TÚNEZ.- El líder islámico Rachid Ghannouchi ha sido recibido por cientos de seguidores a su llegada a Túnez este domingo tras 22 años de exilio, en uno de los momentos más significativos hasta la fecha del cambio visto en el país tras la revuelta que derrocó este mes al presidente.
Ghannuchi, jefe del movimiento Ennahda, vivió en Londres desde que fue exiliado en 1989 por el ahora ex presidente Zine al Abidine Ben Ali, quien fue derrocado el 14 de enero debido a severas protestas que avivaron los temores sobre el mundo árabe.
"Nuestro rol será participar en el cumplimiento de los objetivos de esta revolución pacífica: ampliar el sistema democrático, la justicia social y poner un límite contra la discriminación sobre grupos vetados", dijo Gannouchi un día antes de su regreso.
"El dictador ha caído y quiero estar en el país", sostuvo.
Ennahda, que tiene una ideología similar a la del gobernante partido AK de Turquía, fue la fuerza opositora más sólida en Túnez antes de la crisis que obligó a Ghannouchi a abandonar la nación.
Sin embargo, los grupos islámicos no parecían ser un movimiento importante en la ola de protestas que derrocó a Ben Ali. Aún está por verse si el regreso de Ghannouchi le dará un impulso a su partido.
En los últimos días las protestas se han reducido en su mayoría tras el anuncio de que el Gobierno interino expulsó a casi todos los seguidores del régimen de Ben Ali.
Las fuerzas de seguridad han intentando restaurar el orden en la capital, donde las confrontaciones entre dueños de locales y manifestantes son un indicio de que el apoyo a las protestas está decayendo, dado que las personas quieren volver a la normalidad.
El Gobierno interino aún debe establecer una fecha para las elecciones.
Funcionarios de Ennahda han señalado que el partido participará en los comicios parlamentarios, y según analistas podría emerger como una importante fuerza política en la votación.
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