TRÍPOLI.- Una multitud que protestaba por la detención de un abogado y activista de los derechos humanos se ha enfrentado durante esta madrugada con la policía en la ciudad libia de Bengasi (al noreste del país), según testigos y medios locales citados por la agencia Reuters. En un intento de desviar la atención, la televisión oficial Libia ha dado cobertura en directo a otras marchas en distintos puntos del páis árabe en apoyo al líder Muammar Gaddafi, que lleva en el poder 42 años.
El periódico libio Ouryna, que se edita en Bengasi, asegura que la multitud -integrada por 600 personas, según testigos- iba armada con cócteles molotov y piedras. Los manifestantes se han concentrado frente a la sede del Gobierno y han reclamado la liberación del activista Fathi Tarbel, coordinador del movimiento que agrupa a los familiares de los presos muertos en 1996 en un tiroteo en una prisión de Trípoli.
Muchos de los manifestantes de Bengasi son familiares de las víctimas, según el diario Al Manara. Además, según la cadena catarí Al Yazira, los manifestantes han comenzado a gritar contra los "gobernantes corruptos del país". La policía ha respondido disparando gases lacrimógenos para dispersar a los concentrados. Algunos después se han dirigido a la plaza Shajara, en el centro de la ciudad, donde se han producido nuevos enfrentamientos con la policía y partidarios del Gobierno.
Al menos 38 personas, entre ellas 10 policías, han resultado heridas, según el último balance ofrecido por fuentes hospitalarias. La calma ha regresado a Bengasi por la mañana. "Los bancos están abiertos y los niños van a los colegios", ha resumido un testigo de las revueltas.
Mientras, la televisión libia ha emitido marchas a favor de Gadaffi en Trípoli, la capital del país. Allí, los participantes han coreado lemas en contra de la televisión catarí Al Yazira, presente en las revueltas en Túnez y Egipto, por propagar mentiras. Tanto la concentración de Bengasi como las manifestaciones a favor de Gadafi se producen en vísperas de una jornada de protesta contra el régimen convocada para mañana por cerca de 9.000 personas a través de las redes sociales en Internet.
El Gobierno, consciente del clima creciente de malestar social, excarcelará hoy a 110 presos políticos condenados por pertenecer a la organización ilegal Grupo para el Combate Islámico en Libia, según ha declarado un activista local de Derechos Humanos. Los presos que van a ser liberados son los últimos miembros de esta organización que permanecen en la prisión de Abu Slim, en Trípoli, según el presidente de la Asociación Libia de Derechos Humanos, Mohamed Ternish. Cientos de militantes habían sido excarcelados el pasado año, después de que el grupo islámico anunciara su intención de renunciar a la violencia.
Según Al Yazira, los manifestantes corearon mensajes contra los "gobernantes corruptos del país". Asimismo, acusaron al dirigente libio, Muamar Gadafi, de ser "enemigo de Alá", según se escucha en los vídeos que han colgado en YouTube. La Policía empleó gases lacrimógenos y dispersó por la fuerza a los manifestantes, deteniendo a 20 de ellos, según las fuentes consultadas por Al Yazira.
Por otra parte, la televisión estatal ha mostrado imágenes de grupos de partidarios del líder libio, el coronel Muamar Gadafi --quien gobierna Libia desde hace casi 41 años--, manifestándose en Trípoli y en otros puntos del país.
La agencia oficial JANA ha informado de actos a favor de Gadafi en otras ciudades, incluida Benghazi. Los asistentes portaban retratos del dirigente y coreaban consignas como "sacrificaremos nuestra sangre y almas por ti, nuestro líder" y "somos una generación construida por Muamar y cualquiera que se oponga será destruido".
La manifestación de este miércoles en Benghazi fue convocada por alrededor de 200 familiares de las víctimas de la matanza de la prisión de Abu Slim, registrada en junio de 1996 y en la que murieron quince presos políticos que protestaban contra las inhumanas condiciones de vida carcelarias.
Concretamente, los familiares protestaban por la detención de Fathi Terbil, abogado de Derechos Humanos y portavoz familiar de las víctimas de la matanza de Abu Slim, quien había sido arrestado por las fuerzas de seguridad sin un motivo aparente y posteriormente liberado.
En declaraciones a Al Yazira, el escritor libio Idris al Mesmari aseguró que los agentes de seguridad, apoyados por hombres vestidos de paisano, atacaron a los manifestantes con gases lacrimógenos, porras y chorros de agua caliente. Al Mesmari fue detenido después de estas declaraciones, según "informaciones sin confirmar" de Al Yazira.
Los ciudadanos de Benghazi y la región que le rodea tienen un largo historial de desconfianza con el régimen de Gadafi. De los cientos de encarcelados en el país en la última década por pertenecer a los grupos islamistas prohibidos, muchos proceden de esta ciudad.
Entretanto, precisamente hoy, 110 presos encarcelados por pertenecer al ilegal Grupo Combatiente Islámico Libio (LIFG, por sus siglas en inglés) fueron liberados de la prisión de Abu Salim, en Trípoli, si bien los activistas de Derechos Humanos locales que supervisan su liberación han dejado claro que no tiene nada que ver con los sucesos de Benghazi.
"Estoy encantado de estar fuera tras 13 años en prisión", ha declarado Mustafa Salem, de Benghazi, a Reuters cuando cruzaba la puerta de la prisión. "Espero que seré capaz de (...) reconstruir mi vida", ha confiado.
La prisión, que ha sido usada para retener a detractores del Gobierno y a milicianos islamistas, fue escenario de violentos enfrentamientos en junio de 1996, en los que fueron abatidos 1.000 reclusos. Decenas de hombres acusados de pertenecer al LIFG han sido puestos en libertad desde el año pasado, cuando sus dirigentes renunciaron a la violencia.
Los enfrentamientos de este miércoles se han registrado en vísperas del llamado 'Día de la Ira', convocado para mañana jueves por diversas organizaciones bajo la inspiración de los últimos levantamientos populares de Túnez y Egipto, que han contribuido al derrocamiento de sus respectivos dictadores, Zine el Abidine ben Alí (23 años en el poder) y Hosni Mubarak (30 años).
Las fuerzas se seguridad se mantienen en estado de alerta máxima a la espera de la jornada de mañana y el propio líder libio se ha reunido esta semana con un grupo de activistas populares de Benghazi para intentar aliviar las tensiones.
Según Al Yazira, los manifestantes corearon mensajes contra los "gobernantes corruptos del país". Asimismo, acusaron al dirigente libio, Muamar Gadafi, de ser "enemigo de Alá", según se escucha en los vídeos que han colgado en YouTube. La Policía empleó gases lacrimógenos y dispersó por la fuerza a los manifestantes, deteniendo a 20 de ellos, según las fuentes consultadas por Al Yazira.
Por otra parte, la televisión estatal ha mostrado imágenes de grupos de partidarios del líder libio, el coronel Muamar Gadafi --quien gobierna Libia desde hace casi 41 años--, manifestándose en Trípoli y en otros puntos del país.
La agencia oficial JANA ha informado de actos a favor de Gadafi en otras ciudades, incluida Benghazi. Los asistentes portaban retratos del dirigente y coreaban consignas como "sacrificaremos nuestra sangre y almas por ti, nuestro líder" y "somos una generación construida por Muamar y cualquiera que se oponga será destruido".
La manifestación de este miércoles en Benghazi fue convocada por alrededor de 200 familiares de las víctimas de la matanza de la prisión de Abu Slim, registrada en junio de 1996 y en la que murieron quince presos políticos que protestaban contra las inhumanas condiciones de vida carcelarias.
Concretamente, los familiares protestaban por la detención de Fathi Terbil, abogado de Derechos Humanos y portavoz familiar de las víctimas de la matanza de Abu Slim, quien había sido arrestado por las fuerzas de seguridad sin un motivo aparente y posteriormente liberado.
En declaraciones a Al Yazira, el escritor libio Idris al Mesmari aseguró que los agentes de seguridad, apoyados por hombres vestidos de paisano, atacaron a los manifestantes con gases lacrimógenos, porras y chorros de agua caliente. Al Mesmari fue detenido después de estas declaraciones, según "informaciones sin confirmar" de Al Yazira.
Los ciudadanos de Benghazi y la región que le rodea tienen un largo historial de desconfianza con el régimen de Gadafi. De los cientos de encarcelados en el país en la última década por pertenecer a los grupos islamistas prohibidos, muchos proceden de esta ciudad.
Entretanto, precisamente hoy, 110 presos encarcelados por pertenecer al ilegal Grupo Combatiente Islámico Libio (LIFG, por sus siglas en inglés) fueron liberados de la prisión de Abu Salim, en Trípoli, si bien los activistas de Derechos Humanos locales que supervisan su liberación han dejado claro que no tiene nada que ver con los sucesos de Benghazi.
"Estoy encantado de estar fuera tras 13 años en prisión", ha declarado Mustafa Salem, de Benghazi, a Reuters cuando cruzaba la puerta de la prisión. "Espero que seré capaz de (...) reconstruir mi vida", ha confiado.
La prisión, que ha sido usada para retener a detractores del Gobierno y a milicianos islamistas, fue escenario de violentos enfrentamientos en junio de 1996, en los que fueron abatidos 1.000 reclusos. Decenas de hombres acusados de pertenecer al LIFG han sido puestos en libertad desde el año pasado, cuando sus dirigentes renunciaron a la violencia.
Los enfrentamientos de este miércoles se han registrado en vísperas del llamado 'Día de la Ira', convocado para mañana jueves por diversas organizaciones bajo la inspiración de los últimos levantamientos populares de Túnez y Egipto, que han contribuido al derrocamiento de sus respectivos dictadores, Zine el Abidine ben Alí (23 años en el poder) y Hosni Mubarak (30 años).
Las fuerzas se seguridad se mantienen en estado de alerta máxima a la espera de la jornada de mañana y el propio líder libio se ha reunido esta semana con un grupo de activistas populares de Benghazi para intentar aliviar las tensiones.
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