domingo, 14 de octubre de 2007

La construcción ha generado uno de cada cuatro empleos creados en la Comunidad Valenciana desde 1997

VALENCIA.- La construcción ha tirado de la economía valenciana en los últimos diez años. El boom del ladrillo, que los expertos en análisis económico de la Universidad de Valencia sitúan en 1997-98, supuso una revolución y coincidió con una época de ‘vacas flacas’ en la industria, según revela hoy "Las Provincias".

A la sombra del crecimiento del parque de viviendas –en 1991 apenas superaba los dos millones y ahora casi roza los tres millones– fueron naciendo nuevas constructoras. Tanto es así que una de cada tres empresas que se crearon en la Comunidad Valenciana desde 2000 estaba relacionada con la construcción. Y con ellas se disparó el empleo. La cuarta parte del trabajo creado en la Comunidad desde 1997 (un total de 872.000 empleos) se generó en la construcción.

Ahora el motor del ladrillo se recalienta y amenaza con pararse. Las cifras comienzan a avalar los peores augurios de los responsables del sector. La desaceleración se deja notar y uno de los primeros síntomas es el ritmo de solicitud de visados de obra nueva. En el primer semestre de este año han caído casi un 10% respecto al año anterior y, de mantenerse el ritmo, 2007 podría ser el primer año en que el número de inmuebles visados descienda desde 2001.

Uno de los principales temores manifestados por los empresarios de la construcción es que el parón en el sector lastre la buena evolución del creación de empleo en la Comunidad. De hecho, el presidente de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec), Juan Eloy Durá, advirtió esta semana del riesgo que corren 30.000 empleos directos del sector.

Y, según reiteró, no hay alternativas. Ningún sector puede generar el empleo que ha creado la construcción. Las personas empleadas en la obra casi se han triplicado desde 1997. A inicios de ese año trabajaban en el sector 124.000 personas. El último dato, reflejado en la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre del año, eleva la cifra de trabajadores a 333.000. La importante creación de empleo en el sector ha hecho que el peso de la construcción como empleador haya pasado del 9,2% en 1997 al 15% una década después.

La proyección del empleo en el resto de sectores no ha sido tan espectacular. La industria ha empleado desde 1997 a 115.000 personas más (un 35% más), mientras que el sector servicios ha ganado 546.000 trabajadores (67,8% más).

Estos sectores, según el presidente de los constructores valencianos, pueden absorber parte del empleo que se destruya en la construcción, algo con lo que también cuentan los sindicatos. No dan cifras pero reconocen que el sector ‘‘ajustará el nivel de personal’’, según apunta el secretario general de la federación de la construcción de UGT-PV, Conrado Hernández.

Para hacer más llevadero el aterrizaje del sector, tanto UGT-PV como CC. OO.-PV apuestan por que las Administraciones impulsen la construcción de vivienda protegida y la rehabilitación de edificios. A ello, los empresarios de construcción suman la licitación de suelo a precio asequible y de obra pública.

Hoy por hoy parece que la construcción no tiene un sustituto claro como motor económico. La industria está demandando mano de obra y desde 2006 mantiene un volumen constante de empleo que ronda los 440.000 trabajadores.

Los datos de producción industrial, no obstante, no son tan buenos. En agosto, el último dato registrado en el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa cayó un 4,7% respecto al mismo mes de 2006 y un -2,1% menos en el acumulado interanual.

El sector servicios, por su parte, sigue siendo el principal empleador en la Comunidad Valenciana. El 61% de los 2,2 millones de ocupados se dedican a la hostelería, restauración, transporte, comercio..., sector que también puede absorber parte de la mano de obra excedente en la construcción.

La evolución del volumen de negocios en el sector servicios de mercado, según los datos del INE correspondientes al mes de julio, es positiva. La cifra ha crecido un 8% en la Comunidad en julio respecto al año anterior. El crecimiento interanual es del 6,6%, 0,8 décimas menos que la media nacional.

En el peor escenario posible, una de cada diez personas que trabaja en la construcción perderá su empleo. Pero los efectos pueden ser mayores. Los constructores calculan que cada empleo directo en el sector genera dos indirectos en actividades auxiliares como metal, electricidad, cerámico..., que podrían sumarse a la lista de desempleados.

Los próximos meses serán vitales, aunque al sector le espera una larga travesía por el desierto. El presidente de Fevec calculó dos o tres años de menor ritmo constructor. Pese a las malas perspectivas, los constructores tienen la moral alta. Ponen la mirada en el exterior para compensar en bajón nacional y confían en la solvencia de las empresas. ‘‘El sector está vivo y queremos seguir estándolo’’.- (Vocento)

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