lunes, 4 de junio de 2018

El mapa político dificulta cualquier decisión sobre el futuro de Bankia

MADRID.- La puesta en marcha de un nuevo Gobierno bajo la presidencia de Pedro Sánchez vuelve a plantear dudas sobre cuál será la orientación que el Estado quiera dar a Bankia, en la que conserva el 61% del capital a través del Frob, y que el Gobierno anterior se había comprometido a privatizar totalmente antes de que termine el próximo ejercicio, aunque dejando la puerta abierta a retrasar el proceso si las condiciones del mercado así lo aconsejaran, según Expansión.

Si bien hasta ahora los socialistas no se habían manifestado claramente sobre la cuestión, lo cierto es que algunos de los grupos políticos que les han apoyado en la moción de censura, especialmente Unidos Podemos, sí han reiterado su opinión de que debería ser el germen de una nueva banca pública. Planteamiento al que se han opuesto de forma total los actuales máximos responsables de la entidad, el presidente José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, José Sevilla.
El Gobierno de Mariano Rajoy, además de comprometerse a recuperar todas las ayudas dadas para el saneamiento y recapitalización de los bancos en crisis, trató de cumplir el compromiso de privatización llevando a cabo dos colocaciones parciales de Bankia en estos años.
¿Qué puede pasar a partir de ahora? Lo más probable es que en el tiempo que dure la actual legislatura apenas haya cambios. Son varios los motivos. El primero de ellos, y muy relevante, es que la cotización de Bankia está en 3,35 euros por acción, por lo que hacer una colocación supondría ahondar en las pérdidas respecto a las ayudas comprometidas. Y el nuevo Gobierno lo último que va a desear es que se le diga que también él vende Bankia con pérdidas.
Otra posibilidad, también difícil, es que el Ejecutivo, por las presiones de sus aliados circunstanciales o por convicción propia, algo que no parece ser, decidiera intentar durante este tiempo de legislatura modificar el compromiso de privatización y caminar hacia la puesta en marcha de una banca pública. No parece que pudiera alcanzar los votos necesarios en el Parlamento para hacerlo, además de que, si ocurriera, es muy probable que tanto Goirigolzarri como Sevilla decidieran dejar sus puestos, lo que sin duda provocaría una cierta crisis interna en la entidad de compleja solución.

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