lunes, 11 de febrero de 2013

El catedrático Jorge Olcina alerta de los efectos del cambio climático sobre la competitividad turística

ALICANTE.- Un artículo elaborado por el catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante (UA) Jorge Olcina, y publicado en la revista del Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas de la UA, concluye que los destinos turísticos "deben plantear" medidas de "reducción y adaptación" al cambio climático para evitar la "pérdida de competitividad turística", según ha informado en un comunicado la institución académica.

   En su escrito, Olcina ha señalado que la zona del Mediterráneo "se enfrenta a una tendencia al incremento de extremos atmosféricos y a la pérdida del confort climático", hecho que, en su opinión, "puede desviar" el flujo de visitantes que reciben los destinos turísticos de este área geográfica.
   Igualmente, ha asegurado que el turismo es "una actividad vulnerable que debe adaptarse", y en particular ha destacado que las modalidades de turismo de sol y playa, de nieve y de grandes ciudades, "están especialmente expuestas a las consecuencias de la evolución del tiempo atmosférico".
   En este sentido, ha resaltado que la citada evolución meteorológica puede "conducir hacia un cambio drástico de destinos", ya que las tres "exigencias" del turista en materia climática --disfrute, confort y seguridad-- "van a verse alteradas en las próximas décadas en los destinos turísticos en todo el mundo", según ha advertido.

   A juicio de Olcina, España es un territorio "especialmente vulnerable", y ha afirmado que se trata de un "laboratorio idóneo" para el análisis de las alteraciones en la circulación atmosférica y sus efectos derivados.
   "La actividad turística está especialmente expuesta debido a la importancia fundamental de la modalidad de turismo de sol y playa y al auge creciente del turismo invernal de nieve", ha señalado, al tiempo que ha añadido que se produce "un aumento de los grupos de riesgo de enfermedades cardiovasculares y pulmonares, sensibles al clima, motivado por la tendencia al envejecimiento natural de la población española, así como a la llegada de jubilados europeos".
   El estudioso ha considerado que la situación es "de calado económico y social mundial", si bien ha agregado que al tratarse de "una cuestión de medio y largo plazo, es de poca rentabilidad política a la hora de exigir medidas que se deban poner en marcha". Además, ha avanzado que la "modelización climática todavía tiene certidumbres en su parte física, por ejemplo, en el comportamiento de las precipitaciones".

   Así, ha apuntado que se han materializado "algunas iniciativas" tanto en diversas partes del mundo como en España para "anticiparse a las consecuencias" de la modificación del clima, y al respecto ha citado, entre otras medidas, al Gobierno australiano, "que se ha implicado activamente en la cuestión y está desarrollando planes y medidas de mitigación de los efectos del cambio"
   También se ha referido a los diversos protocolos de la Unión Europea (UE), el caso de la red europea 'Hotel Energy Solutions' para reducción de emisiones y, dentro de España, las medidas de mejora energética aplicadas al turismo del Plan-E; el plan canario de instalación de energía solar en hoteles o la reordenación de la Bahía de Palma con criterios de planificación urbana sostenible.
   No obstante, el catedrático ha señalado como "factor añadido" que en las dos últimas décadas se ha "edificado en áreas españolas de expansión urbano-turística por encima de lo racionalmente sostenible, a veces en zonas con peligrosidad natural, expuestas al peligro de inundación o en sectores con riesgo ante sequías, temporales marítimos y deslizamientos".
   "El exagerado aumento del parque de viviendas se añade a los factores atmosféricos y puede generar un incremento en el número anual de noches cálidas durante las próximas décadas, con lo que ello implica de pérdida del confort climático en zonas turísticas, especialmente del litoral mediterráneo español", ha detallado el autor.

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