lunes, 8 de octubre de 2012

Fabra reivindica las señas de identidad valencianas "dentro del conjunto de España" y sin "competir con nadie"


VALENCIA.- El presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra, ha reivindicado este lunes con orgullo las señas de identidad valencianas "dentro de un conjunto como es España" y sin "competir con nadie".

   Fabra, se ha expresado en estos términos durante la recepción de la Senyera (1928) restaurada por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (Ivacor), en un acto al que ha asistido su directora, Carmen Pérez, representantes de Unión Valenciana --partido que custodiaba la Senyera desde hace años y que decidió donarla a la Generalitat en 2009--, así como el conseller de Gobernación, Serafín Castellano; la consellera de turismo, Cultura y Deportes, Lola Johnson, y secretario autonómico del mismo departamento, Rafael Ripoll.
   El jefe del Consell ha expresado su "satisfacción" por la recuperación una bandera "tan emblemática" como esta, "símbolo que tiene una referencia incuestionable para cualquier valenciano", ya que según ha defendido, "los pueblos necesitan tener unas referencias y unas señas de identidad".
   En este sentido, ha recordado que mañana martes, 9 d'Octubre, será el "gran día" de "todos los valencianos", una fecha para reafirmarse como pueblo y mostrar "con orgullo" la señas de identidad propias.
   "Desde la normalidad, podemos defender nuestras señas de identidad, dentro de un gran proyecto pero sobre todo con una identidad clara que nos hace diferentes a los demás. No queremos competir con nadie, queremos defender lo nuestro y que se nos conozca como somos", ha subrayado.
   Para ello, "conocer esas señas, tener un vínculo estrecho con ellas, el saber que la fuerza de muchas personas, el sentimiento compartido es el que nos hace más pueblo" y "tener una identidad propia es la que nos permite mantener ese orgullo como pueblo, leal a España y sobre todo comprometido con sus tradiciones y con sus creencias", ha incidido.
   En este sentido, Fabra ha señalado que la Senyera exige un "compromiso" para "seguir defendiendo lo nuestro, mostrando cómo somos, como un pueblo con muchísima historia y con un gran sentimiento compartido por todos y que hace que los valencianos nos podamos sentir orgullosos de lo que somos".  
   De este modo, ha celebrado que hoy esta Senyera vuelva a lucir "con todo su esplendor" y ha reivindicado "esa fuerza de los valencianos que nos hace distintos pero que a la vez es posible que dentro de un conjunto como es España puedan haber territorios que marcando su identidad, su carácter y su sentimiento tengan cabida en una gran nación".
   "Esa es la suma de aquellos que entendemos que aportando nuestra identidad, nuestro carácter y nuestros sentimiento podemos aportar al conjunto de todos los españoles", ha sentenciado.
   El 11 de mayo de 1927, siendo alcalde de Valencia el Marqués de Sotelo, el Ayuntamiento acordó confeccionar una nueva Real Senyera réplica exacta de la más antigua, que se conservaba en el consistorio municipal para que ésta no se deteriorase más.
   En 1928, el industrial Eduardo Sanchís Romero, propietario de una fábrica de tejidos de seda en la calle Quart, realizó por encargo del Ayuntamiento un facsímil con todo detalle y exactamente igual a la histórica Real Senyera tejida en seda. De la misma industria salieron dos senyeras, réplicas de esta, aparentemente iguales pero con materiales de menos calidad. Una de ellas fue regalada por el fabricante a Ricardo Muñoz Caballero, regidor municipal, médico y amigo personal de Vicente Blasco Ibáñez.
   Cuatro años después de la muerte del escritor en 1932 y para cuando se trajeran a Valencia sus restos mortales, Caballero ordenó llevar esta Senyera, ahora restaurada, hasta Menton (Francia) para que cubriera su féretro hasta Valencia.
   Tras el funeral, se sustituyó esta senyera por otra bandera valenciana que acompañó al escritor hasta la tumba. En 1944 cuando Caballero falleció también, la Senyera fue heredada por su nieto, el novelista Ricardo Muñoz Puelles, que, posteriormente la donaría a Unión Valenciana y desde entonces ha participado en diversos actos públicos, hasta que en diciembre de 2009, este partido acordó su donación a la Generalitat.
   Con toda esta historia a sus espaldas, la Senyera llegó al Ivacor en diciembre de 2011 "en muy mal estado" con un deterioro importante del tejido, graves pérdidas de urdimbre y trama, desgarros y lagunas, siendo la franja azul la parte "más dañada" de todas, ha recordado la directora del instituto, Carmen Pérez.
   Tras un minucioso estudio de los materiales y del ligamento que los unía, se eliminaron intervenciones anteriores, se procedió a la limpieza de la Senyera a través de microaspiración, se alinearon las fibras y, dada su fragilidad, se realizó una consolidación general de toda la bandera colocando por el reverso soportes individuales de seda para cada banda respetando la policromía de cada una de ellas.

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