En su opinión, ésta "sería una manera prometedora de ayudar a las zonas que necesitan agua al sur del Ebro".
Moner se pronunció de este modo durante su intervención en la jornada titulada 'Una visión israelí sobre el Trasvase del Ebro', celebrada en el marco de la Cátedra Fundación Agua y Progreso-Universidad Politécnica de Valencia (UPV).
En este evento también participó el coordinador de Organizaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura y Agua de Israel, Joseph Shalhevet, según informó la Fundación en un comunicado.
El profesor Manor centró su intervención en 'El Trasvase del Ebro a la luz de la experiencia del Acueducto Nacional de Israel', una gran "autopista del agua" de 6.500 kilómetros de longitud, concebida para trasvasar agua desde el Lago de Galilea, en el norte del país, a las regiones semiáridas del sur, y que se ha convertido en "la columna vertebral que garantiza el abastecimiento de agua a todo el país", explicó, al tiempo que dijo que así "debería ocurrir en España, donde existen las mismas necesidades".
Considerado uno de los más desarrollados y versátiles del mundo, los miles de kilómetros de tuberías de este acueducto llegan a todos los rincones del país y suplen todas las necesidades. La mayoría de los acueductos previamente independientes se han conectado a él, formando una red integrada desde Metula, en el norte, a Eilat, en el sur, y desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, señaló la Fundación. Asimismo, dijo que éste es "un ejemplo de trasvase intercuencas" que el experto destacó por su "eficacia y eficiencia".
Según Manor, la "extrema escasez" de agua en Israel, provocada por su proximidad al desierto, ha obligado a que cualquier sistema desarrollado para proporcionar agua deba hacer de puente entre las zonas donde el agua está disponible y aquellas en las que es escasa, así como entre la temporada de lluvias y la estación seca. Por lo tanto, el agua de ríos, inundaciones y manantiales se debe almacenar para su posterior transporte a través de las líneas de suministro en función de las necesidades.
El experto israelí se preguntó "por qué en un país como España, en el que claramente hay zonas en las que sobra agua y otras en las que este bien es escaso, no se apuesta por los trasvases como solución a la carestía hídrica, combinándolos en algunos casos con la desalinización a pequeña escala, así como la reutilización de agua depurada y el uso eficiente del agua".
El profesor Manor es experto en Hidrología del Centro Simón Peres por la Paz, miembro del Departamento de Cultura del Agua en Israel y consultor en asuntos hídricos del Banco Mundial y del Centro para la Cooperación Internacional al Desarrollo Agrícola e Hidrológica (Cinadco), además de secretario de la Asociación de Comisarios y Amigos de Investigación Agrícola e Hidrológica en el Centro de Volcani.
En la jornada también intervino el coordinador de Organizaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura y Agua de Israel, Joseph Shalhevet, con una conferencia sobre la 'Evolución del Regadío en Israel como consecuencia del Acueducto Nacional de Israel', en la que manifestó las "muchas similitudes" entre esta infraestructura israelí y el Trasvase del Ebro, al tiempo que afirmó que "no tiene sentido desalar antes de utilizar el agua de superficie, y trasladarla a zonas donde los recursos hídricos son deficitarios".
En Israel, agregó, "no se comenzó a desalar hasta haber agotado todos los recursos naturales disponibles" y se empleó este sistema "como último recurso, 35 años después de haber construido el Acueducto Nacional". A su juicio, ésta fue "una decisión muy inteligente y de notable éxito, debido al elevado coste de la desalación".
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