jueves, 19 de junio de 2008

La sangre no llegó al ruedo / Currito de la Vega (4ª de la Feria de San Juan y San Pedro)

ALICANTE.- Cuarta corrida de la Feria de San Juan y San Pedro. Tres cuartos de entrada. La plaza va cogiendo ambiente coincidiendo con el día de la “plantá” de las hogueras. Algo más de calor y ni pizca de viento. Público muy condescendiente y generoso de más. Presidencia en la vía del rigor. Mucha más animación pero unos toros desiguales de presentación, nobles, justos de raza pero manejables. Talavante resultó volteado espectacularmente, aunque sin consecuencias, en el inicio de faena al sexto: la sangre no llegó al ruedo pero le impregnó el rostro.

En su primero, Finito de Córdoba mantuvo su clasicismo frente a un “Agitanado” de “Vegahermosa”, de 532 kilos, negro mulato con un punto de manso y al que no le sobraban fuerzas. Se enceló con el peto y, entre pitos, recibió una larga vara. Luego, dos banderillas traseras y aplausos en las cuatro siguientes. Nunca puso en compromiso al torero, por lo que el público comenzó a aburrirse. Finito encadenó varios pases al natural para un público amable con un torero algo abstraído y desvergonzado porque parecía que sólo venía a cumplir con el cartel. Pinchó y saco para luego colocar media estocada trasera pero mortal de necesidad para hacerlo doblar. El público pitó al final.

Quizás lo mejor de la tarde lo realizó Finito de Córdoba en las verónicas de recibo al cuarto, un toro noble de Jandilla y con calidad por el pitón derecho. El torero llevó a cabo una labor un tanto desconfiada al torear con demasiada rigidez. Remató de una estocada casi entera y, aunque hubo menos petición de trofeos que en la primera faena de El Fandi, el presidente le concedió la primera oreja de la tarde porque cuajó una buena faena a un gran toro, discontinua pero muy torera, antes de recibir un aviso.

El Fandi toreó de capa, verónicas y chicuelinas al segundo, “Jabonero”, de Jandilla, un toro negro de 486 kilos, que empujó en la única vara recibida para luego no dejar de escarbar durante toda su lidia. Toro noble pero con cierta querencia tras el castigo. Torero de gran repertorio con la capa, levantó al público con faroladas y revolás, hasta recibir aplausos, con desplantes y pases de rodillas que levantaron el entusiasmo en los tendidos.

El tercio de banderillas lo convirtió luego casi en lo mejor de la tarde por su gran imaginación y dominio del terreno, siempre en forma física como buen esquiador. Muy sobrado siempre, abusó de la bondad del toro e hizo reaccionar al público, que le premió con una gran ovación tras la música y momentos emocionantes durante la faena. Después de un pinchazo, atravesó a la segunda en medio de una masiva petición de oreja no concedida. Como premio de consolación dio la vuelta al ruedo.

En el quinto, “Zurcidor”, negro y de 503 kilos, también de Jandilla, noble y de calidad, estuvo populista El Fandi. Dispuesto a no irse de vacío a Granada, actúo con templanza. Después de una vara entre pitos, pidió cambio de tercio y música para las banderillas. El toro se fue arriba tras ser picado. Fuerza y temperamento no le faltaron Estuvo efectivo El Fandi sin dejar de ser el torero espectacular de siempre hasta con martinetes y, poco a poco, mantuvo la emoción de un público muy a gusto. No logró matar de una gran estocada un tanto trasera porque tuvo que descabellar por un aviso. Tras una ovación, hubo una petición masiva y el presidente Ayela le concedió una oreja. Dio su segunda vuelta al ruedo cuando el respetable no consiguió la segunda y abroncó a la autoridad.

Voluntarioso y con pundonor, a Talavante se le quedó enganchado a su capote el tercero, “Banquero”, 477 kilos, negro rayado, otro de Jandilla que sólo recibió una vara muy ligera antes de colocarle tres pares de banderillas para luego darle una tanda de pases con el capote a la espalda. Luego logró un buen ritmo y una mejor embestida con pases largos y armoniosos. No dejo al toro que se le estancase y logró cuajar faena con pases muy buenos que el público alicantino no terminó de apreciar. Después de tres pinchazos y un aviso, logró una muy buena estocada para hacer rodar a su oponente.

En el sexto, también de Vegahermosa, “Sacudido”, de 512 kilos, un toro de buena clase y magnífica estampa pero menores cualidades, Talavante fue arrastrado por los cuartos traseros y el toro lo hirió en la nariz. La abundante sangre no llegó al ruedo pero cubrió toda la cara del extremeño antes de recibir seis banderillas como todo castigo previo a la lidia. El maestro estuvo muy académico y voluntarioso pero alargó la faena innecesariamente a base de manoletinas. A la hora de la suerte suprema, el toro no humillaba y el torero necesitó de un pinchazo, una estocada corta y tres descabellos para rematar su faena. Saludó en los medios entre palmas para cerrar la corrida.

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