Un prototipo de tamaño reducido fue presentado en el Día Mundial del Agua organizado por la ONU, cuyo objetivo es poner de relieve los problemas relativos a los recursos hídricos.
La desalinización convencional funciona forzando el agua a pasar a través de una membrana que retira las moléculas de sal. Pero este proceso consume mucha energía y las membranas son propensas a obstruirse, por lo que las plantas desalinizadoras son inevitablemente grandes, costosas e inamovibles.
El equipo de Jongyoon Han, del Departamento de Ingeniería Electrónica del MIT, dio una prueba del concepto de este nuevo dispositivo. Funciona con la llamada polarización de concentración de iones, que ocurre cuando una carga de iones pasa a través de una membrana selectiva de iones.
La idea es crear una fuerza que mueva a los iones con carga y partículas contenidos en el agua fuera de la membrana. Cuando el agua pasa a través del sistema, los iones de sal -así como células, virus y microbios- serán puestos de lado. Esta agua salada será luego tirada, dejando únicamente pasar agua desalinizada.
El dispositivo tiene una tasa de separación del 50%, lo que significa que la mitad del agua usada en un primer momento pudo ser desalinizada. El 99% de la sal de esta agua fue retirada.
La eficiencia energética fue similar o mejor que en las convencionales plantas de desalinización de gran escala.
"En vez de competir con plantas de desalinización cada vez más grandes, el método podría ser usado para crear sistemas pequeños o medianos con posibilidades para que sean alimentados con baterías", sugiere el estudio, publicado en el periódico Nature Nanotechnology.
Han indicó que el experimento implicó un diminuto chip microfluidico, de apenas unos milímetros de superficie, que desalinizó sólo 10 microlitros por minuto.
"La idea para una aplicación en el mundo real es que fabriquemos muchos de estos dispositivos, miles o decenas de miles en una bandeja y que operen en paralelo, de la misma manera que los fabricantes de semiconductores construyen muchos chips electrónicos en una misma oblea", explicó Han.
"Esto llevaría la tasa del flujo a un nivel de unos 100 mililitros por minuto, lo que es similar al uso típico de los purificadores de agua", añadió.
El invento fue patentado, pero sin embargo serán necesarios unos años antes de que alcance una escala comercial.
Se ignora hoy día el costo de este futuro sistema. Pero, dijo Han, los costos indirectos pueden reducirse significativamente utilizando la gravedad, es decir, ubicando el agua sobre el dispositivo en vez de forzarla a pasar por allí bombeándola.
El lema del Día Mundial del Agua, que se celebra este lunes, es 'Agua limpia para un mundo más sano', y se tratará el tema cada vez más problemático de la contaminación del agua en países que se enfrentan al problema de los recursos hídricos y el rápido crecimiento de la población.
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