Las descargas piratas de material audiovisual en Alicante y el resto del país alcanza tal volumen que ya se estudia la posibilidad de imponer un canon a las líneas telefónicas de alta capacidad.
«Hay que tener en cuenta que entre el 60% y el 80% de las ADSL son dadas de alta con el único objetivo de descargarse música, películas o programas piratas», alerta el mayor especialista de la Guardia Civil en delitos informáticos, el comandante Juan Salom.
El rechazo social a esta práctica «es mínimo», lo que, según destacan los ciberpolicías, provoca importantes pérdidas a todos los actores que participan de este negocio: productoras, artistas, compositores, guionistas, distribuidores, exhibidores, videoclubes, puntos de venta y Hacienda.
«Se está creando una cultura de 'eso quiero, eso cojo', sobre todo, entre los chavales», expone Salom. Y, en su opinión, hay que tener en cuenta, además, que los sitios de descargas de este tipo constituyen los principales focos de basura en Internet.
El ordenador puede resultar afectado por un virus troyano que actúa como espía y favorece el uso delictivo, en beneficio de terceros, de toda la información almacenada en el PC y de las claves de acceso a cuentas bancarias, por ejemplo.
Los efectos de Internet se dejan notar especialmente en los videoclubes, que han tenido que diversificar su oferta de productos (las películas son sólo un reclamo más) y lograr que se acorte de seis a cuatro meses el tiempo que transcurre entre los estrenos en cine y en DVD.
En el campo de las descargas piratas es donde parece existir una mayor tolerancia por parte de la ciudadanía. «¿Dónde está el límite? Si yo compro un libro puedo dejárselo a un amigo. En Internet ocurre lo mismo. Se prestan archivos», expone un ciudadano.
A ello replica Salom que las empresas del sector soportan cierto grado de tolerancia, pero no en porcentajes tan elevados: «No hay problema con que uno se preste un libro o un CD. El problema, por las pérdidas económicas tan importantes que genera, viene cuando el fenómeno es masivo».
Para evitarse problemas, el Grupo de Delitos Telemáticos (GDT) de la Guardia Civil recomienda a los usuarios de Internet utilizar software legal y actualizado, un antivirus también legal y, además, hacer una navegación responsable. De esta manera, uno puede obtener un alto porcentaje de seguridad, aunque alcanzar el 100% es una utopía.
El GDT cuenta con un departamento central compuesto por catorce guardias, a los que hay que sumar 40 equipos de Investigación Tecnológica (Edite) repartidos por todo el Estado.
En lo que atañe al delito contra la propiedad intelectual, las fuerzas de seguridad recalcan que los usuarios lo cometen «cuando buscan una determinada producción en la Red, cuya descarga genera un daño económico a terceros».
«Hay que tener en cuenta que entre el 60% y el 80% de las ADSL son dadas de alta con el único objetivo de descargarse música, películas o programas piratas», alerta el mayor especialista de la Guardia Civil en delitos informáticos, el comandante Juan Salom.
El rechazo social a esta práctica «es mínimo», lo que, según destacan los ciberpolicías, provoca importantes pérdidas a todos los actores que participan de este negocio: productoras, artistas, compositores, guionistas, distribuidores, exhibidores, videoclubes, puntos de venta y Hacienda.
«Se está creando una cultura de 'eso quiero, eso cojo', sobre todo, entre los chavales», expone Salom. Y, en su opinión, hay que tener en cuenta, además, que los sitios de descargas de este tipo constituyen los principales focos de basura en Internet.
El ordenador puede resultar afectado por un virus troyano que actúa como espía y favorece el uso delictivo, en beneficio de terceros, de toda la información almacenada en el PC y de las claves de acceso a cuentas bancarias, por ejemplo.
Los efectos de Internet se dejan notar especialmente en los videoclubes, que han tenido que diversificar su oferta de productos (las películas son sólo un reclamo más) y lograr que se acorte de seis a cuatro meses el tiempo que transcurre entre los estrenos en cine y en DVD.
En el campo de las descargas piratas es donde parece existir una mayor tolerancia por parte de la ciudadanía. «¿Dónde está el límite? Si yo compro un libro puedo dejárselo a un amigo. En Internet ocurre lo mismo. Se prestan archivos», expone un ciudadano.
A ello replica Salom que las empresas del sector soportan cierto grado de tolerancia, pero no en porcentajes tan elevados: «No hay problema con que uno se preste un libro o un CD. El problema, por las pérdidas económicas tan importantes que genera, viene cuando el fenómeno es masivo».
Para evitarse problemas, el Grupo de Delitos Telemáticos (GDT) de la Guardia Civil recomienda a los usuarios de Internet utilizar software legal y actualizado, un antivirus también legal y, además, hacer una navegación responsable. De esta manera, uno puede obtener un alto porcentaje de seguridad, aunque alcanzar el 100% es una utopía.
El GDT cuenta con un departamento central compuesto por catorce guardias, a los que hay que sumar 40 equipos de Investigación Tecnológica (Edite) repartidos por todo el Estado.
En lo que atañe al delito contra la propiedad intelectual, las fuerzas de seguridad recalcan que los usuarios lo cometen «cuando buscan una determinada producción en la Red, cuya descarga genera un daño económico a terceros».
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