domingo, 20 de octubre de 2013

El calzado con acolchado extra no previene las lesiones al correr

NUEVA YORK.- El acolchado de las zapatillas para correr se promociona como una amortiguación extra para prevenir lesiones, pero un nuevo estudio demuestra que ese mecanismo no cumple su promesa.

Un equipo evaluó calzado idéntico con distinto grado de acolchado en un ensayo clínico a ciego con casi 250 corredores y halló que características como el peso y la aptitud física influían en la frecuencia de las lesiones, no así la suavidad del calzado.

"Los resultados no respaldan el argumento de la industria del calzado deportivo de que a los corredores con mayor masa corporal hay que recomendarles calzado con mayor amortiguación", dijo el autor principal, Daniel Theisen, del Laboratorio de Investigación de Medicina Deportiva del Departamento de Salud Pública de Luxemburgo.

A partir de algunas pruebas, Theisen, que es fisioterapeuta con un doctorado en Ciencia del Deporte y corredor, esperaba hallar alguna diferencia.

Pero ensayos previos con calzado con acolchado extra en el mundo real, como en el entrenamiento de los reclutas de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, no habían identificado beneficios evidentes, según publica el equipo de Theisen en British Journal of Sports Medicine.

Entonces, los autores realizaron el primer ensayo clínico aleatorio, a doble ciego, para determinar si el acolchado de las zapatillas previene las lesiones en los corredores aficionados.

Para eso, convocaron a los participantes con anuncios en los diarios y sitios de Internet. Al azar, organizaron a los 247 participantes en dos grupos. Los hombres y las mujeres tenían entre 30 y 50 años, y un índice de masa corporal (IMC) entre normal y con sobrepeso.

Todos corrían por lo menos 16 kilómetros (km) por semana.

Los participantes recibieron calzado de "un fabricante de equipos deportivos renombrado", según describen los autores. Eran versiones personalizadas de un modelo de venta masiva y sin marcas. Todas las zapatillas parecían idénticas, pero la mitad de los pares incluía una media plantilla suave extra, que sumaba un 15 por ciento más de amortiguación.

Ni los investigadores ni los participantes sabían quién había recibido los pares más "suaves".

Los corredores debían entrenar por lo menos una vez por semana, sólo con las zapatillas provistas. Tenían que informar la distancia recorrida y cualquier tipo de lesión vía Internet. Los participantes usaron las zapatillas durante cinco meses.

El equipo definió el concepto de lesión como todo dolor por el entrenamiento, de primera aparición y que impedía correr por lo menos un día. Treinta y dos de los 69 corredores con lesiones usaron el calzado con la suela más dura y los 37 restantes usaron las zapatillas con la suela más blanda.

Theisen comentó que las principales lesiones fueron crónicas y por sobrecarga; afectaron los tendones, las articulaciones y los músculos.

Aunque el equipo no halló una diferencia significativa entre los grupos atribuible a la amortiguación, detectó algunas diferencias asociadas con el IMC y otras características y conductas de los participantes.

Los corredores más pesados eran un 13 por ciento más propensos a sufrir lesiones que los que tenían peso normal y la suavidad extra del calzado no contrarrestó ese riesgo adicional.

Haber tenido una lesión previa sumó un 75 por ciento de riesgo, mientras que el entrenamiento de alta intensidad agregó un 39 por ciento.

En cambio, la experiencia previa de entrenamiento redujo más de la mitad el riesgo de sufrir lesiones. Los participantes que además practicaban otros deportes semanalmente tenían un 30 por ciento menos riesgo de tener lesiones al correr que los que no hacían otras actividades.

Ahora, el equipo está trabajando en otro estudio para saber si el cambio habitual de calzado protegería de las lesiones.

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