El Papa ensalzó a "las familias del Movimiento del Amor Familiar y a todos aquéllos que velaron la noche entera en la iglesia de San Gregorio (de Roma) rezando por soluciones justas" para el recibimiento de los extranjeros en Italia.
En su portal de internet, esa agrupación instó a "soluciones de paz y no de violencia para los emigrantes obligados a abandonar sus países y que vienen" a Italia.
El diario del Vaticano, L'Osservatore Romano, denunció el 11 de enero el "racismo" de los italianos, pocos días después de la cacería de inmigrantes que se desató en Rosarno, Calabria (sur de Italia), y que dejó un saldo de 67 heridos en esa localidad.
El Papa había condenado la víspera el trato dado a los trabajadores extranjeros, afirmando que "el inmigrante es un ser humano que debe ser respetado".
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