MADRID.- El Director General de Le Monde Diplomatique y Fundador de ATTAC (Asociación por una Tasación de las Transnacionales financieras de Apoyo a la Ciudadanía), Bernard Cassen, abordó anoche, durante una conferencia, la oligarquía y concentración de la riqueza, el despilfarro de la sociedad de consumo y el papel de los medios de comunicación como vehículos de la ideología neoliberal.
Cassen abordó así las características de una clase social de ‘súper ricos’, que son cada vez más ricos y más numerosos”, una riqueza que por otra parte queda concentrada en los países del Norte. Resaltó el patrimonio desorbitado de esa capa superior, que aglutina a 9’5 millones de ricos, en el que sólo el de las 1.000 personas más ricas del mundo se corresponde con la deuda pública de todos los países en desarrollo”.
El fundador de Attac quiso indicar que estos ‘súper ricos’ no son otros que los dirigentes de las grandes corporaciones, que ganan 15.000 euros diarios en Francia, y 430 veces el salario promedio de los trabajadores de sus empresas en Estados Unidos. Hoy día, señaló, “el planeta está gobernado por una oligarquía que acumula ingresos con una voracidad digna de los ‘ladrones’ del fin del S.XIX, la época del capitalismo salvaje en Estados Unidos.”
Medidas urgentes: repartición de la riqueza
De esta forma propuso al respecto una nueva repartición de la riqueza: “disminuir los ingresos de la capa superior de la sociedad y repartir el beneficio para causas y problemas urgentes e inmediatos.”
Otro beneficio que se derivaría de esta medida de repartición sería que se limitarían los efectos de la ‘emulación’, explicó. Trajo a colación la definición de los pobres recogida por el Consejo de Europa en 1984, según la cual son “pobres las personas con menos recursos (materiales, económicos, sociales), que son tan débiles que están excluidos de los modos de vida mínimos aceptables de las sociedades”.
Emulación de las capas superiores de la sociedad. “El principio del consumo ostentoso rige nuestra sociedad. Se trata de imitar a los superiores, al que se sitúa inmediatamente por arriba de nuestra capa social, e ignorar a los de abajo”.
Para explicar las claves de la sociedad, Cassen se remitió al sociólogo Thorstein Veblen y a su “Teoría de la clase ociosa” de 1899, donde opera un análisis de la sociedad perfectamente extrapolable a la situación actual, indicó.
“La clave para entender la época es la tendencia a competir con los demás, la emulación, la posesión de la riqueza como medio para diferenciarse y exhibir los signos de un estatuto superior”. Citando al sociólogo, Cassen señaló que “las necesidades no son infinitas, son estimuladas por el juego social y el estilo de vida es determinado por los que están arriba en la pirámide”.
Señaló también que por el mismo proceso de emulación los ricos de los países pobres imitan a los ricos de los países ricos. Por otra parte, señaló cómo el tiempo de trabajo aumenta a medida que lo hace la desigualdad social, porque la gente quiere adquirir más ingresos para imitar el nivel de vida de la clase superior.
Sin embargo, “la fastuosidad ostentosa de la clase superior no es de ayer, pero la repercusión social (actual) desborda el marco”, dijo citando un artículo de Le Monde Diplomatique. Cassen tuvo así palabras para el presidente francés Sarkozy, que según él representa la caricatura de lo que hay que denunciar, por su relación con las élites francesas.
El Director General de Le Monde Diplomatique señaló, en definitiva, que el despilfarro y el derroche vaticinan un desastre que se producirá si no se toman medidas.
El poder de los medios y su falta de independencia
A este respecto Cassen acusó por una parte la ausencia de crítica de los medios ante el exceso y concentración de riqueza de la clase superior: “Los grandes medios son actores de la globalización y vectores de su ideología”. Y por otra su poder: “El poder mediático no es el cuarto poder, forma parte del poder económico y del político”, apuntó.
Expuso así el caso francés, en el que tres cuartas partes de los medios pertenecen a tres personas (grupos): dos de armamentos y uno de obras públicas.
Señaló la necesidad de la independencia de los medios, de “operar una lucha por los derechos democráticos en una situación en la que el poder está concentrado en tan pocas manos”, y recalcó a este respecto medidas anticoncentración que limiten la participación de empresas en el capital de los medios.
A modo de resumen concluyente, Bernard Cassen hizo hincapié en la necesidad de luchar contra las desigualdades para lo cual “tenemos que luchar contra el poder de los medios, enfrentarnos a los gobiernos y ser educados en la crítica”.- (CIP)
No hay comentarios:
Publicar un comentario