Además, indicó que la situación de "falta de rentabilidad" comporta que los impagos dentro de las comunidades de regantes "se encuentren a la orden del día porque el descenso en el gasto de agua trae como consecuencia el de los importes de las derramas por consumo, lo que provoca que los gastos fijos y corrientes asfixien económicamente a algunas comunidades de regantes".
La organización agraria señaló que se han dado casos de que los mismos miembros de la junta rectora de la comunidad de riegos "han debido aparecer como avalistas de los préstamos de las inversiones". Como ejemplo, citó que una comunidad de regantes "relevante" de la provincia de Valencia "tiene en estos momentos ya un volumen de impagos del 35 por ciento tanto de las derramas de los socios como de la amortización de la obra ejecutada".
Según La Unió, "los bajos precios que perciben en el campo por las producciones agrícolas hace que el elevado coste que representa para el agricultor la instalación del riego por goteo sea imposible de asumir en muchos de los casos".
Asimismo, añade que, de acuerdo con todas las fuentes consultadas, "la instalación de riego localizado le supone al agricultor entre 500 y 800 euros por hanegada, que incluye el gasto de toma, la caseta, la instalación de cabezal y goteros, el impuesto del contador y el coste del agua".
En estos últimos casos, "existe malestar porque el impuesto fijo del contador resulta a veces más caro que el pago de la contribución rústica o porque el coste del agua sea calificado como demasiado elevado teniendo en cuenta la calidad de la misma".
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