domingo, 19 de febrero de 2012

Reforma....¿para qué? / Francisco Parra *

Lo siento, no lo veo claro. Se supone que el objetivo último de la reforma del Sector Financiero Español es, en palabras del Sr. De Guindos, reactivar el flujo del crédito privado y de esta forma generar crecimiento y crear empleo. Para ello, se diseña una reforma apoyada en tres puntos fundamentales:

Saneamiento de los activos inmobiliarios de la banca. Se trata de que los inmuebles presentes en los balances de las entidades financieras españolas corrijan su valoración a la baja en un importe de 50.000 millones de euros en un solo ejercicio. Incremento de las provisiones para cubrir eventuales pérdidas en activos inmobiliarios.

Se establece además una provisión genérica del 7% sobre la financiación inmobiliaria en situación regular.

Apoyo a los procesos de integración que den lugar a entidades más grandes, solventes y viables. Este apoyo se manifiesta en una mayor flexibilidad en cuanto al proceso de saneamiento antes indicado y con aportaciones de FROB.

El efecto inmediato que se pretende conseguir con estas medidas es, fundamentalmente, recobrar la credibilidad de las entidades financieras españolas ante los mercados financieros internacionales, con objeto de que éstos se animen a financiar de nuevo a la banca española.

Otro efecto deseado es empujar a la banca a liquidar su stock de viviendas. Con estos dos efectos, se supone que la posición de liquidez de la banca española mejora y por tanto, tendrán mayor capacidad y motivación para hacer fluir el crédito.

Pues desde mi punto de vista, va a ser que no. Al menos a corto plazo.

Me pregunto si quienes diseñaron la reforma han calculado algunos efectos perniciosos que acarrearán estas medidas.

En primer lugar, el incremento de las provisiones, de forma inmediata lo que va a conseguir es una mayor restricción del crédito. Un aumento de las provisiones, tiene en un primer momento, un efecto contractivo. Si después eso me permite conseguir financiación en los mercados financieros internacionales está por ver, pero en un primer momento, repito, efecto contractivo sobre el crédito. Si además, se obliga a provisionar también los créditos en situación regular destinados a la promoción inmobiliaria, estamos penalizando al sector promotor, ralentizando aún más su ya difícil recuperación.

En segundo lugar, la concentración bancaria que se pretende potenciar en aras de la mayor solvencia y solidez de los bancos españoles, va a tener a corto plazo un efecto altamente pernicioso sobre el crédito, particularmente sobre el crédito a empresas. Se dará con frecuencia el caso en el que dos entidades que se fusionan tengan clientes comunes con ciertos límites de crédito concedido. 

Al unificarse la decisión sobre el riesgo, en la inmensa mayoría de los casos, acaba disminuyendo el crédito disponible para los clientes compartidos. Por ejemplo, si una empresa tiene crédito en el BANCO A por 300.000€ y crédito en el BANCO B por otros 300.000€, al fusionarse ambos bancos, lo mas probable es que termine con un límite de crédito no superior a 300.000e

En tercer lugar, la concentración bancaria acarreará una reducción de la competencia en el sector, con el consiguiente aumento de los márgenes de intermediación. Vamos, hablando en plata, que la financiación y el servicio bancario se encarecerán.

En cuarto lugar, si se empuja más a las entidades financieras a que se desprendan de su stock inmobiliario, estaremos clavando un cuchillo más al maltrecho sector inmobiliario en España. Ya en la actualidad, los bancos son los únicos que venden inmuebles, puesto que tienen la llave del crédito y acaban financiando casi en exclusiva las compras de inmuebles de la propia entidad. Con estas medidas podemos intuir que la agresividad de la banca en la venta de sus inmuebles aumentará y no necesariamente bajando el precio.

Me da la impresión que, una vez más, detrás de las medidas que se están adoptando están los intereses de nuestros grandes y poderosos acreedores, que anteponen la seguridad de reembolso de los créditos en vigor a cualquier otra consideración.

El ajuste traumático del déficit vía rebaja de pensiones, salarios y aumento de impuestos y el ajuste traumático del sector financiero vía aumento de provisiones y concentraciones bancarias, nos va a llevar a que pagaremos nuestras deudas, tanto públicas como privadas, pero sufriendo un brutal ajuste en forma de recesión y desempleo. Eso sí, a largo plazo será muy positivo, si llegamos…. .

Una vez más, cedemos.

(*) Economista

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