ARGEL.- El Gobierno de Argelia ha derogado oficialmente el estado de emergencia, que llevaba 19 años en vigor, según figura en la orden presidencial que acaba de publicar el Boletín Oficial del Estado.
La medida, una clara respuesta del Gobierno a las movilizaciones convocadas en el país a imitación de las que han acabado con las dictaduras de Túnez y Egipto, no impedirá que se mantengan algunas de sus disposiciones más duras, como las que otorgan amplios poderes de seguridad interna al Ejército o las que prohíben las manifestaciones en la capital.
El pasado martes, el Consejo de Ministros argelino ratificó la derogación del decreto de febrero de 1993 que prorrogaba el estado de emergencia, impuesto por otra norma del mismo rango el 9 de febrero de 1992. La eliminación de esta medida de excepción se ha tramitado por medio de un decreto presidencial y tres proyectos de ordenanza.
El levantamiento del estado de emergencia fue anunciado el pasado 3 de febrero por el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, que aseguró entonces que la medida de excepción sería derogada "en un futuro muy próximo". El anuncio del presidente llegó después de que un grupo de parlamentarios partidarios del Gobierno hubiera hecho una propuesta en este sentido.
Pese a todo, fuentes de los activistas organizadores de las protestas de Argel han advertido, en declaraciones a Reuters, de que el levantamiento del estado de emergencia no es suficiente y que el Gobierno deberá ampliar aún más las libertades democráticas.
El estado de emergencia fue impuesto en su momento para combatir a los grupos armados islamistas, pero ha seguido en vigor en los últimos años, a pesar del evidente descenso de la violencia. Las organizaciones opositoras y de Derechos Humanos habían acusado al régimen de servirse de esta medida para reprimir las libertades.
En todo caso, la derogación del estado de emergencia tendrá un alcance práctico más bien discutible. El Gobierno ha aprobado recientemente una serie de leyes por las cuales el Ejército seguirá teniendo amplios poderes en cuestiones de seguridad interna, similares a los que le otorgaba el estado de emergencia.
Por ejemplo, el estado de emergencia prohibía las manifestaciones en la capital, Argel, pero el presidente Buteflika ya anunció a principios de este mes que esta restricción se mantendría indefinidamente, incluso en las nuevas circunstancias.
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