La vida pública alicantina necesita de una urgente renovación y regeneración. La mayoría de los políticos en activo ya lo estaban a final de los años 70 del siglo XX por lo que respecta a PSOE y PP. Y la democracia más cercana está pidiendo a gritos un relevo para acabar, de una vez, con los Eduardos, Luises, Antonios, Ángeles, Manolos, Macarenas, Federicos y otras malas hierbas, en pos de una sana y no viciada convivencia. Una nueva hornada de políticos más jóvenes ya está pidiendo paso e impacientándose de una espera tras otra. Porque, si bien muchos de sus coétaneos dicen pasar de política, lo que notan en sus vidas es que la política no pasa de ellos y los tiene sin trabajo estable ni proyecto vital realizable en la lontananza. Y mientras tanto, el llamado "Luis XV" siempre de paseo en su yate (obsequio de Hansa) o en el de un tal Ortíz (?).
Y eso se traducirá, más pronto que tarde, en una revolución cultural silenciosa pero implacable, que pasará factura a quienes, desde su capacidad democrática, nunca se opusieron frontalmente para impedirlo; una factura en forma de trato correspondiente a la futura Tercera Edad por parte de quienes fueron ninguneados sin consideración ni humanidad. Será cruel pero justo comprobar la fría, indiscriminada y generalizada venganza de los abocados a más dificultades de las necesarias, símplemente por el egoísmo de unos cuantos desaprensivos sociales.
Las elecciones municipales y autonómicas de 2007 son la primera gran ocasión para un cambio generacional, que ajuste el perfil de la gente al mando con una sociedad ya muy transformada e incomprensible para la mayoría de los que llevan treinta años entre el poder y la oposición. Los partidos tienen ahora que apostar y ser menos temerosos. Alicante quedaría muy bien con una alcaldesa honrada, como la joven investigadora bioquímica Etelvina Andreu, antes que con cualquier burócrata sangüijuela de su partido o un contrincante conservador, en la órbita y disciplina de cuarteados jugadores de mus en el Real Club de Regatas, dispuesto como todos sus antecesores a aprovechar y a aprovecharse de la ocasión.
Esa mafia de "cuello blanco", no sólo va a intentar trufar con su gente las listas electorales del PP, sino también las candidaturas del PSOE en municipios clave para sus propios intereses. De aquí a marzo, su trabajo será muy intenso en Alicante, Elche, Santa Pola, Torrevieja, Guardamar, Orihuela, Pilar de la Horadada, Campello, Alfaz del Pi, Finestrat, Benidorm, Villajoyosa, Altea, Calpe, Moraira, Jávea y Denia, sin descuidar poblaciones de lo valles prelitorales del interior, como Monforte, San Vicente, Jijona, Muchamiel, San Juan, Benisa, Gata de Gorgos o Pego.
Porque muy poca gente sabe aquí que, en los últimos once años, la capital se ha dirigido en la sombra desde un chalé de Vistahermosa por mentes mucho más preclaras de lo que se nos deja ver a la ciudadanía. ¿Ha estado mandando, muy por encima, un tal A.R.B.B., sin concurrir a las elecciones pero financiando al PP? Eso cuentan quienes dicen estar al tanto de otros Antonios, Armandos, Rafaeles, Alfonsos, Eliseos, Vicentes... Esos sesentones acomodados y enriquecidos hasta lo grosero, aspiran a seguir ordeñando esta vaca hasta que otros más jóvenes se presenten a exigir su parte de la leche de un Alicante en claro ascenso en los próximos veinte años.
Lo que ya parece casi inevitable es impedir ahora que esos politicastros en excedencia intenten seguir mandando a través de interpuestos manejables por ellos, desde su sobrevenida condición de padrinos de una mafia de nuevo cuño, más dedicada a los grandes negocios y "pelotazos", que al estímulo de una renovada economía alicantina, productiva y de verdadero libre mercado. Porque el problema que se nos viene encima es un mercado cautivo "de facto" por quienes aspiran a seguir manejando sus reglas y condiciones en beneficio propio, y de unos cuantos adláteres. Y donde cabe mucho más la especulación de todo tipo, una vez en trance de agotamiento la genérica de bienes raíces. Ejemplos los hay indicativos, e incluso ya activos, en Alicante, Benidorm, Elche, Orihuela o Altea... Y urge desarmar un retiro con trampa por dignidad de la propia democracia. Si las mafias en ascenso se hacen fuertes frente al Estado y la propia Unión Europea, el futuro de esta tierra será semejante al de una Sicilia hoy aíslada por el resto de la Italia que sí funciona. La Policía habla ya en privado de capos de todas las categorías.
También se detecta el riesgo de que esos nuevos políticos en "stand by", o bien provengan de actividades profesionales en el área de conocimiento del derecho administrativo urbanístico, o la arquitectura, o bien sean ellos los que promocionen una cantera controlada de nuevos hombres públicos, dispuestos ahora a hacer el nuevo trabajo sucio a quienes les faciliten el acceso a las palancas de poder. Se detecta demasiada ambición económica en algunos despachos profesionales de treintañeros, dispuestos a evitarse intermediarios y servir directamente a su señor, como estos saben y aquel se merece. Los aparejadores están bajo sospecha casi todos.
El mundo del dinero local y provincial está, políticamente, más activo que nunca. Y poco dispuesto a no aprovechar el envite que le brinda una nueva cita con las urnas. Del turno político, lo que peor se lleva en Alicante es la incertidumbre y zozobra económica. Por eso la derecha con más intereses ha llegado a lograr un PSOE controlado desde dentro por la misma guardia pretoriana de siempre. ¿Para quién han trabajado, si no, Ángel Franco, Antonio Fernández Valenzuela, Ángel Luna o Antonio García Miralles? Nuestros capos más clásicos tienen demasiado miedo a una sociedad liberada de las cadenas del conformismo, por puro afán de supervivencia, frente a una estimulada inteligencia basada en el cultivo del conocimiento.
Y eso se traducirá, más pronto que tarde, en una revolución cultural silenciosa pero implacable, que pasará factura a quienes, desde su capacidad democrática, nunca se opusieron frontalmente para impedirlo; una factura en forma de trato correspondiente a la futura Tercera Edad por parte de quienes fueron ninguneados sin consideración ni humanidad. Será cruel pero justo comprobar la fría, indiscriminada y generalizada venganza de los abocados a más dificultades de las necesarias, símplemente por el egoísmo de unos cuantos desaprensivos sociales.
Las elecciones municipales y autonómicas de 2007 son la primera gran ocasión para un cambio generacional, que ajuste el perfil de la gente al mando con una sociedad ya muy transformada e incomprensible para la mayoría de los que llevan treinta años entre el poder y la oposición. Los partidos tienen ahora que apostar y ser menos temerosos. Alicante quedaría muy bien con una alcaldesa honrada, como la joven investigadora bioquímica Etelvina Andreu, antes que con cualquier burócrata sangüijuela de su partido o un contrincante conservador, en la órbita y disciplina de cuarteados jugadores de mus en el Real Club de Regatas, dispuesto como todos sus antecesores a aprovechar y a aprovecharse de la ocasión.
Esa mafia de "cuello blanco", no sólo va a intentar trufar con su gente las listas electorales del PP, sino también las candidaturas del PSOE en municipios clave para sus propios intereses. De aquí a marzo, su trabajo será muy intenso en Alicante, Elche, Santa Pola, Torrevieja, Guardamar, Orihuela, Pilar de la Horadada, Campello, Alfaz del Pi, Finestrat, Benidorm, Villajoyosa, Altea, Calpe, Moraira, Jávea y Denia, sin descuidar poblaciones de lo valles prelitorales del interior, como Monforte, San Vicente, Jijona, Muchamiel, San Juan, Benisa, Gata de Gorgos o Pego.
Porque muy poca gente sabe aquí que, en los últimos once años, la capital se ha dirigido en la sombra desde un chalé de Vistahermosa por mentes mucho más preclaras de lo que se nos deja ver a la ciudadanía. ¿Ha estado mandando, muy por encima, un tal A.R.B.B., sin concurrir a las elecciones pero financiando al PP? Eso cuentan quienes dicen estar al tanto de otros Antonios, Armandos, Rafaeles, Alfonsos, Eliseos, Vicentes... Esos sesentones acomodados y enriquecidos hasta lo grosero, aspiran a seguir ordeñando esta vaca hasta que otros más jóvenes se presenten a exigir su parte de la leche de un Alicante en claro ascenso en los próximos veinte años.
Lo que ya parece casi inevitable es impedir ahora que esos politicastros en excedencia intenten seguir mandando a través de interpuestos manejables por ellos, desde su sobrevenida condición de padrinos de una mafia de nuevo cuño, más dedicada a los grandes negocios y "pelotazos", que al estímulo de una renovada economía alicantina, productiva y de verdadero libre mercado. Porque el problema que se nos viene encima es un mercado cautivo "de facto" por quienes aspiran a seguir manejando sus reglas y condiciones en beneficio propio, y de unos cuantos adláteres. Y donde cabe mucho más la especulación de todo tipo, una vez en trance de agotamiento la genérica de bienes raíces. Ejemplos los hay indicativos, e incluso ya activos, en Alicante, Benidorm, Elche, Orihuela o Altea... Y urge desarmar un retiro con trampa por dignidad de la propia democracia. Si las mafias en ascenso se hacen fuertes frente al Estado y la propia Unión Europea, el futuro de esta tierra será semejante al de una Sicilia hoy aíslada por el resto de la Italia que sí funciona. La Policía habla ya en privado de capos de todas las categorías.
También se detecta el riesgo de que esos nuevos políticos en "stand by", o bien provengan de actividades profesionales en el área de conocimiento del derecho administrativo urbanístico, o la arquitectura, o bien sean ellos los que promocionen una cantera controlada de nuevos hombres públicos, dispuestos ahora a hacer el nuevo trabajo sucio a quienes les faciliten el acceso a las palancas de poder. Se detecta demasiada ambición económica en algunos despachos profesionales de treintañeros, dispuestos a evitarse intermediarios y servir directamente a su señor, como estos saben y aquel se merece. Los aparejadores están bajo sospecha casi todos.
El mundo del dinero local y provincial está, políticamente, más activo que nunca. Y poco dispuesto a no aprovechar el envite que le brinda una nueva cita con las urnas. Del turno político, lo que peor se lleva en Alicante es la incertidumbre y zozobra económica. Por eso la derecha con más intereses ha llegado a lograr un PSOE controlado desde dentro por la misma guardia pretoriana de siempre. ¿Para quién han trabajado, si no, Ángel Franco, Antonio Fernández Valenzuela, Ángel Luna o Antonio García Miralles? Nuestros capos más clásicos tienen demasiado miedo a una sociedad liberada de las cadenas del conformismo, por puro afán de supervivencia, frente a una estimulada inteligencia basada en el cultivo del conocimiento.