MADRID.- El Banco de España ha sugerido a las cajas de ahorro que intenten reducir su exposición al mercado inmobiliario y diversifiquen su negocio, dado el frenazo que sufre tanto este sector como el de la construcción, informaron fuentes del sector financiero.
No es la primera vez que el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez lanza un mensaje de prudencia a las entidades financieras españolas, a pesar de que ahora coincide con un momento delicado tanto en los mercados financieros internacionales, con dificultades en el acceso al crédito, como en un contexto de desaceleración del sector inmobiliario.
Las mismas fuentes precisaron que esta llamada a la prudencia no responde a que el Banco de España haya detectado situaciones especialmente delicadas en alguna caja de ahorros determinada.
La iniciativa no consiste tampoco en una actuación especial, sino que forma parte de la labor habitual de supervisión que realiza el antiguo banco emisor.
De hecho, las cajas de ahorros parecen haberse anticipado a los deseos del supervisor, ya que el valor de los préstamos que concedieron a promotores aumentó un 30,7% en 2007, casi 24 puntos menos que el ritmo del 54,4% con el que finalizó 2006, según datos del Banco de España.
Asimismo, el saldo de préstamos hipotecarios concedidos por estas entidades a las empresas y familias para adquisición y rehabilitación de vivienda aumentó un 14,32% en 2007, un crecimiento inferior al registrado al cierre de 2006, cuando el saldo hipotecario aumentó un 24,56% en tasa interanual.
Los actuales niveles de morosidad parecen justificar las advertencias del Banco de España. En concreto, la morosidad de los créditos concedidos por las cajas de ahorro a particulares y empresas subió en enero hasta el 1,03%, con lo que se coloca en el nivel más alto desde octubre de 2000, cuando se situó en el 1,08%.
En este marco, los créditos concedidos a los promotores por las cajas sufrieron un importante repunte en la tasa de morosidad, al alcanzar el 0,67% en 2007, el doble que un año antes, cuando este ratio se situó en el 0,32%.
Por su parte, la tasa de morosidad de los créditos hipotecarios concedidos por estas entidades financieras a las familias para la adquisición de una vivienda alcanzó el 0,82% en 2007, por encima de la registrda por el conjunto de entidades financieras en este apartado (0,72%), que fue la cota más alta desde, al menos, 1999.
No es la primera vez que el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez lanza un mensaje de prudencia a las entidades financieras españolas, a pesar de que ahora coincide con un momento delicado tanto en los mercados financieros internacionales, con dificultades en el acceso al crédito, como en un contexto de desaceleración del sector inmobiliario.
Las mismas fuentes precisaron que esta llamada a la prudencia no responde a que el Banco de España haya detectado situaciones especialmente delicadas en alguna caja de ahorros determinada.
La iniciativa no consiste tampoco en una actuación especial, sino que forma parte de la labor habitual de supervisión que realiza el antiguo banco emisor.
De hecho, las cajas de ahorros parecen haberse anticipado a los deseos del supervisor, ya que el valor de los préstamos que concedieron a promotores aumentó un 30,7% en 2007, casi 24 puntos menos que el ritmo del 54,4% con el que finalizó 2006, según datos del Banco de España.
Asimismo, el saldo de préstamos hipotecarios concedidos por estas entidades a las empresas y familias para adquisición y rehabilitación de vivienda aumentó un 14,32% en 2007, un crecimiento inferior al registrado al cierre de 2006, cuando el saldo hipotecario aumentó un 24,56% en tasa interanual.
Los actuales niveles de morosidad parecen justificar las advertencias del Banco de España. En concreto, la morosidad de los créditos concedidos por las cajas de ahorro a particulares y empresas subió en enero hasta el 1,03%, con lo que se coloca en el nivel más alto desde octubre de 2000, cuando se situó en el 1,08%.
En este marco, los créditos concedidos a los promotores por las cajas sufrieron un importante repunte en la tasa de morosidad, al alcanzar el 0,67% en 2007, el doble que un año antes, cuando este ratio se situó en el 0,32%.
Por su parte, la tasa de morosidad de los créditos hipotecarios concedidos por estas entidades financieras a las familias para la adquisición de una vivienda alcanzó el 0,82% en 2007, por encima de la registrda por el conjunto de entidades financieras en este apartado (0,72%), que fue la cota más alta desde, al menos, 1999.
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