domingo, 21 de diciembre de 2008

La Banca aduce tener motivos para cerrar el grifo del crédito

MADRID.- Digan lo que digan Solbes, Fernández Ordoñez y hasta el propio Zapatero, la Banca niega que se haya paralizado el crédito. Pero admite que se ha ralentizado y que ha dicho adiós a los dos dígitos de crecimiento: en noviembre ha aumentado a ritmos del 8%, 10% los bancos y 7% las cajas. Esto significa que el dinero sigue llegando al mercado, a las familias y a las empresas, según www.capitalmadrid.info

Por lo tanto, parte del dinero sí sigue llegando al mercado, pero de una manera claramente insuficiente. Es verdad que se ha reducido la demanda, por la fuerte caída del consumo. Pero no menos cierto es que buena parte de la liquidez de bancos y cajas se está destinando a refinanciar créditos a los actuales clientes. Y apenas queda dinero para financiar operaciones nuevas. Muchas entidades tienen mucha deuda con empresas que tienen dificultades para afrontar los pagos, y a las que tratan de refinanciar en ocasiones con créditos nuevos para saldar los ya concedidos y que no se les dispare la morosidad, lo que les exigiría aumentar dotaciones y provisiones.

Un claro ejemplo es el sector inmobiliario, con el drama de 600.000 viviendas acabadas y con una venta más que problemática, lo que impide a estas empresas hacer frente a sus deudas con el sistema crediticio. Como las entidades financieras no quieren tener que convertirse en forzados vendedores de pisos que nadie quiere adquirir, la única solución es refinanciar la deuda. Además, de esta forma se contribuye a que la morosidad no se dispare, aunque la refinanciación suscita muchas suspicacias entre auditores, Banco de España y agencias de calificación crediticia.

Pero hay otras deudas que preocupan también a bancos y cajas. La crisis subprime ha cerrado los mercados de financiación interbancarios, a los que la Banca española ha apelado para financiar el espectacular crecimiento de los últimos 15 años, ya que el ahorro nacional es claramente insuficiente.

Así, antes de que finalice el año la banca española debe devolver más de 20.000 millones de euros. Y quedan más de 80.350 millones para el año que viene. En los tres próximos ejercicios, unos 190.000 millones. Cifras ante las cuales las inyecciones de liquidez de las subastas del fondo de ayuda para la banca, 9.335 millones entre las dos, son apenas una gota en el océano.

Más datos. El importe que las entidades financieras que operan en España tenían pendiente de liquidar con el Banco Central Europeo (BCE) en noviembre ascendía a 58.218 millones de euros, un 44,19% más que hace un año, según datos del Banco de España.

El recurso al BCE se ha elevado el 46,8% desde enero

El saldo vivo del conjunto del Eurosistema se elevó en noviembre hasta los 579.941 millones de euros, un 31,8% más sobre noviembre de 2007. Las entidades españolas representan casi el 10% de todo el volumen, frente a más del 60% de las alemanas.

Es evidente que la banca trata de atesorar liquidez como colchón ante un deterioro más pronunciado de la morosidad, ante una previsible prolongación de las dificultades de financiación interbancaria y una caída en la captación de recursos de clientes por la pérdida de capacidad de ahorro por la crisis económica y el paro.

Pero en voz baja, responsables de entidades financieras admiten que, ante el deterioro de la economía, la estrategia es claramente defensiva. Por una parte, atender casi exclusivamente la demanda de crédito de bajo riesgo, la demanda que consideran solvente tras pasar por filtros de análisis más severos.

Por otra, destinar la liquidez generada en colocaciones seguras aunque estén poco remuneradas. Así, la banca española, como la del resto de la zona del euro, ha acudido a las colocaciones en el BCE, aunque el Banco Central Europeo remunere estos depósitos con tipos inferiores a los del mercado. Eso sí, sin riesgos, mientras que dando créditos a empresas y a familias éstos crecen considerablemente.

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