No está adscrito a ninguna de las asociaciones profesionales, pero sí ha defendido posiciones de derechas en algunas de las juntas de jueces, según dicen algunos de sus compañeros.
Llegó al juzgado alicantino en febrero, y allí se encontró con una causa que llevaba abierta desde 2007 y estaba bajo secreto de sumario. Se investigaban, entre otros delitos, cohecho, fraude, revelación de secretos, actividad prohibida a funcionarios y tráfico de influencias.
Para San Martín, que venía de los partidos judiciales de San Vicent del Raspeig y Villena, también de la provincia de Alicante, era con mucho la causa más compleja que había caído en sus manos.
El magistrado es reacio a hablar con los medios de comunicación, y quienes han compartido trabajo con él dudan de que fuera suya la iniciativa de explicar su actuación en este asunto.
Sin embargo, los comunicados que emitió el día 7 el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana llevan su marca, en forma y contenido, pues "es así es como él se expresa", afirman antiguos compañeros del magistrado.
Es áspero en el trato, poco comunicativo y beligerante con las posiciones que defiende, añaden estas fuentes. Y pasa por ser, según jueces que le conocen, un hombre acomodaticio y dócil con el poder institucional.
No obstante, el magistrado acusa al dirigente popular, José Joaquín Ripoll, de los supuestos delitos de cohecho, fraude, tráfico de influencias y de información privilegiada, revelación de secretos y negociaciones prohibidas a funcionarios, según fuentes de la investigación. Sin embargo, ni el juez ni el tribunal ni los abogados de Ripoll confirmaron oficialmente todavía dichas imputaciones.
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