jueves, 12 de abril de 2018

UGT y CCOO dicen que en España no hay "normalidad judicial"

MADRID.- Pese a que aseguran que no comparten «ni el objetivo, la independencia, ni la estrategia, la proclamación unilateral que persiguen y promueven las fuerzas independentistas», lo cierto es que UGT y CCOO participarán en la manifestación del próximo 15 de abril en Barcelona, junto a los separatistas de la ANC y Òmnium Cultural, pidiendo la vuelta a casa de los presos soberanistas. Y ayer en un comunicado conjunto justificaron su participación en la marcha ante la necesidad de «construir puentes de encuentro» y para recuperar la «normalidad institucional, política y judicial», recuerda hoy El Mundo.

Las dos grandes centrales sindicales ponen en entredicho la normalidad judicial tras las decisiones que los jueces respecto al procés y que califican de «desproporcionadas», tanto «en la tipificación de algunos delitos como en el abuso de la utilización de la prisión preventiva». UGT y CCOO insisten, no obstante, en que su participación en la manifestación del domingo «en ningún caso puede confundirse con su apoyo al procés», pero aseguran que las causas judiciales contra personas «que hasta hace poco tenían altas responsabilidades institucionales» están teniendo «importantes consecuencias sociopolíticas» y podrían «incluso tenerlas sobre el rigor del sistema español si es desautorizado en instancias europeas».
Por eso, exigen que de forma «urgente» se conforme un Gobierno en Cataluña «dentro del marco Constitucional y Estatutario, porque es necesario recuperar el autogobierno dejando de aplicar el artículo 155, para que ese Gobierno se ocupe de los problemas de la gente (paro, desigualdad...), para dejar atrás el procés y abrir una etapa de diálogo entre en Cataluña y con el Gobierno».
Esto es, en definitiva, dicen, que el Gobierno renuncie al «inmovilismo» y las fuerzas políticas independentistas «al unilateralismo» que han mantenido desde el inicio del conflicto. Por eso, advierten de que han propuesto «una reforma constitucional» que dé respuesta a las aspiraciones de mayor autogobierno «en el marco de un Estado Federal».
Su postura a lo largo de todo este tiempo no siempre ha sido entendida por sus afiliados. Fuentes de UGT reconocen a El Mundo que el anuncio de su participación en la marcha de este domingo ha provocado «cierto malestar» en la organización. Ahora bien, aseguran que han conseguido llegar a una postura consensuada en el Consejo Confederal que se celebró el martes, y niegan que se trate de «una manifestación independentista» porque, precisan, el objetivo es «defender que haya un Gobierno transversal que aúne el mayor número de sensibilidades» y «la libertad de los presos preventivos» para que preparen sus juicios en casa.
Su posición en este asunto no le ha salido gratis a UGT y CCOO, que han reconocido haber perdido afiliados. En una rueda de prensa celebrada ayer, las portavoces de ambos sindicatos en Cataluña, Montse Ros y Laura Pelay, respectivamente, mostraron su preocupación por la división social en Cataluña y que perciben dentro de sus organizaciones». 
«Hubo bajas en 2017. Más de 500 personas a lo largo del año pasado. La mitad pensaba que éramos cercanos al independentismo, y los demás que éramos unionistas», dijo Ros, aunque añadió que pese a las bajas ha habido un crecimiento neto de afiliados». 
«Tenemos mucha más variabilidad (bajas y altas) por las contrataciones temporales», subrayó. Pelay también admitió bajas en UGT Cataluña. «En un momento en el que la sociedad está polarizada, buscamos un mínimo común denominador y establecer puentes» dentro de un sindicato plural.
Tampoco muchos votantes de la órbita que hoy representan los comunes entienden la comprensión de la coalición que lidera Colau con algunas protestas de los independentistas. Pero la alcaldesa no cambia de postura y anunció ayer que acudirá a la manifestación para pedir la libertad de los «presos políticos», informa Víctor Mondelo. 
Busca tender una cortina de humo después de que el martes tuviera que enterrar dos de sus principales proyectos al no recabar la mayoría suficiente para sacarlos adelante en el pleno del Ayuntamiento. Obviando que sólo el 33% de los barceloneses quiere que Cataluña sea un Estado independiente según el último barómetro del Consistorio, la primera edil de la capital catalana reclamó al PSC.

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