reunión. Lo harán, además, portando un ataúd para simbolizar la muerte de la entidad alicantina. La CGT, además, espera presentar en los primeros días de esta semana una denuncia en la Audiencia Nacional para impugnar el citado acuerdo.

La Generalitat deberá pronunciarse sobre la operación

Aunque teóricamente la creación de un sistema institucional de protección (SIP) no necesita de la aprobación de la Generalitat por no tratarse de una fusión pura y dura, en el caso de la CAM el Consell tendrá, como mínimo, que pronunciarse. El motivo es que la próxima asamblea general de la caja, además del contrato de integración del SIP, deberá aprobar una modificación en el título preliminar de sus estatutos.

Es la parte donde se define la naturaleza y el origen de la caja, fruto de múltiples fusiones, y la modificación será para inscribir la nueva integración.

El problema es que cada vez que se toca una sola coma de este texto debe remitirse de nuevo al Instituto Valenciano de Finanzas para su aprobación, lo que obligará al Consell a definirse. Aunque nadie piensa que la Generalitat pueda oponerse a la operación, son varios los consejeros de la entidad que no acaban de entender por qué se otorga ahora esta posibilidad a la Generalitat. Sobre todo porque ni Bancaja ni Cajamurcia modificaron sus estatutos tras aprobar sus respectivos SIP y tampoco los socios de la CAM lo tienen previsto.

"Sólo se explica si le quieren dar el control de la operación a al Consell", apuntaba un consejero. La entidad declinó realizar ningún comentario.

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