jueves, 10 de marzo de 2011

El fiscal rebaja a 20 años la petición de pena para el líder de la congregación del Olivo

ALICANTE.- El ministerio fiscal ha rebajado de 24 a 20 años la petición de pena para el líder de la congregación del Olivo, Yehudah L.F., afincada en Ondara, acusado de asociación ilícita, de diez delitos de lesiones y de un delito de estafa continuada.

   Durante la última sesión del juicio celebrado en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Alicante, y que ha quedado visto para sentencia, el fiscal ha solicitado para Yehudah L.F. tres años de prisión --en lugar de los cuatro que pedía inicialmente-- por un delito de asociación ilícita, 15 años por diez delitos de lesiones, y dos --en lugar de cinco-- por un delito continuado de estafa.
   Asimismo, el acusador público ha rebajado la pena solicitada para el resto de los 11 acusados, de modo que ha pasado a pedir para el presidente, tesorero y secretario de la congregación 20 años de prisión, en lugar de 23; dos años para uno de los procesados, residente en Zaragoza --y no los 23 años de cárcel solicitados inicialmente--; así como 16 años de prisión para el resto --por los 18 pedidos en un primer momento--.
   Durante la exposición de sus conclusiones, el fiscal ha señalado que "no se está juzgando al judaísmo, ni al islamismo, ni a ninguna religión, sino a una secta religiosa" que cuenta con "un líder carismático", cuyos miembros "viven en un recinto cerrado", donde se "suprime el derecho a la intimidad" y se "controla el acceso a la información al prohibir el contacto de los miembros con los exadeptos".
   Para la fiscalía, esta "secta" no tiene "nada de judaísmo", sino que todo en ella es "pura forma y apariencia", puesto que en realidad es "una asociación ilícita que emplea medios de control de la personalidad" y que "estafa" a sus miembros "con engaño y perjuicio".
   Por su parte, las defensas han coincidido en señalar que la congregación del Olivo no es una asociación ilícita y que la causa obedece "a una predisposición en contra de los acusados, que ya se apuntaba durante su fase de instrucción". Asimismo, durante su alegato final, las defensas han indicado que en el juicio "no ha quedado acreditada la supuesta estafa".
   Respecto a los delitos de lesiones, las defensas han argumentado que existe "una falta de nexo causal entre la pertenencia a la congregación de los denunciantes" y las enfermedades mentales que han podido padecer tras su salida del grupo. En este sentido, los letrados defensores han pedido la absolución de sus clientes, al entender que ningún delito "ha quedado probado".
   Durante la sesión de este jueves también han prestado declaración cinco peritos judiciales que han evaluado a la mayoría de los denunciantes exmiembros de la congregación, así como a los 12 acusados, y en su declaración han señalado que los querellantes valorados "padecen un trastorno adaptativo mixto con ansiedad y depresión" y "dificultad para adaptarse" a consecuencia del "especial maltrato" que recibieron en el grupo.
   "Con alta probabilidad", ha indicado una de los peritos, la permanencia en el grupo es "el reactivo" de sus enfermedades. Así, de las evaluaciones realizadas, los psicólogos han llegado a la conclusión de que lo referido por los valorados es "altamente creíble".
   En este sentido, infieren que Yehudah L.F. "es el líder, en todos los sentidos, del grupo" y que éste utilizaba "técnicas de control mental y maltrato psicológico" para aislar a sus acólitos, como son "el cambio de nombre, y vivir en el mismo edificio". Además, estos peritos han indicado que Yehudah L.F. "intentaba mantener el grupo a toda costa para no quedarse sin trabajo".
   Por otra parte, un perito propuesto por la defensa ha asegurado que para desarrollar su informe, los otros técnicos "no han utilizado ninguna técnica para evaluar la credibilidad" de lo referido por los valorados.
   Además, este perito ha indicado que el informe está "sesgado a partir de la hipótesis inicial de que la congregación del Olivo es una secta" y que en él se analiza "no al grupo, sino a su religión".
   "No he visto el menor signo de aislamiento social tras convivir con la congregación del Olivo durante más de 150 horas" ha concluido este técnico.

Testimonio de ex miembros
Exmiembros y seguidores de la 'congregación del Olivo' han discrepado ayer miércoles, durante su declaración en la segunda jornada del juicio contra el líder de la agrupación y once de sus adeptos, al afirmar los primeros que las aportaciones económicas que realizaban --denominadas diezmo-- no se hacían de forma "voluntaria" y al asegurar los adeptos y algunos exintegrantes que estás sí eran libres.
   Este miércoles también han declarado, en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Alicante, varios guardias civiles que participaron en la operación 'Diáspora', que concluyó en 2004 con 12 personas detenidas relacionadas con la congregación, entre las que se encontraba su líder, Yehudah L.F., uno de los encausados en este procedimiento.
   Uno de los guardias civiles ha indicado que la operación comenzó después de que un menor acudiera al cuartel de la Benemérita de Jávea por "abandono del hogar" y se detectara, a través de su declaración --prestada acompañado de un familiar-- que los padres podrían "haber abandonado al hijo" y que detrás de los hechos podría estar "una congregación".
   De este modo, la Guardia Civil inició "de oficio" una investigación al "observar indicios de delito" en lo que refería el menor, que les proporcionó el contacto de varios exmiembros de la congregación, quienes corroboraron lo contado por éste.
   El testigo ha apuntado que, tras cotejar los extractos bancarios de la congregación con los libros de cuentas intervenidos al tesorero de esta, llegó a la conclusión de que "todo el dinero que se recogía con los diezmos, excepto la hipoteca del local que la congregación tenía en Ondara, y sus gastos de luz y agua, iban a parar al líder" de la agrupación, Yehudah L.F. y que los gastos de él y de su familia "eran sufragados por el grupo".
   El guardia civil ha señalado que entre 2002 y 2004 la congregación recaudó cerca de 178.000 euros a través de las aportaciones de los acólitos, ya fuera mediante la entrega del 10 por ciento de su salario, con ofrendas, o con el beneficio obtenido mediante la venta de objetos religiosos.
   Según el agente, de este dinero, 43.166 euros fueron a parar a Israel, de los cuales, 23.421 euros fueron para la hija de Yehudah L.F. que reside en este país. La defensa sostiene que este dinero se entregó a la hija del líder en concepto de regalo que los miembros de la congregación decidieron hacerle con motivo de su boda.
   También destaca el testigo una transferencia bancaria "ordenada por la congregación" en 2003, "cuyo beneficiario era Yehudah L.F.", por valor de 55.165 euros. Al respecto la defensa argumenta que el líder no era el beneficiario, sino que este dinero se envió a una agencia de viajes de Madrid como pago por un viaje a Israel realizado por varios miembros del grupo, y que Yehudah L.F. aparecía en el extracto bancario en el "concepto" de la transferencia y no como beneficiario de la misma.
   Por otro lado, varios de los exmiembros de la 'congregación del Olivo' que han prestado declaración este martes han coincidido en señalar que las aportaciones económicas que realizaban "no eran voluntarias", puesto que en el momento que las hacían eran "creyentes" y se les decía que "si no daban el dinero le estaban robando a dios", por lo que se sentían "presionados" de este modo.
   Así mismo, han indicado que en los sermones que se realizaban en la congregación "se pedía habitualmente dinero desde el púlpito" para "sufragar los gastos de la congregación" y "ayudar a los necesitados". También han destacado que el grupo acordó "abonar un sueldo al líder", pero no que "también se le pagaran los gastos".
   En este sentido, diversos exmiembros han asegurado que observaron en el líder "un nivel de vida superior al que le correspondería por su sueldo".
   Además, han afirmado que realizaban de forma individual con el líder unas 'revisiones de vida', similares a una "confesión", en las que contaban a Yehudah L.F. sus "intimidades", una información que éste luego utilizaba en los sermones para "coaccionarlos y manipularlos" y para que fueran "sumisos".
   También han coincidido en su declaración sobre la existencia de un grupo dentro de la congregación denominado 'El Remanente', compuesto por allegados a Yehudah L.F., que han calificado como "su brazo ejecutor" encargado "de manipular al resto del grupo" con la información que obtenía el líder en las 'revisiones de vida' y a través de su "red de información".
   Varios testigos han indicado que los miembros de 'El Remanente', junto con el líder de la congregación se reunían con frecuencia "para beber vino, emborracharse y cotillear sobre los demás miembros del grupo".
    Distintos exmiembros han destacado que el líder obligaba a los miembros del grupo a "hacer el vacío" a quienes no seguían sus instrucciones o no pagaban el diezmo y que "enfrentaba a familiares" cuando un acólito quería dejar la congregación. En esta línea, han indicado que Yehudah L.F. decía que las personas que abandonaban el grupo o lo querían dejar "eran malos", y los sometía a ese "vacío".
   Por otra parte, varios seguidores de la congregación y exmiembros de la misma, han señalado que en su participación en el grupo siempre han sido "libres" y que no se hacía "ningún vacío a nadie" en el mismo.
   También han destacado que "no existen problemas" para abandonar la congregación y que en los sermones se habla "muy poco de dinero". Además, han declarado el hijo de uno de los acusados, y el yerno del líder, ambos pertenecientes en la actualidad a la congregación, quienes han negado que exista en el grupo cualquier tipo de coacción.

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