sábado, 15 de septiembre de 2007

La otra cara de Imaz / Esther Esteban


Podría ser el ejemplo en carne viva del hombre hecho a sí mismo, de ese tipo de personaje para el que cualquier obstáculo es superable con dos ingredientes fundamentales: vocación y tenacidad. Gracias a eso consiguió doctorarse en Ciencias Químicas por la Universidad del País Vasco -tras conseguir la licenciatura con premio extraordinario- y lo hizo pagándose el mismo los estudios desde que tenia 14 años y con beca desde los estudios primarios: " Mi padre murió cuando yo acababa de cumplir ocho años. Eramos tres hermanos y mi madre cobraba una reducida pensión de viudedad, así que todos teníamos que colaborar".

Esa circunstancia, su lugar de nacimiento ( septiembre de l963 ) en Zumárraga, una zona industrial, de 13.000 habitantes, su formación religiosa en el colegio de La Salle y su temprana militancia política en el PNV, con tan solo 15 años, fueron los mimbres que configuraron la personalidad del hombre que tiene en su haber unos de los currículo más brillantes de la formación que comenzó a liderar con tan solo 40 años, convirtiéndose en el presidente más joven de la historia del centenario Partido Nacionalista Vasco y, desde anteayer también el que menos ha durado en el cargo, incapaz de superar las discrepancias internas.

"Mi padre muere cuando yo acababa de cumplir ocho años. Trabajaba en una empresa que fabricaba herramientas en Zumárraga. Había empezado allí muy joven cuando tenía 18 años. A los cuarenta años le detectaron un cáncer que acabó con su vida sólo un año después. En ese momento ocupaba un puesto de dirección comercial. El sentimiento de dolor por la muerte de mi padre vino después... porque de esos días recuerdo una especie de aturdimiento, de no saber muy bien lo que estaba pasando en casa. El vacío por su ausencia lo noté después y lo he sentido muchas veces durante toda mi vida".

De esta forma, con este relato tan duro, comenzó una de las primeras entrevistas personales que le hice a Josu Jon Imaz para El Mundo, apenas ser elegido para el cargo.

¿Y que hace un hombre como usted un doctor en químicas, especializado en polímeros presidiendo el Euzkadi Buru Batzar?

- Ahora puede resultar extraño que un chaval de 15 años se afilie a un partido político, pero entonces en el 77 las cosas eran diferentes. La política lo centraba todo y en casa estábamos muy concienciados. Recuerdo que me movían dos cuestiones básicas: reivindicar una identidad la vasca que yo había vivido con naturalidad y un sentimiento profundo en contra de la violencia. En esos momentos Carlos Garaikoetxea era el presidente del partido y Javier Arzalluz uno de los máximos dirigentes, portavoz en el Congreso y la figura más emblemática.

- Supongo que ni en sueños se podía imaginar entonces que pasado el tiempo usted ocuparía su sillón.....

- En absoluto, ni por asomo. La primera vez que vi a Arzalluz cara a cara fue en el 79. Yo tenía 16 años y se reunió con un grupo de jóvenes del partido. Recuerdo que el personaje me impresionó tanto que al salir de la reunión cogí una vieja olivetti que teníamos en casa e hice un acta de todo lo que había pasado. Escribí dos folios y pico a maquina y todavía los tengo guardados.

La precocidad no fue solo política. Fue un estudiante brillante primero del colegio de la Salle y luego del instituto. " Yo no podía permitirme el lujo de perder la beca- señaló-. Además los veranos me los pasaba trabajando en un bar de mi tío para pagarme los gastos, por lo que tenía que aprovechar a tope. Me encantaba la ciencia y era bueno en matemáticas así que tuve dudas si ir a la universidad de ingenieros de Bilbao, a la comercial de Deusto o hacer Químicas en San Sebastián".

Tras licenciarse en Químicas con premio extraordinario fin de carrera, especializado en Polímeros, fue becado primero por la universidad de Navarra para trabajar en centros de investigación y luego por el ministerio de Industria y Energía para ir al centro francés CETIM de Nantes dentro de un programa de formación de investigadores en el extranjero " allí en Nantes, hice el doctorado a la vez que trabajaba".

Tal vez por aquello de que, no hay mal que por bien no venga, los veranos de trabajo en el restaurante de su tío le ofrecieron la posibilidad de practicar idiomas y en la actualidad habla y escribe cuatro perfectamente "En mi casa se hablaba en euskera por lo que aprendí la lengua materna con total normalidad, lo mismo ocurrió con el castellano dado que en el colegio era el idioma oficial. El francés comencé a estudiarlo con diez años en la escuela y luego practicaba en el restaurante de mi tío ya que tenia muchos clientes franceses y el ingles lo aprendí posteriormente".

Y hablando de idiomas la conversación deriva de forma natural hacia su particular forma de relajarse " Yo colaboro en lo que puedo en las tareas del hogar - señala- pero hay una que me relaja especialmente: planchar. Los domingos por la tarde los dedico a planchar mientras tengo conectada la CNN y así practico el inglés. Puedo decir sin errar que en los diez años que llevo casado yo me he planchado siempre mis pantalones y soy un artista sacándoles la raya. También ¡como no! plancho algunas blusas de mi mujer y prendas de los chicos. La ventaja es que no es un esfuerzo sino una manera de evadirme".

La entrevista fue mucho mas larga pero hoy en su despedida me ha parecido que el mejor homenaje a su figura era contar por su boca lo que se esconde detrás de un personaje público de primera al que su coherencia le ha llevado a decir adiós y tirar la toalla.

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