sábado, 9 de mayo de 2009

A Pajín se le complica el "caso Elche" con espías en acción / David Lozano

Alejandro Soler, alcalde de Elche, Leire Pajín, el PSPV y todo el PSOE deben ofrecer rápidas y convincentes explicaciones sobre por qué un empleado municipal, personal de confianza del grupo socialista, realizaba unas fotografías –apostado en una esquina próxima a la sede del PP en Elche- a todo aquél que entraba y salía del local popular ilicitano. La acción, además de poco democrática, es cutre donde las haya y llega en el peor momento para un PSPV que empieza a verse acorralado por acusaciones de corrupción difuminadas a lo largo y ancho de la geografía valenciana, casos que además afectan a sus más destacados dirigentes.

Resulta que tanto hablar, escribir y fijarse en la presunta trama de espionaje del Madrid de Esperanza Aguirre y los socialistas en la Comunidad Valenciana tienen montado un chiringuito fotográfico, a imagen y semejanza de la TIA de Mortadelo y Filemón, que toma instantáneas para inmortalizar a quien entre y salga de la sede popular ilicitana. Unos hechos que nos conducen indefectiblemente a los "comisarios políticos" de un tiempo pasado que ahora se han empeñado en recordamos a la fuerza por obra y gracia de la ley de Memoria Histórica. Pero no, no estamos en el franquismo y sí en la España del siglo XXI, marco en el que hemos conocido el presunto espionaje del PSPV al PP.

Y hemos tenido conocimiento de tan preocupante hecho "gracias" a que el espionaje se producía durante la visita que la consellera de Justicia, Paula Sánchez de León, giraba a la sede del PP. Su personal se percató de la presencia del "fotógrafo" y fue requerido para su identificación. Al parecer el Mortadelo en cuestión en primera instancia alegó que se trataba de un reportero gráfico pero, y una vez personada la Policía de escolta de la consellera, se descubrió la verdadera identidad del fotógrafo: Antonio Rodríguez, cargo de confianza del PSOE en el Ayuntamiento. Por la seguridad de la consellera y de los propios agentes se le instó a que entregase la cámara y fue cuando, previa llamada telefónica, irrumpió en escena el concejal socialista, Alejandro Pérez, que medió para que se dejase ir al "espía".

Algo huele a podrido en Elche y ya que en plaza local nadie ofrece explicaciones (más allá de la liviana de que el espía documentaba una denuncia de partido); Leire Pajín –como secretaria de organización y amiga personal del alcalde- debe aclarar urgentemente los hechos. De momento, a la "jefa" del PP en Elche, Mercedes Alonso, le queda el consuelo del pataleo y de la denuncia de lo evidente. "Estamos ante un claro caso de espionaje" y "no es democrático que tomen fotos de la gente que entra en nuestra sede para luego coaccionarla", predica en el desierto Alonso.

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