miércoles, 15 de julio de 2009

Liberan a una joven alicantina secuestrada y escondida en un zulo en espera de cobrar un rescate

ALICANTE.- La Policía Nacional ha liberado a una joven de 19 años secuestrada en la ciudad cuando se disponía a coger su vehículo el pasado lunes y que ha estado retenida durante cuatro días en un zulo de unos cuatro metros cuadrados excavado en una ladera de una montaña en Alicante. Los raptores solicitaron al padre de la joven, directivo de una empresa de la zona, 300.000 euros en billetes de 50 como condición para ponerla en libertad y lo persuadieron para que no denunciase la desaparición.

La operación comenzó el 13 de julio, cuando el padre de la víctima denunció que había recibido una carta desde el móvil de su hija en la que ella misma le comunicaba que estaba secuestrada.

Posteriormente, uno de los secuestradores le dijo que no le iban a hacer nada "por ahora", que volverían a llamar el miércoles y para entonces, debía tener preparados "300.000 euros en billetes de 50" y le aconsejaron no llamar a la Policía.

En ese momento se activó el protocolo establecido para casos de secuestros y se desplazaron hasta Alicante policías especializados para comenzar las investigaciones 'in situ', con las que los agentes comprobaron que la víctima había estado sometida a vigilancias previas.

Los investigadores comprobaron que una rueda del vehículo de la joven se encontraba dañado, por lo que no pudo utilizarlo y los secuestradores aprovecharon el momento para retenerla contra su voluntad, según ha informado la Policía.

La Policía encontró indicios de una posible vinculación entre el rapto y la empresa en la que el padre de la víctima trabajaba como directivo, posiblemente un antiguo empleado despedido.

Con los datos recogidos, pusieron en marcha un dispositivo para intentar liberar a la chica, fijaron la entrega del rescate con los secuestradores y pusieron en marcha un dispositivo, que resultó "extremadamente complicado" porque los secuestradores cambiaron en numerosas ocasiones el lugar de la entrega.

Finalmente, el dinero fue depositado entre unos arbustos en un polígono industrial y, cuando se acercó un hombre a cogerlo, fue detenido inmediatamente.

A su vez, como consecuencia de la presión policial a la que estaba siendo sometido el otro secuestrador, responsable de vigilar a la joven, la liberó e intentó escapar, pero fue inmediatamente detenido.

Los investigadores comprobaron que los secuestradores eran dos hermanos, uno de ellos llevaba dos meses en libertad tras haber cumplido condena por asesinar a su mujer y tenía también antecedentes por violencia de género y robos con violencia.

El otro era un antiguo trabajador de la empresa en la que también trabajaba el padre de la víctima, pero actualmente se encontraba en paro y tenía importantes cargas económicas.

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