Así que no me extraña que en el banco sólo guarde 900 euros a su nombre y otros 1.350 a medias con su santa en otra cuenta. Sólo dios sabe –porque la Generalitat no los detalla– los gastos a los que obliga la pesada losa de su cargo, donde apenas le pagan el coche oficial, todas las comidas y varios pluses y complementos.
Así no hay quien viva si no es zurciendo pantalones y haciendo croquetas con las sobras del cocido. Normal que se vea obligado a conducir un coche de hace 15 años con más pegatinas de la ITV en el parabrisas que medallas en la pechera de un general retirado; ahora entiendo también su capricho por montarse en un Ferrari, aunque fuese sólo una vez.
Quiero aprovechar esta columna para disculparme. Fui injusto con usted. Le llamé “Milano Bonito”, y me burlé de esos trajes con pasador italiano de ese honesto amigo suyo, el Bigotes. Dice que le quiere un huevo, y con razón. Visto su saldo, habría tenido que hipotecar su piso para poder pagar esos 12.783 euros en sastrería. Pero le advierto que otros medios no serán tan comprensivos con su suerte.
Guárdese de los diarios de la derecha, que colgaron de los pulgares a Manuel Chaves por reconocer que en el banco sólo tenía 21.638 euros; no me quiero ni imaginar qué dirán ahora esos estrictos notarios de la realidad. Y un último consejo: llame ya mismo al 902 35-telahinco-22 y pida un crédito rápido. No vaya a ser que le entre algún recibo inesperado y acabe en una lista de morosos.
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