domingo, 27 de julio de 2008

Muchas dudas tras las acciones de la CAM, según "El Mundo"

MADRID.-No todos los productos financieros novedosos tienen por qué ser atractivos. De hecho, en una coyuntura como la actual, pocos vehículos de inversión consiguen el respaldo de los inversores, por muy sofisticados o pioneros que parezcan. Eso es lo que le ha ocurrido a la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), que esta semana protagonizó un hito en la historia bursátil al ser la primera caja en saltar al parqué a través de la emisión de cuotas participativas, según "El Mundo".

Estos valores, semejantes a las acciones ordinarias pero que no otorgan derechos políticos al portador, permiten a una caja de ahorros acudir al mercado para aumentar sus recursos y fortalecer sus ratios de solvencia y capital. Sin embargo, la emisión de cuotas de la CAM apenas ha contado con el beneplácito del mercado, que duda tanto del emisor como de la evolución que puedan tener estos valores a medio plazo.

«Creo que el interés de estos valores para los inversores es muy limitado y, por tanto, no auguro en el corto plazo un gran comportamiento de las cuotas participativas de la CAM», señala Juan José Fernández-Figares, jefe de análisis de Link, quien recuerda, además, que la caja alicantina ha logrado colocar su emisión en el tramo minorista gracias a su amplia red comercial, pero que eso será un impedimento para otras entidades más pequeñas que quieran seguir sus mismos pasos.

Otro de los inconvenientes que ven los analistas en esta colocación es la escasa liquidez de las cuotas, ya que se ha colocado una parte muy pequeña del capital -sólo un 7,5%- por un importe total de 292 millones, mucho menos de los 1.000 millones que estimaba la entidad cuando empezaron a sonar los rumores de su salida a Bolsa.

«Hoy por hoy no recomendaría a ningún inversor comprar cuotas participativas de la CAM», dice tajante un miembro de Renta 4. Además, el dividendo que puedan recibir los accionistas será mucho más bajo que cualquier otra cotizada, ya que la caja primero tendrá que destinar un importante porcentaje del beneficio a obra social y reservas. Finalmente, el pay out de la compañía podría rondar el 3% o 4%.

Y entre los grandes rivales de las cajas, los bancos, tampoco se augura un futuro muy prometedor a las cuotas de la CAM. Una entidad española calcula que el verdadero valor de la caja es la mitad del utilizado para su salida a Bolsa. De cumplirse su augurio, el valor de las cuotas de la CAM se situaría por debajo de los tres euros.

Eso, en todo caso, es el futuro. La realidad es que en las tres primeras sesiones, las cuotas de la CAM han caído un 2,3% hasta los 5,70 euros. Incluso en la primera jornada, los títulos de la entidad habrían cerrado con un retroceso cercano al 5% de no ser por el rescate llevado a cabo por MB Capital Markets, el broker contratado por la entidad para sujetar el valor y que en la subasta de volatilidad al cierre de la sesión realizó el 93% de las adquisiciones por un valor superior a los 3,5 millones de euros. Ese día, además, la Bolsa subió casi un 3%.

MB Capital Markets actuará junto con Lehman Brothers, el banco estabilizador del valor, durante los 30 días posteriores a la salida a Bolsa con el fin de mantener la cotización en niveles estables. También la CAM actuará con operaciones de recompra de títulos, sobre todo a medida que algunos inversores institucionales -otras cajas españolas, principalmente- decidan reducir su participación.

Fuentes del mercado advierten de que durante los primeros días el comportamiento de los títulos puede ser engañoso debido a estas operaciones, y creen que la CAM no tardará en notificar que ya ha alzanzado un 1% de autocartera, señal inequívoca de una desconfianza del mercado en sus cuotas participativas.

Un instrumento que puede quedar en entredicho

Las cuotas participativas fueron reguladas por el Gobierno del Partido Popular justo antes de que expirara su mandato en 2004.Un decreto del 20 de febrero de ese año, apenas tres semanas antes de las elecciones, legisla todo lo concerniente a este instrumento.

Una prueba de la poca fe que ha despertado es que ha sido necesario esperar más de cuatro años hasta que una caja de ahorros se ha atrevido a lanzar una emisión. Y, a la vista del resultado inicial, pueden pasar otros cuatro años hasta que llegue el siguiente. No en vano, la CAM ha tenido que recurrir a los amigos para cubrir la parte institucional de su emisión de cuotas, y eso que apenas llegaba a 100 millones de euros.

La parte institucional es clave, ya que es la que fija el precio definitivo de la salida a Bolsa. En este caso se estableció en el más bajo del rango (5,84-7,30 euros).

Por eso la CAM tiró de otras cajas para que arrimaran el hombro y se hicieran con cuotas dentro de ese tramo institucional.

Y seguramente son estas mismas entidades las que ahora están lanzándose a vender las participaciones adquiridas antes de que el valor se desplome, como auguran la práctica totalidad de los analistas. El problema son los miles de inversores particulares, la mayoría clientes de la CAM, que se pueden ver atrapados en una inversión poco rentable, al igual que lo ha sido, por ahora, la salida a Bolsa de Criteria, el holding de La Caixa.

En ninguno de los casos el momento elegido ha sido el más apropiado.Y en el horizonte llega Cibeles, el holding en el que Caja Madrid va a integrar sus participaciones financieras y que podría salir a Bolsa en el mes de noviembre.

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