viernes, 27 de agosto de 2010

La noche más calida de Camps fue también la de la rendición de Ripoll / David Lozano


Los termómetros estallaban, lo hacían los que medían la temperatura ambiental y también los que de forma más metafórica registraban las dosis de cariño que recibía Francisco Camps. La noche más cálida de Paco Camps fue también la más calurosa. Era una cena muy especial, una más como tantas otras de apertura de curso pero con un carácter extraordinario por todo lo que se había escrito y dicho sobre el acto es cuestión. Y las expectativas no se vieron defraudadas.

El presidente sudó la gota gorda por la terrible ola de calor pero también porque a estas alturas de la película todavía se sigue ruborizando. Y lo de esta noche era como para sonrojarse porque el grado de exaltación del líder de los populares valencianos alcanzó, como el mercurio del termómetro, cotas de auténtico récord.

"Estoy aquí porque soy el primero que apoya a Francisco Camps", la frase, a priori, se le podría atribuir a cualquier cargo o militante del PPCV a cualquiera menos precisamente a quien verdaderamente la pronunció: Joaquín Ripoll, el "díscolo" presidente provincial alicantino al que parece que ya hay que quitarle ya la etiqueta de rebelde.

Ripoll, enarboló la bandera del "campismo" como el que más, ligando así su futuro político a su anterior ¿enemigo? Camps. Sólo la unidad de esa noche restaba protagonismo al calor. Una única voz de respaldo al presidente, y candidato a la reelección, que se vio también reflejada en los gestos y complicidad que tuvieron su máximo exponente una vez terminados los parlamentos en el abarrotado restaurante de Teulada al que acudió todo el PP.

Porque complicidad es que, casi andando de la mano, Camps y Ripoll paseen juntos saludando mesa por mesa a todos y cada uno de los allí presentes. Nunca antes se les había visto al alicantino y al valenciano con semejante sintonía y jamás habían soplado unidos las velas de la tarta de cumpleaños de un Camps que esta noche cumplía 48 años.

Y tuvo Paco un cumpleaños feliz, celebrándolo por todo lo alto rodeado de más de 2.000 amigos y con un regalito final de Génova, envuelto en el papel de Esteban González Pons como enviado especial de Mariano Rajoy, en forma de confirmación o vaticinio: "vas a ser el próximo presidente de la Generalitat valenciana". Una emotiva noche que quedará en ya siempre en el recuerdo de un Camps, que se fue más que emocionado.

La noche, como no, también ofreció momentos para la anécdota. El alcalde de Teulada, que al parecer ya no tiene abuela, Antoni Joan Bertomeu, atribuyó para su municipio la capitalidad del mundo entre la sonrisa de los asistentes y el orgullo de un José Ciscar –ex alcalde del municipio y ahora Delegado del Consell en Alicante- que mucho tuvo que ver con el éxito de la cena.

Como curiosidad final, Paula Sánchez de León fue una de las elegidas para intervenir, algo que no estaba inicialmente previsto, y cada vez apunta más alto en la futura estructura de poder del president.

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