domingo, 10 de agosto de 2008

Mejor de lo esperado la corrida en honor de la Virgen del Remedio / Currito de la Vega

ALICANTE.- Corrida de la Feria Agosto en honor de la Virgen del Remedio, patrona de la ciudad de Alicante. Un tercio de entrada. Cinco toros de Vegahermosa, y uno de Jandilla, desiguales de presentación y de escaso juego.

Curro Díaz, saludos y oreja en el cuarto, con el que dió muestra de su buen porte torero en los remates y muletazos.

Salvador Vega, silencio y vuelta al ruedo tras petición al matar de una estocada al quinto. Se le vio mucha entrega al sacar todo el partido a su lote.

Eugenio Pérez, ovación con saludos en ambos. No tuvo suerte con el lote que le correspondió en suerte y permanece el recuerdo de su alternativa el pasado 24 de junio en el día grande de la Feria de San Juan y San Pedro.

Muchos turistas en las gradas junto a la afición fiel de siempre y unos subalternos en muy buena forma física más que demostrada.

El primero, Escarbador, 475 kilos, amplio de testuz, escarbaba, trotaba y buscaba la puerta de los chiqueros. Se dió una voltereta después de la primera tanda de pases con el capote. Entró con decisión y fuerza al caballo para luego desarmar al diestro jiennense, Curro Díaz, quien al darle unos pases en el tercio, fue enganchado. Recibió una vara pero se acobardó tras las banderillas, un par demasiado altas. Perdió fuerza y Díaz, tras brindar al público, enlazó con la muleta una serie de pases en redondo cuyo remate fue aplaudido y recompensado con música para ambientar otra tanda por la derecha y por la izquierda, agradecida con olés por un estilo tan torero.

Pese a que el toro iba buscándole, le sacó todo el partido que pudo con nuevas tandas de pases. Aplaudido, no apuró su faena. En la suerte natural, colocó primero una media estocada trasera y luego un pinchazo tras lograr igualar. Descabelló a la primera entre pitos y aplausos pero Escabador fue aplaudido en el arrastre. Luego el diestro salió a saludar desde los medios.

El cuarto, Feriante, 499 kilos, embistió con cierta bravura, recibió un puyazo, y estuvo bien en banderillas. La faena, muy aplaudida y por el pitón derecho, la hizo Díaz valiente y muy artística en sus posturas pero se tuvo que conformar con hacer lo que podía con un toro que se fue a menos, ya a mitad de su lidia.

En la suerte natural, logró colocar la mejor estocada de la tarde y el toro rodó hemorrágico en pocos segundos. Los aplausos y petición de oreja por parte del público se vieron correspondidos por un presidente asistido por el crítico Diego García como asesor taurino. El torero dio una vuelta al ruedo.

El segundo, Jopeo, 521 kilos, amplio de cornamenta, exhibio cierto brío al medirlo con los primeros capotazos. Recibió un puyazo muy protestado y fue aplaudido en banderillas. El malagueño Salvador Vega también brindo al público y tras dejar las zapatillas sobre la arena, comenzó su atrevida faena por el pitón izquierdo. Le dío el toro un par de sustos al salir de pases de pecho en terrenos del 6. Estuvo muy valiente y cuajado. En la suerte natural pegó primero un pinchazo. Se fue a terrenos del 4 y dio otro pinchazo, que expulsó el estoque . Ya en la suerte contraria logró media trasera. Amorcillado en tablas el animal, descabelló a la primera entre las palmas del respetable. El toro fue aplaudido en el arrastre.

El quinto, éste de Jandilla, de nombre Caprichoso y 523 kilos, fue capoteado con destreza por Vega. Se comportó en la vara pero la acusó en los remos. Aplausos en el tercio de banderillas. El torero buscó infructuosamente la oreja en la lidia por ambos pitones. Arrancó aplausos en su faena de muleta acompañada con música y olés por ser muy torero y desafiante ante el toro. Pero luego colocó una estocada insuficiente en la suerte natural, siendo derribado y rodando por el coso. Recibió un aviso porque al animal le costó doblar tras un pinchazo hondo aunque fue aplaudido en el arrastre. Hubo petición de oreja pero se tuvo que conformar con la vuelta al ruedo.

El tercero, Espartero, 488 kilos, tintado y con ojos de perdíz, salió muy inquieto y respondió al capote. Empujó, y bien, en varas. Protestado el picador en la primera y segunda. El toro no perdió facultades pero manseó. Se comportó en banderillas, todas aplaudidas. El alicantino, de Elda, Eugenio Pérez, brindó al público de su tierra. Luego estuvo muy suelto en la muleta y muy del agrado de la afición. Escuchó música sin pedirla (El gato montés) coreada por el público.

Tuvo algún apuro al arrear el toro, igual que sus hermanos. El torero fue desarmado cuando empezaba a enebrar una suerte de muletazos. Al ir a matar, le costó igualar. En la suerte contraria logró un meteisaca y, tras un susto, una media estocada, que hizo doblar rápido al toro, luego muy aplaudido en el arrastre. Saludó enmedio de una gran ovación.

Y el sexto, Delincuente, 601 kilos, apareció como un toraco lento y poco ágil. Muy protestado porque, al principio, no embestía y parecía un saldo con trazas de vaca. Un ejemplar raro en su estampa, todo carne y aparentemente sin nervio. Entre gritos de ¡fuera, fuera, fuera!, huyó de la vara aunque luego el picador se cebó con él. Arremetió con fuerza hasta desarmar al jinete. Casi se desangró en el peto y resultó un desastre en las banderillas.

Luego, crecido con el castigo, se embraveció y resultó un toro hasta peligroso. El diestro logró dar algunos muletazos entre arreones y aplausos de un respetable que reconocía el ímprobo esfuerzo de Eugenio Pérez ante un verdadero bicho, que le buscaba y al que no se podía torear . Tras un pichazo, colocó media trasera en la suerte natural y dió un segundo pinchazo. Acabó con un descabello entre aplausos. El toro fue pitado en el arrastre.

(Curro Díaz en una de sus faenas de muleta)

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