VALENCIA.- La CAM inició el proceso de fusiones como una de las joyas del sistema financiero español. En 2008 era la cuarta caja de ahorros de España con un volumen de activos que rozaba los 72.000 millones de euros y un beneficio neto de más de 405 millones de euros. Las ganancias de aquel ejercicio supusieron una avance del 40% con respecto al 2007. Por contra, en el año 2010 el deterioro que ha sufrido la entidad ha sido drástico especialmente en el apartado que mayores temores despertaba, el mercado de la vivienda, publica hoy 'Las Provincias'.
Según refleja la auditoría de KPMG a la CAM con fecha 31 de diciembre de 2010, la inversión inmobiliaria de la entidad se ha disparado de manera exponencial. El valor que tenían los edificios en propiedad de la caja al cierre de 2008 se elevaban hasta los 25,4 millones de euros. Un año después, la cantidad se duplicaba hasta alcanzar los 50,2 millones de euros pero fue durante el 2010 cuando esta cifra se multiplicó por 10 hasta llegar a los 497,1 millones de euros.
Los activos inmobiliarias de uso propio (los que utiliza la caja para su propia actividad) han descendido, sin embargo, desde los 672 millones de euros de valor hasta los 651 millones debido a la reducción de la plantilla y de oficinas que, como todas las entidades financieras de España, ha acometido la CAM en los últimos meses. Todo ello después del muy ambicioso plan de expansión de su red de oficinas realizado durante el periodo 2003-2008 que le llevó a estar presente en todas las comunidades autónomas de España mientras arreció su competencia con Bancaja en pro de lograr una mayor cuota de mercado en la Comunitat. Este hecho fue la razón fundamental que paralizó el proyecto de unión entre las dos grandes cajas de ahorro de la región.
La exposición al mercado inmobiliario ha sido la losa que ha ido deteriorando a la caja alicantina desde que los efectos de la quiebra de Lehman Brothers alcanzaron de lleno al sector de los promotores. A principios de 2008, Fitchs calificaba a CAM como entidad «A+» pero en verano, por su exposición al mercado inmobiliario, le rebajaba un escalón hasta el nivel «A». Actualmente, su calificación a largo plazo, emitida en junio de 2010, es de BBB+. Banco Base, entidad en la que estuvo integrada CAM, no llegó a tener calificación por parte de Fitchs. Por parte de Moody's el nivel a largo plazo al que coloca la caja alicantina es de Baa2 y a corto plazo P-2 con una perspectiva negativa. Todas estas rebajas de nota ponen de manifiesto que las agencias de calificación no tienen en especial estima a la caja alicantina, cuestión que es fundamental tanto para la captación de financiación en los mercados mayoristas como a la hora de determinar el valor de la entidad, cuestión imprescindible si se opta por nacionalizar la entidad o por venderla.
Beneficios a la baja
Las dificultades financieras, en cualquier entidad, se intentan limar en primer lugar con la generación propia de recursos. Como máxima general, la propia dinámica bancaria permite tapar parte de los agujeros que se pueda tener pero esta línea de trabajo en la CAM está, como mínimo, muy debilitada. No hay más que ver el beneficio. En 2008 sobrepasó la barrera de los 400 millones de euros y en 2009 se redujo hasta los 276 millones y, el año pasado, ya pensando en la fusión con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, se quedó en poco más de 244 millones de euros.
La evolución de los tipos de interés tampoco va a suponer un espaldarazo para la entidad. El margen de intereses en 2008 fue de 893 millones de euros y en 2009 se elevó hasta los 1.315 mientras que en 2010 se desplomó hasta los 586 millones. El euribor a doce meses está a punto de recuperar la cota del 2% y tiende al alza pero, pese al más que esperado repunte, ninguna entidad financiera se podrá beneficiar de unos tipos de interés lo suficientemente altos como para que sirvan de digestivo para sus cuentas. Además, el alza de los interés ataca, especialmente en momentos de crisis como el actual, a la morosidad de la entidad, uno de los ratios más preocupantes de cuantos tiene CAM. En el cierre de ejercicio de 2010, la tasa de impagos cabalgó hasta el 8,7% de su inversión crediticia total.
La cifra es especialmente alarmante ya que supone casi el doble de la que tenía a finales de 2009 (cuando se situó en el 4,5%) y se sitúa 2,9 puntos por encima de la media del sector de las cajas de ahorro, que es del 5,8%. En 2009, CAM declaró que tenía 2.513 millones de euros en activos dudosos, aquellos que acumulan un retraso de al menos 90 días en los pagos mientras que a finales del año pasado la cifra había cabalgado hasta los 4.654 millones.
Otro de los aspectos que podría llevar a cabo la caja alicantina para captar recursos y reducir sus necesidades de capital es la venta de participadas. Entre las operaciones que con mayor rapidez se podrían llevar a cabo figura la venta del 5,3% de Natra y el 6% de Sol Meliá ya que, al ser entidades cotizadas, su desinversión es más sencilla. Además, Caja Mediterráneo es propietaria del 5% del Banque Marocaine du Commerce Extérieur (BMCE Bank), entre otras participaciones que le podría dar liquidez pero también mermar el valor de la entidad.
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