sábado, 26 de septiembre de 2009

La familia de Christian Poveda lo recuerda en su funeral en Alicante como 'un misionero de la paz'

ALICANTE.- Como "un misionero de la paz", porque "nunca pudo tolerar las desigualdades sociales", definió Gregorio Poveda a su hijo Christian en la misa celebrada ayer en la Concatedral de San Nicolás, de Alicante, en España.

Familiares y amigos se dieron cita en este homenaje religioso con el que la familia del fotoperiodista asesinado en El Salvador el pasado 2 de septiembre quería darle su último adiós, según el periódico local 'Información'.

"Le han quitado la vida, pero su obra y los objetivos que él persiguía seguirán vivos en El Salvador", aseguró el padre del reportero ante la fotografía de su hijo y la primera cámara profesional que utilizó, y que su sobrino y ahijado, Juan Luis, depositó junto al altar antes de comenzar la misa, tal como se aprecia en la instatánea tomada por Rafa Arjones.

El templo alicantino se llenó de compañeros y amigos, incluso llegados desde Francia, además del Cónsul de Francia en España y del Cónsul honorífico de ese país en Alicante, para recordar a este profesional que perdió la vida por defender la justicia y la igualdad, y que retrató con su objetivo algunos de los conflictos sociales más cruentos.

El último, el de los pandilleros de las maras salvadoreñas. "Su vida loca no ha sido otra cosa que una apuesta por ayudar a los demás. Cuántos reportajes, cuántos encuentros, cuántas horas dedicadas a los demás -recordaba su amigo de juventud Pere Reig frente a los asistentes-. Era un hombre libre, honesto, independiente, tozudo, apasionado, valiente... un gran hombre, enorme".

La misa, que contó con la intervención del coro del templo, fue oficiada por el párroco de San Nicolás, Ramón Egio, que aseguró que "con su vida iba dejando, a la vez que un intrépido trabajo, una estela de humanidad" y destacó que "su muerte es un fuerte grito de libertad".

En este sentido, afirmó que "Dios quiera que desaparezcan todas las cosas horribles que Christian fotografió y que se multipliquen las bellas".

Las cenizas de Christian Poveda, cuyos restos mortales fueron incinerados en El Salvador, ya descansan en El Campello, donde la familia las depositó la pasada semana.

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