El estudio, incluido en la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana, presentada esta semana, dentro del apartado de 'Puesta en Valor de las potencialidades energéticas del territorio', revela este dato. La secretaria autonómica de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, María Ángeles Ureña, afirmó que se trata de una "experiencia innovadora, de elevado contenido tecnológico, dinamizadora del empleo, ahorradora de gases de efecto invernadero, y que otorgaría a la provincia una imagen de modernidad en materia de desarrollo sostenible".
Según explicó, "la primera de las claves que explica la posición privilegiada de Alicante para acoger el proyecto es su gran potencial de energía eléctrica renovable, capaz de satisfacer el incremento de demanda que supondrían estos vehículos verdes". La provincia cuenta actualmente con 35 plantas fotovoltaicas aprobadas y otras 35 en tramitación.
Para el año 2030, escenario marcado en las previsiones de la Estrategia, el potencial de Alicante le permitiría alcanzar el 30 por ciento de producción energética a partir de fuentes renovables, lo que a su vez implicaría una reducción en un 30 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero.
Una de las características de estos vehículos ecológicos es su "corta autonomía" --aproximadamente 100 kilómetros--, por lo que es "necesario una red de puntos de recarga bien distribuida que permita el abastecimiento". Una red de estas características en la provincia de Alicante necesitaría 5.000 estaciones de suministro para el conjunto del territorio, localizadas junto a grandes aparcamientos, zonas de servicios y centros comerciales.
Debido a este corto recorrido de los automóviles, el modelo ha de implantarse sobre áreas urbanas densas, como las de la provincia de Alicante. De hecho, Alicante es, junto con Madrid, Guipúzcoa y Vizcaya, la única provincia española cuya densidad de población supera los 300 habitantes por kilómetro cuadrado.
Además, la iniciativa requiere de ciudades de tamaño medio y zonas industriales bien repartidas por el territorio y caracterizadas por una movilidad de corta distancia, para evitar que las baterías eléctricas se descarguen. Las ciudades alicantinas cumplen con esta condición espacial. Con una media de 15 minutos, los tiempos de viaje al trabajo y las distancias recorridas son de las más bajas entre las provincias españolas más pobladas, lo que permite optimizar el modelo.
Otra ventaja comparativa de Alicante es que en el interior de cada comarca se desarrollan más del 90 por ciento de las relaciones laborales. Esto supone un modelo de corto recorrido y adecuado para la implantación del coche eléctrico.
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