lunes, 2 de abril de 2007

Víctor Campos, vicepresidente del Consell, anuncia su retirada de la política tras las elecciones del 27-M


CASTELLÓN.- El vicepresidente del Consell y secretario general del PP en Castellón, Víctor Campos, anunció hoy en rueda de prensa que abandonará la política cuando finalice la presente legislatura "por motivos personales y familiares".

Según dijo, detrás de esta decisión "no hay absolutamente nada que ocultar". Descartó expresamente cualquier tipo de motivación política.

Campos, que manifestó sentirse "satisfecho y orgulloso" con la actividad política que ha desarrollado durante 16 años en el Ayuntamiento, la Diputación y el Consell, se mostró convencido de que su decisión "no implicará ningún perjuicio para los resultados electorales".

Campos compareció en la sede del Partido Popular (PP) en Castellón y aseguró que, después de esos 16 años de servicio en el partido, "ha llegado el momento de decir adiós", y afirmó que la decisión la tomó hace unos meses y se la comunicó al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, al presidente regional, Carlos Fabra, y al alcalde de Castellón, Alberto Fabra.

El dirigente popular, que ha esperado a hacer público su abandono de la política tras la firma del decreto de la disolución de Las Cortes y la convocatoria de elecciones, aseguró que "en la vida todo tiene un final, y, desde el punto de vista de la actividad política pública ha llegado el momento de mi retirada".

"Comprendo que algunos puedan no creer lo que digo y que hagan una interpretación distinta al respecto, lo que respeto, pero no existe ninguna otra motivación que me haya movido a tomar esta decisión", aclaró.

Campos afirmó "seguir comprometido" con el proyecto político al que representa".

Según dijo, "estamos en un buen momento electoral, en el que el PP, en la ciudad de Castellón, en la provincia y en la Comunitat Valenciana, tiene magníficas expectativas, y mi decisión no implicará perjuicio para los resultados electorales, por lo que creo que llega en el momento político adecuado".

En este sentido, explicó que ha intentado hacer las cosas bien, "unas han salido mejor y otras no tan bien, pero también he intentado no hacer daño personal a nadie, distinguiendo lo que es el debate político público del aspecto personal de mis adversarios políticos, y creo que lo he conseguido".

Campos, que encabezó la candidatura autonómica del PP por Castellón en las pasadas elecciones, descartó formar parte de ninguna de las listas electorales, incluidas las de las elecciones generales, "puesto que si tuviese interés en seguir en la política, continuaría aquí", dijo.

No obstante, indicó que la lista autonómica "será potente y estará encabezada por una persona conocida y con experiencia".

Respecto a su futuro profesional, manifestó que todavía no sabe a qué se dedicará, "puesto que son decisiones que iré adoptando junto con mi familia".

También manifestó quedarle "alguna espina clavada" a nivel personal durante los años en que se ha dedicado a la política, aunque prefirió no comentarla "puesto que no merece la pena".

Comentó que el "saldo" de la labor desempeñada en los últimos cuatro años "es positivo", puesto que "adquirí compromisos con los ciudadanos y la mayoría se han podido cumplir, sobre todo, los más importantes".

Preguntado por la reacción de Camps ante su decisión, señaló que "habría que preguntárselo a él, aunque creo que la comprende porque sabe que es personal, aunque, a lo mejor, le hubiese gustado que no la hubiese tomado".

Respecto a su cargo como secretario general del PP en Castellón, matizó que "es una cuestión que tendremos que decidir, sobre todo Carlos Fabra, aunque, una vez que pasen las elecciones tiene que haber una lógica, y si uno no está, pues no está", apostilló.

Campos, que seguirá como vicepresidente del Gobierno valenciano hasta las próximas elecciones autonómicas, aseguró que sigue "fiel y leal al proyecto político del PP" y a todas las personas que lo representan, y aseguró que a finales de la semana que viene se darán a conocer las listas autonómicas y municipales y su sucesor en el cargo en el partido.

Campos pasaba, hasta la fecha, por ser el verdadero "cerebro" del equipo de Francisco Camps en la Generalitat Valenciana y la mejor alternativa al actual presidente dentro del PP regional. Su marcha produce un profundo vacío político en la calidad y presagia los peores augurios para el partido del actual gobierno autónomo frente a una izquierda, en general, con un proyecto más democrático, regenerador y creíble.- (Agencias)

2 comentarios:

  1. El número dos del Consell, Víctor Campos, anunció en la sede del PP de Castellón su retirada de la política el mismo día que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, firmaba el decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones el 27 de mayo. El vicepresidente estuvo arropado durante el anuncio de su retirada política por el presidente provincial del partido y de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, pero no por el jefe del Consell y el resto de miembros del gabinete.

    Campos justificó su decisión "sólo" por motivos personales y familiares, aunque lanzó dos mensajes. Uno sobre la reacción de Camps ante el anuncio de su marcha. "A lo mejor, le hubiese gustado que no la hubiese tomado", dijo. Y el otro, delante del presidente provincial del PP de Castellón y de la Diputación, Carlos Fabra: "Tras 16 años de actividad política había llegado el momento de la retirada, de decir adiós".

    El vicepresidente del Consell y secretario provincial del PP de Castellón mantuvo en "secreto" una decisión que sólo había dado a conocer a Francisco Camps, a Carlos Fabra -con quien almorzó el sábado tras el mitin de Rajoy en Valencia- y al alcalde de Castellón, Alberto Fabra, que eran "quienes lo tenían que saber". Antes de hacer pública la retirada, convocó a diputados y dirigentes del PP castellonense para adelantarles un anuncio que sorprendió a todos. En el anuncio de su despedida no había ningún miembro del Consell arropando a Víctor Campos.

    El presidente de la Generalitat aprovechó la presentación del plan integral de asistencia sanitaria 2007-2011 en Valencia para calificar a Campos como "un amigo excepcional y leal a su trabajo, a sus compañeros y a la Comunidad Valenciana", informa Jaime Prats.

    Camps, tal y como estaba previsto, firmó ayer el decreto de disolución de las Cortes Valencianas y convocatoria de elecciones. El decreto firmado por Camps fija en 99 escaños la composición del próximo Parlamento valenciano, 40 de los cuales corresponderán a la circunscripción de Valencia, 35 a la de Alicante y 24 a Castellón.

    Posteriormente, Camps y su número dos coincidieron en el almuerzo de despedida del Grupo Popular en las Cortes. Según algunos asistentes, el presidente y el vicepresidente se mantuvieron distantes durante una comida en la que ninguno realizó parlamentos, aunque se le brindó un aplauso a Campos.

    El vicepresidente se ha visto relegado por Camps durante esta legislatura en repetidas ocasiones, mientras el jefe del Consell aupaba a otras personas a puestos ejecutivos. Fuentes de Presidencia indicaron ayer que Campos había avisado al presidente de sus intenciones de abandonar el Consell hace tres o cuatro meses, aunque éste no se lo tomó en serio. Otras fuentes indicaron que la retirada estaba hablada con Camps desde hace seis meses y que fue éste quien le pidió que aguantase hasta la disolución de las Cortes.

    El hecho es que el futuro político de Campos estaba por definir. Ayer, reconoció que no había llegado a su "techo político", pero su pérdida de influencia en el entorno del presidente le había llevado a jugarse el número uno de la candidatura por Castellón con el consejero portavoz, Vicente Rambla. Una pretensión que tenía como lastre su estrecha relación con Carlos Fabra, imputado por presuntos delitos de tráfico de influencias, cohecho y fraude fiscal.

    El vicepresidente del Consell ha valorado también en su decisión la pugna que existe entre el presidente de la Diputación, Carlos Fabra, y el alcalde de Castellón, Alberto Fabra. La posibilidad de que la pugna desencadenase una crisis como la provocada por el dimitido alcalde José Luis Gimeno hubiera puesto a Campos en la disyuntiva de tener que elegir.

    Socialistas y EU aseguraron que Campos es el primero en abandonar un barco que se hundirá el 27-M.
    De "El País"

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  2. Durante los últimos tres años ha sido vicepresidente del Gobierno valenciano y uno de los hombres de confianza del presidente, Francisco Camps. Hombre discreto, Víctor Campos (Castellón, 1960) sorprendió a todos el lunes cuando anunció su decisión de abandonar la política tras las elecciones del próximo 27 de mayo.

    –Intente convencerme de que son sólo razones personales las que le han llevado a tomar la decisión de dejar la política.

    –Es que no hay nada más. La política se puede dejar fundamentalmente por cuatro razones: que tu proyecto político fracase, que sean los ciudadanos los que decidan que te has de retirar; porque te veas envuelto en algún escándalo y tu propio partido te retire; o porque tú te quieras ir. Yo he optado por este motivo, y he elegido la forma y el tiempo. Me voy voluntariamente y he intentado hacerlo en el momento en que creía que perjudicaba menos los intereses de mi partido. Creo que 16 años dedicados a la política en primera línea ha sido un periodo suficiente. Qué mejor momento para irse que este y a una edad razonable. Tengo hijos pequeños y quiero reordenar mi vida.

    –En una ocasión el PSPV le acusó de tener una vivienda sin declarar. Tuvo que aclarar que era de sus padres y afirmó que estos tenían la desgracia de tener un hijo en política. ¿Son cuestiones como esta las que le han llevado a abandonar?

    –No tomo la decisión por eso. Al final las razones personales obedecen a muchas cuestiones y cuando uno entiende que ya ha agotado su tiempo en un sitio suele ser por muchas cosas. Ese fue para mí un momento amargo, comprobar que había gente tan amoral en la vida pública y ver que no tienen ningún tipo de castigo público. Siguen siendo importantes en su partido, les incluyen en las listas y todo el mundo les aplaude. Eso te hace reflexionar.

    –Afirma que la decisión de marcharse la tomó hace meses. ¿Esperar a anunciarla el mismo día en que se convocan las elecciones no son ganas de que todo el mundo lo relacione con la elaboración de candidaturas?

    –En realidad hace un año que tomé la decisión, pero he intentado elegir el momento menos malo e inoportuno para anunciarla. Si hace 10 meses lo hubiese dicho hubiera tenido que salir del Gobierno y hubiese provocado sin querer movimientos. Si me espero a la semana próxima, en que se conocerán las listas, y yo no aparezco en ellas, la noticia no hubiera sido la lista en sí, sino por qué no está Víctor Campos. Se hubiera hablado de crisis y hubiera sido un lío. Otra opción podría haber sido encabezar la candidatura y después de las elecciones irme. Pero eso es engañar deliberadamente a los ciudadanos, decirles que confíen en el proyecto que yo represento sabiendo que no voy a estar. La otra opción para dar la noticia es la que elegimos, una vez acabado el periodo de Cortes y días antes de confeccionar las listas.

    –Un año es mucho tiempo para guardar un secreto. ¿Cuánta gente conocía su decisión?

    –Fundamentalmente las tres personas a nivel político que lo tenían que saber –Francisco Camps, Carlos Fabra y Alberto Fabra– y luego algunas otras del ámbito personal con las que tengo confianza y de las que quería saber su opinión.

    –Aparte del presidente Camps, Carlos Fabra y Alberto Fabra. ¿Cuánta gente ha intentado convencerle de que no se marchara?

    –Nadie, porque la mayoría de la gente se ha enterado cuando ya he dado la noticia.

    –Pero le habrán llamado muchos. ¿Ha echado de menos a alguien?

    –Me han llamado muchos, pero no he extrañado a nadie. Al final el que no te llama es porque no te tenía que llamar.

    –Algunas voces apuntan a que deja la política por una pérdida de peso en el Consell. ¿Se ha considerado realmente el número 2 de Camps?

    –Me he considerado el vicepresidente del Gobierno de una comunidad que tiene cinco millones de habitantes. Si a alguien le parece poco lo respeto, pero no lo entiendo. ¿Alguien puede creer que no estoy satisfecho?

    –¿Las competencias de la vicepresidencia deberían ser más visibles?

    –No. Yo creo que he asumido el papel que el presidente había reservado para mí. El papel no era el de tener mayor protagonismo del necesario a costa de la gestión de ningún compañero de Gobierno. Todo lo contrario. Es un papel de coordinación. En los últimos meses, y a lo mejor ahora se entiende, he sido más prudente de lo habitual deliberadamente. También por mi forma de ser. Yo no soy una persona a la que guste dar empujones a nadie para salir en la foto, no tengo excesiva ambición por la notoriedad. Fue más llamativo que hace cuatro años la candidatura de Castellón la encabezara yo que ahora sea otra persona.

    –Tradicionalmente se le ha considerado el sucesor de Carlos Fabra. Con su marcha alguien podría pensar que no quiere asumir esa responsabilidad, ligada a una persona imputada en varios casos judiciales.

    –En absoluto. He sido amigo, soy amigo y seré amigo de Carlos Fabra. Es una persona excepcional y un político excepcional. Voy a estar toda la campaña con él.

    –¿Le llama la atención que Fabra tenga abierta una causa desde hace tres años mientras otras se archivan en meses?

    –Mucho, y creo que a todos. Incluso el ministro Sevilla dijo hace unas semanas que le sorprendía.

    –¿Cree que responde a una doble velocidad de la Fiscalía?

    –No quiero criticar a nadie, pero algún día alguien lo tendrá que explicar. Una persona no puede estar en entredicho durante tres años y menos una persona con tanta representación pública. Imagine que la causa acaba en dos meses y la conclusión es que todo han sido falsas acusaciones. Nadie le va a compensar nunca a Fabra el daño que le han hecho.

    –Con su marcha, ¿le van a sacar algún trapo sucio?

    –No. Me voy con la conciencia muy tranquila. Podrán criticar mi gestión, si soy más listo o menos o si me he equivocado, pero trapos sucios no.

    –Su decisión es poco habitual en política. ¿Cree que alguien más del Consell o del partido debería tomar nota?

    –No, porque ante todo es una cuestión personal. Creo que ha llegado mi tiempo, pero cada uno tiene su tiempo dependiendo de las circunstancias, del ánimo y de las ganas que tengan de seguir. La gente debe saber el tiempo que tiene que estar.

    –¿Qué ha sido lo mejor que le ha pasado en estos tres años en la vicepresidencia?

    –Lo primero ser miembro del Gobierno valenciano. Yo soy diputado autonómico porque el partido me presentó en las listas y los ciudadanos votaron. Y eso te llena de orgullo. Pero en el Gobierno estás porque el presidente decide que estés. Es una decisión personal, íntima y voluntaria. Que además quiera que seas vicepresidente es un orgullo mayor. Y si hablamos de cosas a nivel personal me permitió saludar en privado a Su Santidad el Papa y eso me emocionó. Que lo pudiera hacer mi familia fue muy importante para mí.

    –Durante esta legislatura el presidente Camps se ha enfrentado a momentos muy duros por las discrepancias en el partido. ¿Usted hubiera actuado de otra forma si hubiera sido Camps y una parte del grupo le planta en Les Corts?

    –(Silencio). El presidente Camps ha hecho lo que tenía que hacer y ha actuado con absoluta responsabilidad. Es un gran presidente, de una talla política especial y creo que ha hecho exactamente lo que tenía que hacer.

    –Coincidirá conmigo en que el accidente del metro ha sido el momento más trágico de la legislatura.

    –Desde el punto de vista personal ha sido el más triste.

    –¿Ha faltado sensibilidad con las víctimas?

    –Hemos hecho todo lo que creemos que tenemos que hacer y seguimos haciéndolo, sobre todo desde el punto de vista personal.

    –¿Qué opina de las manifestaciones de las víctimas como la del pasado martes, que fue apoyada por otros partidos políticos?

    –Lo que hagan las familias de los fallecidos y los heridos lo comprendo y lo respeto. Pero que haya personajes menores en la política que quieran utilizar ese tremendo dolor en beneficio propio me produce asco.

    –El Ebro se ha desbordado tras las últimas lluvias. ¿Recuperar el mensaje del trasvase es oportunismo o les da la razón?

    –Nos da la razón, pero para ello no hacía falta que se desbordase. Una parte pequeña del agua que se ha ido al mar en los últimos días hubiera dado reservas a la Comunitat para un año y estaríamos tranquilos. No tiene lógica ni sentido común que nuestra comunidad esté como está por culpa de una decisión política que ha pactado el PSOE en su debilidad con los socialistas catalanes, con los socialistas de Aragón... El PSOE funciona a trocitos y entre ellos mismos se hacen unos líos tremendos que perjudican a la Comunitat Valenciana, a Murcia y a Almería. No hay derecho. Es una injusticia y un acto de irresponsabilidad tremenda que los ciudadanos no pueden pasar. Los socialistas algún día tendrán que responder por ello a nivel político.

    –¿Cómo ve su vida a partir del 28-M? ¿Qué tiene ganas de hacer que estos años no haya podido?

    –La veo mucho más tranquila. Voy a estar con mis hijos y mi mujer. No me voy a tomar un periodo sabático, pero como coincide con el periodo estival me vendrá muy bien. Y después seré un ciudadano de a pie y pasaré desapercibido.
    De "Las Provincias"

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