"El fenómeno atroz que se está produciendo en el sistema financiero norteamericano con el precio de la vivienda aquí no se va a producir", sostuvo el presidente de la CECA.
Según Quintás, el descenso del precio de la vivienda registrado en España se reflejará en la tasa de la morosidad, "pero no en el derrumbamiento de las garantías reales que subyacen a la solvencia del sistema financiero".
El presidente de la patronal de las cajas de ahorro sostuvo que existe una "clara diferencia" entre lo que ha sucedido en Estados Unidos y lo que sucede en España, porque al otro lado del Atlántico se descuidaron los criterios de concesión de préstamos y luego se titulizaron, contagiando al sistema financiero.
"En Estados unidos hubo un momento de gran competencia por hacer hipotecas que rápidamente se vendían y no se asumía el riesgo de que el tenedor de la hipoteca no la pudiera asumir", precisó Quintás. "Se descuidaron todos los criterios de rigor, lo que es inimaginable en España", argumentó.
Estas prácticas no son posibles en España porque los usuarios responden ante la hipoteca con todos sus bienes y los avales que hayan aportado, mientras que en Estados Unidos se concedían simplemente tomando la palabra de honor del que compraba, que luego no respondía ante el banco. "Aquí el banco no se olvida de ellos", aseveró.
En Estados Unidos se concedieron hipotecas sobre bases completamente irreales pero que no generaban morosidad, porque el precio de la vivienda subía y se ganaba con la plusvalía, pero cuando comenzó a bajar, las personas sin activos reales ni ingresos que no podían pagar la hipoteca y se enfrentaban a un crédito superior al precio de la vivienda, y que al final entregaban las llaves al banco, sin más, explicó.
Quintás estimó que "hay proporcionalidad" entre la gravedad de la crisis financiera internacional y las medidas adoptadas por las autoridades de Estados Unidos y Europa para afrontar sus efectos, como el rescate de bancos y las inyecciones de liquidez.
A su parecer, dichas actuaciones ponen de manifiesto que las autoridades estadounidenses y europeas han asumido sus responsabilidades en un ejercicio de "audacia, coraje y pragmatismo", y calculó que, sin estas medidas, "la crisis podría haber sido peor que la del 29".
Quintás subrayó que en España ni se han creado activos tóxicos ni se han comprado, pero el sistema financiero padece sus consecuencias, ya que los mercados mayoristas se han cerrado y las entidades españolas no pueden tomar dinero de fuera, lo que afecta a la concesión de créditos.
"Evidentemente los fondos que tenemos ahora se limitan al ahorro español hasta que se recupere la normalidad en los mercados internacionales, pero no se puede hablar de un 'credit crunch' en España", dijo, para rechazar la hipótesis de que ya no se conceden préstamos.
El presidente de la CECA argumentó que al mismo tiempo que ha bajado la oferta de fondos del sistema bancario se ha reducido la demanda de prestamos viables, aquellos que ofrecen garantías para recuperar la inversión, y que las entidades están deseosas de cubrir.
"Hay una competencia atroz para dar préstamos para proyectos viables, porque es la única forma de ganar ingresos que permitan pagar los altísimos intereses que se pagan en la despiadada lucha por el pasivo que libran las entidades", dijo. "Por egoísmo tenemos interés en que ningún proyecto rentable quede sin financiar", agregó.
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