domingo, 11 de febrero de 2007

Elche se sitúa a la cabeza de la provincia en cuanto a construcción de viviendas


Elche fue durante el pasado año el municipio de la provincia con más promociones inmobiliarias aprobadas, según un estudio realizado por el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Alicante (COAATA), que será presentado el próximo lunes.

En el avance de dicho estudio, que recoge datos de los últimos cinco años, a partir del 2004 comenzó a notarse la desaceleración en el sector de la construcción en la provincia. Respecto al último año, destaca que el municipio de Elche fue el que más proyectos de nuevas viviendas presentó ante el colegio para su visado preceptivo.

Por otra parte, vecinos de la costa de Orihuela rechazan las 1.500 nuevas casas en Cala Mosca. Consideran que no hay demanda para tantas viviendas y que los extranjeros venden las suyas porque no tienen servicios y porque se sienten inseguros, dice una residente. El Pleno municipal aprobará el próximo martes la urbanización del último tramo litoral sin explotar.

Martina Scheurer, alemana afincada en el litoral oriolano y militante de Los Verdes, afirmó que en la actualidad no existe demanda de viviendas en el litoral «porque los extranjeros no quieren venir a invertir y después no tener ningún tipo de infraestructuras aquí». Scheurer explicó que en estos momentos «no es necesaria la construcción de 1.500 viviendas más, porque en este tema el único que va a salir ganando va a ser el constructor». A su juicio, el terreno podría destinarse «a mejorar la calidad de vida de quien vive aquí».

El coordinador comarcal de Los Verdes, José Manuel Dolón, acudió a la manifestación de ayer para dar el punto de vista de la formación política a la que representa. Según Dolón, «nuestra propuesta es que no se urbanice, pero si hay que hacerlo que se respeten 100 metros desde la costa al interior, que no vaya en altura y que no se haga el muelle deportivo». El ecologista añadió que la protesta pretendía ser «una llamada de atención a las autoridades oriolanas, las españolas y las europeas para que se ponga freno a la masificación».

Algo más de medio centenar de vecinos de Orihuela Costa, la mayor parte de ellos de nacionalidad extranjera, se concentraron ayer en la Cala de la Mosca para rechazar la edificación en estos terrenos de 1.500 viviendas, como tiene previsto aprobar el Pleno municipal el próximo martes con los únicos votos del equipo de gobierno del Partido Popular. La zona es la única que queda en todo el litoral oriolano y practicamente en el de la Vega Baja sin construir, por lo que el rechazo por parte de partidos políticos de la oposición y colectivos vecinales no se ha hecho esperar.

La concentración de ayer por la mañana estuvo convocada por militantes y simpatizantes de Los Verdes que residen en la costa, aunque también se sumaron a la misma integrantes de otros partidos como el PSDE -que hace sólo dos semanas abrió su sede en la zona litoral- y Aemico, uno de las dos formaciones de residentes en las playas de Orihuela que tiene pensado concurrir a las próximas elecciones municipales.

Con pancartas en castellano, alemán e inglés, en una de las cuales se podía leer un elocuente «we don't love Medina» (no queremos a Medina), adornado con un corazón, los manifestantes salieron desde el aparcamiento de un supermercado situado frente a la Cala de la Mosca y cruzaron la N-332 para dar un paseo por la zona que se va a construir. Varias patrullas de la Guardia Civil se desplazaron hasta las inmediaciones de los terrenos que construirá el grupo Gomendio para evitar que el medio centenar de personas volviera a cruzar la carretera nacional, plagada de coches como es habitual, sin poner en peligro sus vidas.

Sin demanda

El coordinador comarcal de Los Verdes, José Manuel Dolón, recordó que la Cala de la Mosca ya se pretendió urbanizar hace años y que durante décadas ha sido un espacio de baño público «que muchas personas han disfrutado y que hay que proteger». Por su parte, Martina Scheurer, militante de la formación izquierdista, afirmó que hay muchos residentes extranjeros que han puesto en venta sus viviendas, por lo que considera que «no hay demanda para construir 1.500 casas más».

Gerard Perret, otro de los vecinos del litoral oriolano, instó al alcalde, José Manuel Medina, a que «modifique el proyecto en lugar de defender el punto de vista de sus amigos, los constructores». Los grupos de la oposición también han solicitado al regidor que negocie con el propietario del terreno la posibilidad de cambiar el proyecto que aparece en el caducado Plan General oriolano. Medina se comprometió a hacerlo aunque aseguró que la urbanización está aprobada desde hace años y que no cree que el promotor vaya a ceder su terreno a favor del Ayuntamiento sin pedir nada a cambio, a la vez que el Consistorio no está en condiciones de endeudarse para pagar ese suelo que por su situación en primera línea de costa alcanzaría un precio astronómico.

La urbanización del grupo Gomendio está dentro del planeamiento aún vigente del municipio. Además, con su aprobación el promotor debe ceder suelo que será el necesario para que a su vez el Consistorio ponga a disposición del Ministerio de Fomento el terreno necesario para la duplicación de la N-332 en esta zona. Además, también se contempla el terreno para la construcción del paseo marítimo que pretende recorrer todo el litoral oriolano y que ya lleva un año en marcha en la zona de Playa Flamenca, todo ello sin coste alguno para las arcas municipales.
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