domingo, 20 de mayo de 2018

Las provocaciones del nazi de Torra le llevarán al exilio en Suiza / José Oneto *

Carola Miró y Bedós (52), esposa de Quim Torra Pla (55), Presidente provisional de la Generalitat, ya ha anunciado que su marido no está dispuesto a ir a la cárcel y que, en todo caso, pediría asilo político en Suiza, si las cosas se complican en Cataluña, aunque no dice que hará todo lo posible, y más, para que se compliquen, hasta el enfrentamiento civil. 

Conocen bien Suiza desde que Torra empezó a trabajar profesionalmente en la empresa de seguros Winterthur, hasta que ésta fue absorbida por Axa y le quisieron promocionar ofreciéndole un puesto privilegiado en Madrid. Pero prefirió renunciar, antes de vivir “en la capital de España, la capital de las bestias”.

En las 72 horas que lleva de Presidente de la Generalitat (‘Toma de posesión de la malhablada marioneta de Puigdemont’) todo ha sido una complicación, un disparate y, sobre todo, una provocación, dirigida al enfrentamiento civil. Desde la propia toma de posesión pobre y minimalista, como el personaje, hasta el juramento obviando la Constitución, el Estatuto de Autonomía, la bandera nacional, y, al Jefe del Estado, pasando por el vasallaje prestado, al día siguiente de la jura, al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, para que quedase claro que ni tomaba posesión en el salón Sant Jordi del Palau, sino en el Saló Verge de Montserrat, ni por supuesto estaba dispuesto, como se le había ordenado, a ocupar el despacho del President que permanecerá cerrado hasta su esperada y ansiada vuelta para la que trabaja, hasta que entre en prisión o huya a Suiza.

Tal como había pactado con “el Presidente en el exilio”, el que está preparando ya su “Consejo de la Republica” y la Asamblea de Electos, (un parlamento paralelo) ha intentado restituir a todos los consellers cesados por Rajoy según el articulo 155, a pesar de la advertencia que ya había realizado el Presidente del Gobierno, de incluir a los que se habían exiliados o permanecían en prisión, excepto Oriol  Junqueras , Raul Romeva y Joaquin Forns que se habían negado. Y dicho y hecho. 

Veinticuatro horas después de despachar con Puigdemont en Berlín, hacia pública este sábado la lista de su gobierno en la que incluía a dos exconsellers en prisión (Josep Rull y Jordi Turull) y otros dos fugados y con orden de detención (Lluís Puig y Toni Comín), algo considerado por La Moncloa una “nueva provocación”, en lo que manifestaban su acuerdo, tanto el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, como el Presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.

De esta forma, los nombramientos quedan congelados, porque no serán publicados en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC), en manos de Rajoy,  gracias al articulo 155, con lo cual Cataluña sigue sin Gobierno, con el 155 en vigor y con un Presidente interino dispuesto a huir a Suiza, como la dirigente de la CUP Anna Gabriel o la secretaria general de Esquerra Republicana de Catalunya Marta Rovira, antes de entrar en prisión que es el camino que lleva, terminada y clausurada solemnemente la etapa de la “revolución de la sonrisa” e iniciada la de la provocación y el enfrentamiento civil.

Este fin de semana quien realmente maneja la marioneta de Quim Torra habrá podido leer en Berlin los duros calificativos del periódico de referencia alemán “Frankfurter Allegemaine Zeitung” , en el que explica cómo el nuevo Presidente predica el odio, partiendo de que uno de los mayores éxitos de marketing del separatismo catalán ha sido hasta ahora, el aura especial con el que ha logrado envolver su propio programa político. Los que escuchan “Cataluña”, dice el periódico, piensan en manifestaciones pacíficas, banderas de colores, niños sonrientes. 

La retórica de los políticos encaja con ello: una Cataluña independiente será pro-europea, democrática y social, aseguran; una sociedad abierta para todos los que estén dispuestos, digámoslo así, a participar de alguna manera. Este punto no se especifica con mayor detenimiento. ¿Acaso no basta con contemplar esas caras bondadosas y vitorear al mejor futbolista del mundo?

“Pero ahora las cartas están sobre la mesa. El abogado y exeditor Quim Torra, que acaba de asumir el cargo de presidente de la Generalitat en Barcelona, propaga el racismo, la xenofobia y una ideología nacionalista de la peor calaña. Torra, de cincuenta y cinco años y confidente de Puigdemont, odia a España y el idioma español. Lo ha dicho y escrito muchas veces, por ejemplo en tuits como estos: “Los catalanes votamos y los españoles vienen a vigilarnos. Fuera de aquí de una vez”. O: “Los españoles sólo saben cómo saquear”. O: “Vergüenza es una palabra que los españoles hace siglos que borraron de su diccionario”.


(*) Periodista y economista


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